Durante 2012 el escenario económico mundial estuvo condicionado por la crisis de deuda en Europa, el lento crecimiento en Estados Unidos, recesión en Japón, des aceleración de China y en la mayoría de los países emergentes. Además, se caracterizó por una alta volatilidad en los mercados financieros y el fortalecimiento del dólar frente al euro y yen.
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En su misión de velar por la calidad de los materiales y estructuras de acero, la Corporación Instituto Chileno del Acero (ICHA), a través de su Comité de Normas y Monitoreo, realizó el monitoreo de calidad sobre productos importados con el propósito de alertar al mercado de la posible existencia de artículos que no cumplen con las normas.
Cabe señalar que en Chile las barras de acero importadas se encuentran normadas por la NCh204.Of2006 Acero-Barras Laminadas en Caliente para Hormigón Armado, que está comprendida dentro de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción.
El muestreo, realizado bajo procedimiento ICHA-204-01 en la Región Metropolitana, consistió en adquirir barras de refuerzo importadas en cinco puntos de venta entre los días 9 y 17 de diciembre de 2011, considerando barras de 8, 10, 12, 22 y 25 mm de diámetro.
Las muestras arrojaron como resultado que de los cinco distribuidores considerados, sólo el 40% dispone de certificados donde se indica la calidad del producto; un 55% de las muestras ensayadas no cumplen con los requisitos señalados en la norma chilena; un 13% no cumple con las propiedades mecánicas; el 27% no cumple con la geometría de resaltes; y 18% no cumple con la masa lineal exigida.
Junto a esto, se demostró que la mayoría de los distribuidores no entrega los certificados e informes de ensayo del producto. Además, la identificación de las barras de refuerzo no permite determinar al productor, por lo que ante un eventual problema de calidad del producto no existe una empresa que se haga responsable.
El ICHA, en su calidad de ente técnico del acero, declaró que los incumplimientos detectados alteran el comportamiento estructural considerado en los procedimientos de cálculo de estructuras, comprometiendo significativamente su desempeño, tanto en condiciones estáticas como dinámicas.
Para corregir los incumplimientos detectados, el ICHA sugiere las siguientes acciones:
- Reponer las atribuciones de ADUANAS, para revisar y autorizar el ingreso de aceros importados.
- Incorporar al certificado de calidad del acero en el listado de documentos requeridos para los permisos de construcción y recepción final de obras.
- Crear una Superintendencia de Calidad Estructural de la Edificación, como entidad autónoma y con los recursos necesarios para asegurar el cumplimiento de las normativas relativas a la construcción.
Jaime Castañeda, Presidente del ICHA, indicó que “confiamos en que nuestro planteamiento sea estudiado por las autoridades y se convierta en un verdadero aporte, que permitirá seguir manteniendo la estabilidad y duración de las estructuras y construcciones nacionales, así como de la seguridad de las personas”.
En nuestro país es cada vez más común que se utilicen estructuras de acero en la construcción de edificios, sin embargo, el crecimiento de este tipo de construcciones ha sido lento pese a las importantes ventajas que presenta. Además, el gran desconocimiento y la poca tradición que tienen nuestros profesionales en el desarrollo de este tipo de construcción, ha dado como resultado la utilización de otros tipos de tecnología.
El acero no sólo tiene un excelente comportamiento frente a la actividad sísmica por su resistencia y ductilidad sino que, además, desde el punto de vista arquitectónico pueden lograrse obras de gran belleza, permitiendo que tanto los muros como las vigas puedan ser de menores dimensiones con respecto a las de otros elementos, conservando su resistencia mecánica y permite, también, construir edificaciones a gran velocidad pues el acero llega a la obra como producto terminado.
Sin embargo, las edificaciones en general, incluidas las de acero, son vulnerables frente a un incendio y por tal razón deben protegerse, considerando en su diseño, métodos o sistemas de protección capaces de resistir, durante un cierto tiempo, las altas temperaturas que se producen en los incendios.
La estabilidad de los elementos estructurales no puede evaluarse en forma aislada, sino en forma global, considerando un conjunto de criterios relativos a la concepción arquitectónica tales como: reglamentación y normas técnicas, aislamiento térmico, compartimentación, extracción de humos, señalización, vías de evacuación, sistemas de detección y alarma, red de rociadores de espuma, de agua y formación de personal especializado, entre otros.
