Quienes están habituados a desarrollar y materializar proyectos de construcción, saben que las Especificaciones Técnicas constituyen un documento contractual de suma importancia, ya que es allí donde se indican las normas técnicas que serán aplicadas, así como los procedimientos utilizados en los proyectos. Junto a estas Especificaciones Técnicas, también se deben considerar los planos y las memorias de cálculo, como antecedentes bajo los cuales la obra deberá ajustar su construcción. Esto, además, está bien señalado en nuestra Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, que es el reglamento legal por el cual en nuestro país se desarrolla toda la actividad constructiva.
De los materiales de construcción importantes que contamos, es el acero y si la obra ha sido concebida utilizando este noble material, los profesionales, técnicos y operarios del proyecto, deben conocer cabalmente las normas técnicas que aplicarán al proyecto. Esto que parece evidente, no siempre se da, porque muchas veces la actualización de las normas tarda en llegar a quienes realizan y materializan los proyectos, ya que las Especificaciones Técnicas no están actualizadas con las normas técnicas vigentes. Y un efecto, es que no sólo el proyecto se verá comprometido al incumplir una norma obligatoria, sino también en que no se saca todo el provecho a las bondades del acero.
Nuestra Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, así como el Decreto Supremo DS10, establecen que existe un conjunto de 197 normas técnicas chilenas que son obligatorias para construir en nuestro país. Cabe señalar que esta obligación es legal y es responsabilidad de cumplirla, el propietario de la obra y el constructor. Cuando se trata del acero, se identifican 17 normas técnicas obligatorias. Y como puede anticiparse, los profesionales que diseñan y construyen deben permanentemente actualizarse al menos en dichas normas, para así incluirlas apropiadamente en las Especificaciones Técnicas del proyecto, cumpliendo con ello la Ordenanza y las expectativas del propietario.
Nuestro país en los últimos años ha realizado un esfuerzo importante por instituciones como el Instituto Chileno del Acero, el Instituto de la Construcción, el Instituto Nacional de Normalización, las empresas del sector acero y numerosos profesionales especialistas en el acero, que en forma voluntariosa se han puesto la tarea de actualizar un conjunto de normas del acero. Esto ha permitido nivelar positivamente el uso de este material en la construcción, lo que impactará en mejores resultados en productividad y calidad de los proyectos. Esta tarea aún es inconclusa, porque falta abordar la difusión de las nuevas normas técnicas, función que puede ser apoyada por los Colegios profesionales, institutos de la construcción, gremios industriales y las universidades, de manera que las Especificaciones Técnicas del próximo proyecto incorporen estándares constructivos actualizados.