El puente Cau Cau, ubicado en Valdivia, ha presentado una serie de fallas constructivas, la más notoria ocurrió en febrero pasado.

Cuando se probaba el sistema de levante, una de las gatas que izaban el brazo sur se cortó. Un informe preliminar, dado a conocer a mediados de este año, reveló que en su construcción hubo, entre otros problemas, un exceso de soldaduras, convirtiéndose en un ejemplo de la importancia que tienen estos trabajos en las grandes obras.

Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), asegura que la soldadura y el corte industrial son actividades estratégicas en la materialización de una estructura de acero, debido a que permiten generar las uniones necesarias para la correcta transmisión de tensiones, tal como fue previsto en la etapa de diseño estructural.

“En obras de gran envergadura, estas tareas son de extrema importancia por múltiples razones: utilización de procedimientos de trabajo y operadores certificados, protocolos de inspección con criterios de aceptación, rechazo y generación de rectificaciones”.

En caso de ser necesario, dice, se deben realizar reparaciones. “Todas estas actividades pueden afectar gravemente en el tiempo de realización y el cumplimiento del presupuesto. Para responder a estos desafíos es necesario disponer de materiales, procedimientos y técnicos adecuadamente capacitados y certificados”.

ACTIVIDAD CRÍTICA

En grandes obras se puede decir que la soldadura posibilita la unión de diversas piezas de acero, y el corte industrial, por su parte, permite optimizar el rendimiento del acero para ser utilizado en la configuración de las estructuras a configurar.

Gutiérrez explica que entre las lecciones que deja el exceso de soldaduras en la construcción del puente Cau Cau, como lo señala el informe preliminar del MOP, es que todos los profesionales involucrados en una construcción deben incorporar que es de primera importancia la verificación de las especificaciones de los aceros a través de certificados de conformidad, emitidos por entidades acreditadas que respalden su cumplimiento, previo a la ejecución de cualquier trabajo, en particular las soldaduras.

No obstante, destaca que las características sísmicas de nuestro país han generado una cultura de diseño y construcción de alta responsabilidad y rigor en los procesos de corte y soldadura. “Asimismo, las técnicas de soldadura y corte industrial permiten mejorar el rendimiento y la productividad de una construcción, por lo que es una actividad crítica de permanente revisión y mejoramiento. Esto ha llevado a la constante capacitación y certificaciones de operadores y equipos”.

MEJORAMIENTO DE PROCESOS

Chile además ha avanzado en relación al uso de nuevas tecnologías, equipamientos y adiestramiento del personal en la realización de trabajos de soldaduras.

Al respecto, el director ejecutivo del ICHA sostiene que debido a que son tareas críticas en la productividad de un proyecto, las empresas han invertido en mejorar sus procesos de soldadura y corte industrial a través de centros de capacitación y entrenamiento cada vez más modernos, y de esta forma mejorar el desempeño de los operadores en terreno.

Asegura que mientras aumente la demanda por estructuras de acero se incrementará la necesidad de empresas de soldadura y corte industrial. “En estos momentos la minería atraviesa por un período de baja actividad. Sin embargo, otros sectores como la energía, construcción y obras civiles también requieren de estructuras de acero”.

Y agrega:

“En la medida que se fortalezcan los encadenamientos productivos entre los diversos actores de la cadena de valor del acero, con procesos estandarizados a través de normas chilenas y con empresas certificadas que respaldan el cumplimiento de dichas normas, todo el rubro crecerá de manera sólida”.

Después de cerca de dos años de trabajo especializado, la propuesta del Instituto Chileno del Acero (ICHA) de actualización de la NCh427of77 -“Especificaciones para el cálculo, fabricación y construcción de estructuras de acero”, ya se encuentra en el Instituto Nacional de Normalización (INN) para el proceso de consulta pública.

La iniciativa fue impulsada por el ICHA, a través de un comité de actualización de norma conformado por profesionales relevantes en el diseño y especificación de estructuras de acero en Chile, como ingenieros estructurales, representantes de la industria, consultores independientes y académicos, entre otros.

En el Instituto Chileno del Acero se detectó la necesidad de contar con un documento oficial y actualizado, relevante para la industria de la construcción en acero. “Al no existir una normativa de vigencia legal respecto de la calidad de los productos que se importan y utilizan en el país, los fabricantes nacionales se sentían en condiciones desmejoradas al momento de competir”, indica Alejandro Verdugo, coordinador del Comité de Norma ICHA.

