El encuentro congregó a especialistas de todo el mundo, quienes actualizaron conocimiento y abordaron los principales desafíos para la especialidad.

Con cerca de 3.000 asistentes y la instalación del concepto de resiliencia como cambio paradigmático en la especialidad, se desarrolló entre el 09 y 13 de enero la 16° Conferencia Mundial de Ingeniería Antisísmica, en la ciudad de Santiago.

La instancia permitió reflexionar en torno al estado del arte de la ingeniería antisísmica, además de analizar las distintas oportunidades que se presentan a futuro.

El desafío de la 16° Conferencia Mundial fue cambiar el paradigma del diseño estructural hacia el concepto de resiliencia. Es una evolución que desde hace un par de años ya se está produciendo y apunta a dotar a las estructuras de resistencia para soportar los sismos: que no colapsen y protejan sus contenidos y las vidas humanas, además de seguir operativas. En este fin, fueron relevantes los avances presentados en el desarrollo de procedimientos de control de vibraciones, disipación de energía y aislación sísmica.

Se trató de la segunda ocasión en que la Conferencia Mundial se realizó en Chile (la anterior fue en 1969) y congregó a especialistas de distintas latitudes ligados a la investigación, el mundo académico y el diseño de la ingeniería sismo resistente, entre otras áreas de expertise.

Un 75% de los participantes provenía de Japón, Estados Unidos, China, Chile, Italia, Canadá y Nueva Zelandia. También destacaron naciones vecinas como Perú con 76 trabajos; Argentina con 25, y Ecuador con 18 artículos.

Iniciativa desarrollada por la International Association for Earthquake Engineering (IAEE) y en esta versión junto a la Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Antisísmica (Achisina), la conferencia tuvo en su comité organizador y directivo a destacados profesionales ligados al Instituto de la Construcción: Rodolfo Saragoni como chairman del encuentro; Tomás Guendelman como co chairman, y los especialistas Marcial Baeza, Rubén Boroschek y Augusto Holmberg, entre otros.

Desarrollo del encuentro

Las temáticas que se trataron en la conferencia se dividieron en doce áreas (“Ingeniería Sísmica”, “Tsunamis”, “Arquitectura y elementos no estructurales”, “Evaluación, análisis y adaptación de las estructuras existentes”, por mencionar algunas), cada una de ellas con distintos subtemas.

Para esta versión, se aceptaron cerca de 3.000 papers para presentación y los asistentes recibieron el respaldo de unos 5.000, ya que algunos autores entregaron más de un trabajo.

Las exposiciones se articularon en distintas modalidades: 72 sesiones especiales en las que se presentaron cerca de 800 trabajos; instancias orales que permitieron a los asistentes conocer aproximadamente 700 artículos y una sesión de posters, con más de 600 papers exhibidos de forma permanente durante la conferencia.

Además, se realizaron sesiones de keynote lectures, que desarrollaron temáticas de interés. Entre ellas se contaron “Resiliencia en el diseño de edificios de hormigón armado, la práctica chilena”, de René Lagos; “Efectos de movimientos de larga duración en el peligro de licuación de suelos”, de Steve Kramer; “Terremotos en zonas de subducción”, de Raúl Madariaga; “Registro del daño en tiempo real”, de Carlos Ventura y “Resiliencia en el diseño”, de Stephen Mahin.

Una innovación en esta versión de la conferencia fue la introducción de debates como parte de las sesiones especiales. Los expertos Farzad Naeim y Polat Gülkan encabezaron la discusión bajo el tema “Diseño por desempeño: promesas y zancadillas”, mientras que Nicolás Luco e Hiroshi Kawase abordaron “Métodos determinísticos y probabilísticos en las prescripciones de la demanda sísmica”.

También, se rindió tributo póstumo a destacadas figuras de la especialidad, Vitelmo Bertero, Ray Clough y Nigel Priestley, quienes fueron homenajeados por exalumnos y coautores.

La conferencia consideró una recepción de bienvenida, una cena de gala y una ceremonia de cierre, además de visitas técnicas a emplazamientos como el Costanera Center y el nuevo edificio de la Cámara Chilena de la Construcción, que cuenta con un amortiguador de masa sintonizada. También hubo espacio para actividades turísticas y reuniones sociales.

Revisa la nota publicada en Instituto de la Construcción.