Un sentido recuerdo de Iván Matesić

En el largo camino de la vida encontramos muchos hombres señeros con espíritus e inteligencia que sobresalen y aquellas personas, que han sido nuestros referentes en ese camino se mantienen allí, aún más allá de la vida, firmes en el recuerdo.

Este es el caso de Iván Matesić, quien fue alguien que definió caminos y forjó, de manera sólida, una actitud frente al trabajo y al desarrollo empresarial de la industria de la fabricación de estructuras de acero. Para ello prestó una colaboración incansable, sólida y consistente al ICHA en el desarrollo de manuales y normas para mejorar esa actividad y, en general, la calidad de la industria.

Pero Iván no solamente aportó su trabajo, también entregó su espíritu y su inteligencia a una vida íntegra que llegó a su familia y a todos lo que lo rodeamos, en acciones que nos permitieron tener una gran amistad, a través de nuestra actividad profesional, de compartir momentos cálidos de esparcimiento, de recorrer cumbres buscando tocar el cielo azul.

La temprana partida de Iván nos deja un recuerdo difícil de superar, una pérdida que tendemos a sentir como irremplazable; y que, sin embargo, no es definitiva. Hoy es importante seguir su ejemplo y afrontar su ausencia con voluntad férrea y el corazón dúctil como el acero.

Rescatemos hoy, en recuerdo de Iván, esas palabras de Ezra Pound:

 

Me quedé inmóvil siendo un árbol en el medio del bosque,

Conociendo la verdad de cosas nunca antes vistas.

 

Sergio Contreras A.