El trabajo se desarrolló, principalmente, considerando la normativa estadounidense contenida en la AISC-360 para el diseño de estructuras de acero de la American Institute of Steel Construction, AISC.

Según comenta Verdugo, teniendo en cuenta que la Nch427 fue revisada anteriormente en 1977 y se hizo obsoleta a la práctica chilena, desde varios años se han adoptado los criterios estadounidenses como de uso común en el mercado del acero en Chile.

“Considerando la práctica de utilizar las normas de la AISC, el comité trabajó considerándolas como parámetro de aplicación, hecho que además -de alguna forma- tiene un soporte legal en cuanto las normas de diseño sísmico indican que, a falta de una normativa nacional, se debe seguir la normativa norteamericana”, indica.

El trabajo del comité incluyó la revisión de lo establecido en el documento de AISC y la adaptación en algunos criterios relacionados con la praxis en Chile. “Ese trabajo permitió el desarrollo de un documento base que ahora se llevará al proceso de consulta pública”, añade Verdugo.

La actualización de esta norma se presentará en el VIII Congreso de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), que se desarrollará el 13 y 14 de noviembre en Viña de Mar. En la ocasión, se comentará el proceso de desarrollo del documento, los detalles de las adaptaciones a la práctica en Chile y la importancia de que los profesionales participen del proceso de consulta pública, de forma que el documento que finalmente se publique cuente con el mayor respaldo y conocimiento de la comunidad especializada.

En la actualidad, la norma NCh427 se encuentra disponible para consulta pública en el sitio web que el Instituto Nacional de Normalización ha dispuesto para estos casos: www.consultapublica.cl. Todos quienes lo deseen, pueden participar entregando sus opiniones y consultas.

Fabricados para las industrias metalúrgicas, metalmecánicas y de la construcción, INDURA ofrece al mercado INDURMIG, una mezcla de gases de protección orientada al proceso de soldadura MIG, que permite fácilmente triplicar la velocidad en comparación a la técnica del arco manual, brindando una mayor limpieza, seguridad y buena penetración a la soldadura industrial.

Gracias a su gran versatilidad y capacidad de soldar casi cualquier tipo de metal con una baja inversión inicial, el proceso de soldadura por arco manual es uno de los más utilizados. No obstante, en términos de productividad, su velocidad de aplicación es baja y requiere un trabajo posterior de limpieza, lo que aumenta el tiempo y costo de la soldadura.

Esta desventaja le ha permitido al proceso MIG ir ganando terreno de forma sostenida, al otorgar una rapidez que mejora significativamente la productividad en la fabricación de estructuras metálicas. Sin ir más lejos, y debido a las características propias de este proceso, se requiere el uso de un gas de protección que evite que la zona de soldadura se contamine u oxide.

 INDURA ha desarrollado la familia de gases de protección INDURMIG orientada a lograr el mejor resultado en la soldadura MIG, en términos de facilidad de aplicación, calidad de unión, velocidad de avance, penetración y limpieza del cordón, con mezclas para acero al carbono y acero inoxidable de distintos espesores.

“Tenemos una oferta muy extensa que permite abordar y optimizar el proceso de acuerdo a las necesidades de nuestros clientes. Contamos con mezclas de gases de protección para soldar distintos materiales en variados espesores, buscando optimizar el proceso de soldadura”, señala Christian Fieldhouse, Gerente de Procesos Metalmecánicos de INDURA.

 Ventajas comparativas

La productividad es un concepto muy valorado por la industria en estos tiempos, ya que impacta en forma directa en la competitividad de las empresas. En ese contexto, el gas de protección INDURMIG logra maximizar los beneficios, tales como aumentar la velocidad de avance, soldando más en menos tiempo; reducir la cantidad de salpicaduras, minimizando el trabajo de limpieza al finalizar el procedimiento; y una buena penetración, asegurando una unión adecuada de los metales.

“Hay que considerar que el principal costo en el proceso de soldadura corresponde a la mano de obra, por lo tanto, al bajar los tiempos de trabajo, los costos de fabricación de cada componente soldado se reducen significativamente. Lo mismo ocurre al acortar los ciclos de limpieza posterior”, sostiene Fieldhouse.