Reacción al Fuego y Resistencia al Fuego
La construcción o estructura propiamente tal, si es de acero no contribuye en el incendio y en el caso de otros elementos estructurales contribuye sólo en una pequeña parte al fuego. De aquí que la legislación limita la cantidad y naturaleza de los materiales combustibles que existen en edificios como establecimientos industriales, supermercados, centros comerciales y de bodegaje. Se deduce de estoque las cualidades exigidas a los materiales frente al fuego no pueden considerarse por ellas mismas, sino como aporte a un sistema conjunto de seguridad, destinado a salvar vidas y bienes materiales existentes en el sitio incendiado.
Partiendo de este punto de vista, se definen dos conceptos fundamentales que se utilizan en la mayoría de los países para analizar o medir el comportamiento al fuego de los elementos, tales son la reacción al fuego y la resistencia al fuego.
La reacción al fuego es el alimento que un material puede aportar al fuego y al desarrollo del mismo, permitiendo apreciar el riesgo existente en el local, creador de pánico. Es por tanto, un índice potencial de la capacidad del material para favorecer el desarrollo del fuego.
La resistencia al fuego es una cualidad que poseen los elementos de construcción, verticales, horizontales o inclinados, en el sentido que soportan un fuego intenso cumpliendo su función estructural bajo condiciones reales, durante un tiempo suficientemente largo como para confinar el fuego en el lugar de origen, de modo de evitar o retrasar su avance hacia el resto de la edificación. Esta cualidad se mide por el tiempo en minutos durante el cual el elemento conserva la estabilidad mecánica, la estanquidad a las llamas, el aislamiento térmico y la no emisión de gases inflamables.
Cabe señalar que en la actualidad existen normas oficiales para determinar el comportamiento frente al fuego de elementos específicos y no abordan las edificaciones como un proyecto integral. El MINVU, a través de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción, da a conocer exigencias mínimas que deben cumplir las edificaciones, entregando consideraciones generales para la protección pasiva que incluye el concepto de compartimentación y la protección activa, sin diferenciar según el tipo de material utilizado.
Protección Contra el Fuego de Estructuras de Acero
La Corporación Instituto Chileno del Acero, ha realizado diferentes actividades con el objetivo de entregar, al mercado nacional, herramientas técnicas que permitan comprender, aplicar e incorporar los últimos avances tecnológicos para la protección contra el fuego de estructuras de acero.
“Se editó el documento técnico de interpretación y recomendaciones a la OGUC con la finalidad de explicar con mayor detalle los artículos que tienen una directa relación con la edificación en acero. Se ha realizado una misión tecnológica a Europa con el objetivo de prospectar e identificar las normativas y avances tecnológicos que existen a nivel mundial, permitiendo la incorporación de soluciones eficientes y seguras en el mercado nacional”, señala Juan Carlos Gutiérrez, Gerente del Instituto Chileno del Acero – ICHA.
En base a los avances prospectados, se realizó un análisis de las exigencias nacionales y una proposición de mejoras o actualizaciones, que permitan establecer un marco normativo acorde a la realidad chilena. Además, se difundieron los alcances logrados a través de seminarios, en santiago y regiones, boletines, publicaciones técnicas y web.
“Actualmente, se están revisando una serie de propuestas generadas en conjunto con DICTUC e IDIEM, relativas a: Compartimentación, Requisitos Resistencia al Fuego, Protección Activa, Viviendas hasta dos pisos, Muros Cortafuego, Galpones Industriales Aislados, Edificios Altos, Comportamiento de Materiales, Ventilación, Estacionamientos Subterráneos”, señala Juan Carlos Gutiérrez, Gerente del Instituto Chileno del Acero – ICHA.
“Estas actividades permiten al Instituto Chileno del Acero entregar a la comunidad herramientas para la ejecución de edificaciones y estructuras más seguras y eficientes, considerando que es el comienzo, ya que la protección contra el fuego requiere una investigación continúa que permita la actualización periódica de las exigencias y la incorporación de los nuevos avances tecnológicos”, agrega Juan Carlos Gutiérrez.