Uno de los graves problemas que enfrentó la construcción del puente Cau Cau fue que falló una de las piezas de acero -importada desde China- que se utilizaron en su estructura.
Así lo estimó ante la comisión de Obras Públicas del Senado el ingeniero Sergio Contreras, convocado por el MOP para hacer una “autopsia” al viaducto de la Región de Los Ríos, el que aún se mantiene inutilizable.
Fue precisamente la institución que Contreras preside, el Instituto Chileno del Acero (ICHA), la que emitió este año un estudio que establece que existe alto incumplimiento de la normativa en la calidad de las barras de acero importadas que se comercializan en Chile. Según el instituto, son “productos que no están habilitados para ser utilizados en la construcción de estructuras de hormigón”.
“Consideramos que los incumplimientos detectados (en el estudio) implican una calidad irregular de material que pueden alterar el comportamiento estructural de las edificaciones y obras construidas con ellos”, advierte Contreras.
Para efectuar la verificación, afirman, se utilizó un procedimiento estándar de muestreo y se eligieron 25 barras para hormigón armado de origen importado, las que fueron adquiridas en seis puntos de venta de la Región Metropolitana, durante los meses de noviembre y diciembre de 2014. Y se detectó en el análisis que el 48% de las muestras no cumple con los requisitos señalados en la norma chilena en cuanto a condiciones mecánicas (como la resistencia), geométricas y de masa.
“Los incumplimientos no están en rangos excesivamente altos como para inquietar a la población de que, por ejemplo, las estructuras se van a caer”. Pero, agrega el experto, “esto muestra que no hay controles efectivos. En eso hay un vacío. No hay una entidad en la que este control esté establecido”.
Según Contreras, respecto del puente Cau Cau -que fue encargado a la empresa española Azvi-, “ahí hay un ejemplo de lo que puede pasar cuando se entrega un acero que no corresponde a lo especificado. El problema es que aquí se empieza a producir una cadena de incumplimientos. En estricto rigor, hay un vicio oculto. Nadie detectó eso, lo compraron y lo instalaron de buena fe”.
Agrega que en Chile hay procesos de control conocidos. “Cualquiera de las acereras nacionales sabe que tiene que cumplir ese procedimiento y se puede verificar. Pero en el extranjero, no. ¿Cómo sabes tú si una barra que te están vendiendo corresponde al certificado que te están entregando?”.
El presidente de Asimet (Asociación Chilena de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas), Juan Carlos Martínez, quien integra el directorio del ICHA, no se opone a que las empresas puedan importar aceros más baratos “siempre que sea producto de la libre competencia y no de distorsión de precios”. Además, plantea que el producto foráneo debería tener las mismas exigencias de calidad que las de los chilenos.
El gerente general de la Cámara Chilena de la Construcción, Sergio Cavagnaro, afirma que cualquiera sea la materia que se trate, las constructoras deben cumplir la normativa que les sea aplicable, que considera diversos sistemas de control. Además, dijo, el sector público debe tener organismos competentes para velar porque los productos importados cumplan las normas nacionales.
Fuente: El Mercurio