 

Producto Características
INDURMIG 20 Gas de protección para proceso MIG/MAG, en acero al carbono de baja aleación, el cual tiene como característica un arco suave y estable que entrega buena penetración en toda posición y en un amplio rango de espesores. Su principal uso es la fabricación de estructuras metálicas.
INDURMIG 8 Gas de protección para proceso de soldadura MIG/MAG en acero al carbono de baja aleación, que por su bajo contenido de CO2 produce muy poca salpicadura, especial para cordones de terminación o remate. Su principal aplicación es para trabajos que requieran buenas terminaciones. Destaca por la importante disminución de salpicaduras, lo que disminuye notablemente el costo de limpieza.
INDURMIG O-2 Es un gas idóneo para la soldadura del acero al carbono en aplicaciones robotizadas y en posiciones difíciles. También se ocupa en aceros especiales, aleados o de alto contenido en carbono. Presenta muy buena penetración y transporte de gotas muy finas, resultando un cordón más plano. Destaca por la importante disminución de salpicadura, el incremento del aporte térmico y la velocidad de soldadura, debido a la presencia de oxígeno.

 

 

Sergio Contreras

Desde hace ya algún tiempo se ha transmitido al medio nacional la noción de una calidad insuficiente de algunos aceros importados, en especial y como una especie de mantra salvador, de aquellos provenientes de países asiáticos.

Es importante aclarar, de manera definitiva, cuál es la real aproximación técnica al problema. El Instituto Chileno del Acero (ICHA) ha realizado, desde hace ya algunos años, un monitoreo del cumplimiento normativo de barras de acero para hormigón armado  importadas, constatando un alto incumplimiento de la normativa nacional vigente cercana al 50% de la muestra.

Sumado a esto, ICHA ha realizado sondeos de la calidad en otros productos de acero, en donde también se han detectado importantes incumplimientos, evidenciando graves faltas que como institución esperamos se puedan revertir, para lo cual hemos asumido la labor de actualizar y fortalecer la normativa técnica a través de convenios de desarrollo normativo con el Instituto de Nacional de Normalización, así como también con entes públicas y privadas, con quienes hemos desarrollado importantes avances, dirigidos a mejorar la calidad y estándar de la construcción en Chile.

 Si bien el hecho de infringir la normativa es inaceptable, ello no constituye un llamado a realizar un boicot en contra de los aceros importados, sino lograr un debido aseguramiento de la calidad. De esta manera la construcción en Chile podrá mantener los estándares hasta ahora conocidos y su seguridad, en especial frente a sismos de importancia, que este territorio debe soportar a menudo debido a su condición tectónica.

Frente a algunas declaraciones destempladas de algunos sectores que defienden una comercialización a ultranza, acusándonos de proteger un cartel de producción nacional, el Instituto del Acero de Chile desea dejar claramente establecido que su labor e inquietudes son pura y estrictamente técnicas y su acción está al servicio del mejoramiento de la utilización del acero en el medio nacional.

En esta perspectiva, reiteramos nuestro compromiso con la ingeniería y la industria nacional e internacional, para la mejor aplicación de un material que, correctamente utilizado, ha demostrado su nobleza durante más de mil años a través de la historia.

Sergio Contreras A.
Presidente
Instituto Chileno del Acero

 

Un  panorama  difícil  es  el  que atraviesa la industria del acero a nivel nacional, influenciado principalmente por la disminución de la inversión y con ello, el consumo de  este  metal,  sumado a la competencia internacional que llega al país con una débil trazabilidad que se ha detectado en la aleación importada.

Con todo, el acero tiene múltiples y variados usos. En la construcción, se utiliza en barras de refuerzo para hormigón y estructuras metálicas, estanques y tuberías de gran diámetro; en la minería, en barras para molienda del mineral; en mallas y fijaciones como pernos y tornillos, y herramientas para la construcción, implementos para la agricultura y equipos para camiones, entre otros.

Según estimaciones del Instituto Chileno del Acero (ICHA), este año el consumo de acero podría caer en 9%, alcanzando las 2,5 millones de toneladas.

Ello coincide con las cifras de la Asociación de Industriales  Metalúrgicos  (Asimet), que afirma que el  consumo total aparente de acero en el país tuvo su peak en 2012 –coincidente con el llamado ciclo de oro del cobre– con 3,141 millones de toneladas, de las cuales 54% eran importadas y 46% correspondían a despachos nacionales.

