Consumo aparente nacional en toneladas
Acero en Chile
En los últimos años, el consumo aparente de acero en Chile ha sido del orden de 2.700.000 toneladas, donde la producción nacional provee el 40%. Los productos más demandados en Chile son los aceros largos (barras, perfiles, alambrón, etc.) y los aceros planos (laminados, planchas, revestidos).
Principales usos del acero en Chile
Cerca del 80% del consumo de acero es para la construcción y la minería. La edificación en acero está principalmente enfocada en obras industriales, obras civiles, y comercial. La construcción de viviendas aumenta progresivamente, y se observa un campo muy amplio de desarrollo de edificación en altura.
El ICHA trabaja para conseguir que la industrialización en la construcción sea una práctica habitual. En países desarrollados la industrialización hace tiempo que llegó para quedarse. Sus beneficios son claros y contundentes: mayor seguridad en las obras, menores tiempos de construcción, disminución de costos y menor contaminación.
La construcción industrializada en acero consiste en fabricar las piezas fuera de la obra y llevarlas a esta solo para su montaje. Se puede aplicar en todo tipo de estructuras, tales como viaductos, obras públicas, edificios y casas.
Para conseguir este importante avance es necesario cumplir con un requisito muy importante y que es la utilización de productos de acero debidamente certificados, rotulados y que cumplan con la normativa vigente en Chile.
El acero, un producto amigable con el medioambiente
Entre los materiales de construcción más amigables con el medio ambiente está el acero. Es 100% reciclable sin perder sus características, por eso es el material más reciclado en el mundo. Además, posee una gran durabilidad y, en comparación con otros materiales, requiere cantidades relativamente bajas de energía para su producción y por consiguiente una menor Huella de Carbono. En esta materia, la huella de carbono promedio de la industria siderúrgica nacional es de alrededor de 1,63 t de CO2 por tonelada de acero producida, lo que se compara positivamente con el promedio mundial de 1,83 t de CO2 por tonelada de acero producido (Fuente Worldsteel Association 2019) y muy inferior a la Huella de Carbono de la industria siderúrgica China, cuya estimación para 2020 fue de 2,44 t de CO2 por tonelada de acero.
Estas características lo convierten en un material muy noble para impulsar la economía circular, ya que, una vez terminada la vida útil de un producto de acero, como máquinas, estructuras, barcos, automóviles, trenes, etc., se pueden desguazar, separando los diferentes materiales componentes y originando unos desechos seleccionados llamados comúnmente chatarra. La misma es prensada en bloques que se vuelven a enviar a la acería para ser reutilizados. De esta forma se reduce el gasto en materias primas y en energía que deben desembolsarse en la fabricación del acero.
Es urgente cambiar la economía lineal por una circular. Al respecto, el ICHA incorpora el desafío de trabajar con una visión de largo plazo que permita generar un modelo que vaya más allá del reciclaje. La sociedad y las empresas y organizaciones de todo tipo y tamaño se deben hacer cargo de sus residuos, valorizarlos y darles una nueva vida o uso.