Asimismo, la proyección de consumo total aparente para 2015 será de 2,5 millones de toneladas, de las cuales 62% será importado y  38%  corresponderán  a  despachos  nacionales.

“Para 2016, si la inversión pública se materializa, creemos que el consumo aparente de acero se podría recuperar, y quizás crecer entre un 2% y un 3 %”, señala Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA.

En este sentido, resalta que las variables más  relevantes  son  la  inversión  en  construcción y en minería, transformándose en las componentes que le dan velocidad a la demanda de consumo de acero.

“Para tener una idea, en 2011 post terremoto, la tasa de crecimiento de la componente inversión en construcción y otras obras llegó a  12%.  En  ese  año  el  consumo  aparente superó las 3 millones de toneladas. Luego, la velocidad de crecimiento de la inversión fue cayendo y con esto, el consumo aparente de  acero  también,  cada  vez  se  consume menos, porque se está invirtiendo menos”, puntualiza.

El director ejecutivo del ICHA explica que la industria del acero vive un complejo escenario como consecuencia de la contracción de la demanda, producto de la reducción de la inversión en minería e infraestructura, y en menor grado también por la construcción.

“Esta  misma  industria  tiene  que  hacer frente  a  las  distorsiones  que  se  provocan por la sobreoferta de productos de acero a nivel mundial, y que Chile no escapa a esta realidad, siendo vulnerable a la llegada de productos fuera del estándar técnico, a bajo precio”, plantea.

A su juicio, “Chile es una economía abierta, que  ha  dado  buenos  resultados  para  los consumidores,  sin  embargo,  en  el  ámbito del acero, la falta de regulaciones, de orden técnico o los déficit de control generan espacios de vulnerabilidad del cumplimiento de los requerimientos técnicos mínimos”.

Regulaciones Chile es un país sísmico y, por ende, la calidad del acero empleado es fundamental.

Un organismo que vela por el cumplimiento de normas y estándares es el ICHA. Su presidente Sergio Contreras asegura que en el país existen “algunas regulaciones y medidas, pero no son suficientes, porque no actúan directamente y no controlan las condiciones de origen de fabricación del producto”.

En  esta  dirección,  un  aspecto  clave  es  la trazabilidad  de  los  productos,  es  decir,  que haya una huella, y que en el caso del acero se pueda seguir su camino desde el momento en que se fabricó.

“No hay una buena trazabilidad. Existe, por supuesto, pero no es suficientemente buena. Por eso, en el Instituto Chileno del Acero estamos trabajando para lograr un mejor aseguramiento de la calidad y, consecuentemente, su trazabilidad”, afirma el presidente del ICHA.

En  efecto,  una  de  las  preocupaciones  de la  organización  ha  sido  tener  una  normativa actualizada, de acuerdo con lo que hoy existe en el mundo, por lo que “tenemos la referencia correcta”.

Sin embargo, precisa Sergio Contreras, “no tenemos regulaciones al interior del país para asegurar una trazabilidad y un aseguramiento de la calidad de los productos que los distribuidores están poniendo en el mercado”.

“Hemos detectado que los aceros no cumplen en gran medida las condiciones normativas, pero la cumplen en niveles suficientemente pequeños como para que no sea inquietante”, afirma.

Por ello, el ICHA ha redoblado los esfuerzos para dar seguridad al país, a través de exhaustivos análisis de la calidad de los aceros que llegan a Chile, labor que se ha desarrollado mediante el programa Monitoreo de Barras para Hormigón Armado, ejecutado durante varios años.

“Hemos  descubierto  que  muchas  de  las barras que llegan no cumplen con las condiciones normativas chilenas. Por eso y habiendo tomado conciencia del problema, proponemos que haya un control que asegure la trazabilidad y una posibilidad que hay para lograr eso es que la Aduana exija los certificados correspondientes”, asevera.

En la práctica, se busca que, teniendo esa información y control, Aduana autorice el ingreso de ese material, porque –precisa- “hoy el distribuidor que vende el acero tiene la obligación de entregar el certificado. Pero eso lleva a que no hay ningún tipo de control, puede entregar cualquier cosa”.

Desde la Cámara Chilena de la Construcción, su presidente (s), Sergio Torretti, destaca que

Chile cuenta con una industria del acero cuyos procesos productivos y los materiales que elabora son de alta calidad y cumplen con estándares de nivel mundial.

A su juicio, en un ambiente de economía de libre  mercado  y  en  igualdad  de  condiciones, las empresas productoras deben evidenciar la calidad de los productos que ofrecen.

“Es importante que el acero importado cumpla el 100% del estándar normativo exigido al acero nacional  y  que  el  Estado  compruebe  que  se respete dicho estándar. Así, los consumidores pueden  optar  por  aquellos  productos  que les  ofrezcan  condiciones  más  competitivas”, asegura.

El Servicio de Aduanas, en su opinión, debe cumplir  adecuadamente  la  obligación  de fiscalizar  la  trazabilidad  de  las  partidas  de acero  que  ingresan  al  país,  razón  por  la cual “pusimos al tanto de esta situación al Ministerio de Hacienda y le solicitamos que refuerce dicha labor”.

Respecto de las empresas constructoras, Torretti resalta que éstas tienen la obligación de utilizar acero que cumpla con los estándares que fija el marco normativo, razón por la cual exigen el certificado que indica que el producto cumple con la norma.

“En todo caso sería importante que dicho certificado se entregue en el país de destino y no en el de origen”, asegura

Con la presencia de la Presidenta Michelle Bachelet, el embajador de Japón en Chile, Naoto Nikai; el ministro de Relaciones Exteriores Heraldo Muñoz, y el subsecretario del Interior Mahmud Aleuy, se presentó Kizuna-Intercambio y resiliencia, Programa de Formación de Recursos Humanos para Latinoamérica y el Caribe en Reducción del Riesgo de Desastre desarrollado de forma colaborativa por los gobiernos de Chile y Japón.

La iniciativa formará a cerca de 2.000 profesionales latinoamericanos, en un plazo de cinco años, posicionando a Chile como polo de formación sobre estas temáticas, recogiendo la experiencia y resiliencia que han desarrollado ambas naciones. Se realiza a través de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID), la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI).

En la ceremonia, desarrollada en el marco del Día Internacional para la Reducción de los Desastres, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, destacó la experiencia de Chile como país que ha aprendido a ponerse de pie y aprender lecciones ante las adversidades.

“Este encuentro aborda un tema central para el desarrollo de los países -la forma en cómo nos preparamos para enfrentar los desastres naturales- y pone el valor en la cooperación internacional para abordar desafíos comunes. Solo mediante el intercambio de experiencias y conocimiento podremos estar preparados de mejor forma como sociedad para enfrentar desastres naturales y resguardar lo más importante, la vida y el bienestar de las personas”, sostuvo la mandataria.

El embajador de Japón en Chile, Naoto Nikai, reconoció a Japón y Chile como “hermanos sísmicos”, en cuanto son países que comparten experiencias comunes en eventos naturales, como terremotos y tsunamis. Así, destacó a Kizuna como un programa que “busca posicionar a Chile como plataforma de capacitación a profesionales de Latinoamérica y el Caribe, para ofrecerles una oportunidad de perfeccionar sus habilidades y mejorar sus conocimientos en la reducción de riesgo de desastres”.

Trabajo colaborativo en la Región

Bajo el concepto de “Kizuna”, que refleja el valor y la importancia de los vínculos humanos para enfrentar y sobreponerse a los grandes desastres, el programa pone énfasis en el reforzamiento de las redes regionales de apoyo y cooperación en caso de catástrofes, intercambiando conocimientos y experiencias para identificar y aunar todas las capacidades disponibles ante la emergencia provocada por un evento natural. “El acuerdo permitirá capacitar a más de 2.000 profesionales, en un proyecto enfocado en fortalecer las capacidades de profesionales especializados, estableciendo una red de intercambio regional en riesgo de desastres”, explicó el director nacional de la Oficina Nacional de Emergencias, ONEMI, Ricardo Toro.

Para el director ejecutivo de AGCID, Ricardo Herrera, es fundamental en este esfuerzo la cooperación en beneficio de un bien común para la Región, con un intercambio fluido de profesionales, funcionarios y expertos. “Esta iniciativa es parte del programa que se ejecuta con Japón hace más de 10 años en América Latina y que a partir de 2011 definió la creación de un proyecto de formación de recursos humanos en reducción de riesgo ante catástrofes”, detalló.

“En las últimas décadas hemos podido trabajar con las autoridades chilenas a través de la invitación de funcionarios, profesionales y expertos, de forma de intercambiar y compartir conocimientos, tecnologías y experiencias, en el objetivo de reducción de riesgo de desastres”, sostuvo el director general del Departamento de Latinoamérica y el Caribe de JICA, Takeshi Takano.

Durante el encuentro y a través de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR), se destacó el manejo realizado por Chile para mitigar los efectos del último terremoto de magnitud 8.4 en la zona norte de Chile, ocurrido el pasado 16 de septiembre. Se ponderó la inversión realizada en infraestructura sismorresistente, el funcionamiento de los sistemas de alerta temprana y la planificación urbana, todas acciones que influyeron en la disminución del número de víctimas.

Formación de valor

El Programa Kizuna contempla una amplia transferencia entre los países de América Latina y el Caribe, poniendo énfasis en el fortalecimiento de las redes vinculadas a las diversas temáticas de los cursos, diplomados y magister dictados por las instituciones académicas, privadas y públicas. Por su parte, ONEMI asume la gerencia técnica de Kizuna, aportando su conocimiento técnico y sus experiencias, así como también, entregando recomendaciones desde su rol de coordinador en situaciones de emergencias en el país.

Durante la presentación del programa, se contemplan conferencias magistrales en torno a temáticas de resiliencia, prevención y enfrentamiento activo ante eventos naturales. También el desarrollo de mesas técnicas, en las cuales trabajarán expertos en distintas temáticas, entre ellas Incendios Forestales, Estructuras Antisísmicas, Diseño de Puentes y Rescate Urbano.

De esta manera, se espera entregar conocimientos que contemplen la amplitud de la gestión de riesgo en distintos niveles de formación, con una alta especialización y calidad. Estos serán liderados por universidades en conjunto con actores que tengan expertise en resiliencia y gestión ante eventos naturales. Además, se contará con la participación de expertos japoneses, favoreciendo el intercambio y la experiencia. Las temáticas de los primeros cursos son Rescate Urbano; Gestión en Protección Contra Incendios Forestales; Evaluación Rápida Post Desastre de la Seguridad Estructural de Edificaciones y Criterios Sísmicos en Estructura de Puentes.

Pilar Urrejola, Cristian Hermansen y José Miguel Correa, Presidentes de los Colegios de Arquitectos, Ingenieros y Constructores Civiles convocan a la comunidad de sus respectivas disciplinas a debatir sobre el ejercicio profesional, su integración y las expectativas del área de la construcción para el período 2015-2020.

En la oportunidad se analizarán las proyecciones de la Industria de la Construcción, así como los marcos de inversión que se espera para los próximos cinco años, todo esto en el Centro de Convenciones del Hotel Santa Cruz, Región de O’Higgins.

Dentro del programa destaca la actividad inaugural a cargo del sociólogo, doctor en filosofía y líder de opinión, Max Colodro, así como el panel “Panorama 2015-2020” donde destacados representantes de instituciones como la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (COPSA), el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) analizarán el escenario futuro.

Aspectos como el ejercicio profesional, docencia, ética, discusión del marco legal y la nueva Ley de Colegios Profesionales son otros contenidos de este importante encuentro.

Para finalizar, la Mesa Redonda de Presidentes de Colegios, quienes entregarán las conclusiones del evento, así como la Declaración de Santa Cruz que aspira a dar a toda la comunidad la posición de estas órdenes profesionales frente al futuro del área de la construcción en Chile.

Si quieres saber más detalles, revisa el programa aquí o visita al sitio web http://www.colegioarquitectos.com/CONGRESO/

Como una interesante instancia de vinculación y actualización se desarrolló el seminario ICHA “Escenarios del mercado del acero, ventajas y desventajas para su empresa”, que reunió distintas visiones para entregar una panorámica de valor a los socios del instituto.

El encuentro abordó la situación actual del mercado del acero en el país y la Región, el estado de las inversiones en el país, las acciones desarrolladas por el Instituto Chileno del Acero en torno a la regulación técnica de la industria y, como elemento de actualidad, los aprendizajes para el sector que dejó el caso del puente Cau Cau.

Evolución de las inversiones

En la ocasión, el gerente general de la Corporación de Bienes de Capital (CBC), Orlando Castillo, comentó que al cierre del segundo trimestre de 2015 se contabilizó una caída de 2,6% en el stock de proyectos de inversión estimados a desarrollarse a cinco años.

Los proyectos de inversión para el quinquenio 2015-2019 en el país se elevaron a US $78.000 millones, ubicándose en su nivel más bajo desde el mismo periodo de 2008, reducción impulsada, principalmente, por una nueva baja de la inversión proyectada para el sector minería, que cayó un 7,9% en tres meses, por el fin de la ejecución de las iniciativas en proceso y la salida de proyectos en la Región de Atacama.

Acero en Chile y la región

En la ocasión, Juan Carlos Gutiérrez, Director Ejecutivo de ICHA, comentó las principales acciones de actualización normativa que ha liderado el instituto desde 2011, abarcando materiales, diseño de estructuras, fabricación, montaje y conexiones, protección contra el fuego y certificación.

Según destacó Gutiérrez, para establecer garantías de calidad en la industria del acero, el cumplimiento de las normas técnicas se debe realizar rigurosamente con todos los involucrados en el encadenamiento productivo, mientras que la vinculación con las autoridades permite establecer un carácter legal, generando obligaciones y sanciones, además de establecer mecanismos eficientes de control.

Para actualizar respecto de la coyuntura en la Región, el director general de la Asociación Latinoamericana del Acero, Rafael Rubio, presentó el complejo panorama al que se enfrenta la industria, con un escenario económico global complejizado en lo económico-político y mercados con sobrecapacidad.

Puente Cau Cau

Para cerrar el seminario, el presidente del Instituto del Acero, Sergio Contreras, presentó los aprendizajes que dejó el Puente Cau Cau, la gestión integral de los suministros de productos y piezas de acero.

Sin importar de qué material sea el cierre perimetral instalado, la relevancia que tienen para la seguridad de las personas los hace un elemento de primera prioridad, puesto que delimitan territorios, como es el caso de las carreteras, en donde este tipo de cercos permiten prevenir el ingreso de animales a la vía o que personas crucen por pasos no habilitados.

Desde la llegada de las autopistas de alta velocidad al país, el uso de cierres perimetrales ha aumentado considerablemente en las obras viales, dado que los estándares de seguridad así lo exigen. En ese sentido, el acero ha sido uno de los elementos preferidos para su desarrollo.

Si bien el cierre perimetral puede ser de diferentes materiales, el acero presenta múltiples ventajas dadas sus características intrínsecas, que lo convierten en un elemento con muy buena reacción frente a distintas condiciones de uso. Pudimos observar luego de los recientes terremotos que han afectado al país cómo las panderetas tradicionales sufrieron por los fuertes movimientos telúricos, generando daños tanto a las personas como a los bienes colindantes, sumados a la vulnerabilidad de los recintos cercados.

Esta situación es totalmente distinta a los cierres elaborados con acero, que resistieron firmemente, evitando colapsar y así arriesgar la vida de las personas, sus bienes y la seguridad de los recintos. Entre los atributos de los cierres perimetrales de acero destacan la velocidad constructiva, ya que al ser prefabricados y disponer de sistemas de montaje, su ejecución es extremadamente rápida, reduciendo los costos de instalación. Al mismo tiempo, disponen de sistemas de protección contra la corrosión, alargando su vida útil y disminuyendo los costos de mantenimiento.

El avance de la tecnología ha permitido innovar en la construcción de los cercos instalados. Hoy es posible ver cierres altamente resistentes, a los cuales además se les ha aplicado un diseño estético, que no solo se preocupa de la seguridad, sino que además comulga muy bien con el entorno en el que está instalado, gracias a que el acero permite crear elementos con colores y diseños personalizados de acuerdo a las necesidades de los usuarios, aportando en la vista del paisaje.

Los cierres perimetrales de acero son ideales para la protección de áreas residenciales e industriales, simplifican la labor de seguridad en los territorios y ofrecen una gran solidez estructural frente a eventos de la naturaleza. Asimismo, proveen una imagen estética, lo que entrega tranquilidad y confianza.

Columna de opinión de Juan Carlos Gutiérrez, Director Ejecutivo ICHA