A las 11.30 del 24 de junio, se entregó oficialmente al Hospital Clínico de la Universidad de Chile el prototipo de ZonaCero, un módulo fabricado en acero y diseñado en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de dicha casa de estudio.

El proyecto contó con el apoyo del Instituto Chileno del Acero, ICHA, que proveyó de los cálculos de ingeniería y de la coordinación para el diseño y fabricación de las piezas necesarias de acero.

Las empresas VH y CINTAC aportaron las vigas livianas para la estructura de piso y las vigas y paneles para muros y techumbre. Todos los elementos fueron fabricados especialmente y permitieron que la obra estuviera lista en sólo 15 días, destacando en ello el sistema de construcción industrializada, que en definitiva es lo que permitió contar con esta infraestructura de emergencia en tan poco tiempo.

La construcción modular, que tiene un tamaño de 4.90 de ancho x 22.1 metros de largo, permite la primera atención (en condición de pre-triage) a pacientes que presenten síntomas de patologías respiratorias, posibilitando una atención rápida en un espacio segregado y disminuyendo las probabilidades de contagio intrahospitalario. El módulo tiene una capacidad para la atención de 10 pacientes (cubículos) y 16 en la sala de espera considerando la distancia social recomendada.

Asimismo, se realizará la liberación del proyecto bajo licencia open source: diseños, planos, manuales, especificaciones técnicas, presupuestos y material gráfico; con el propósito de que cualquier otra organización pueda gestionar y construir más módulos a lo largo de Chile.

“El proyecto es de valiosísima utilidad para responder adecuadamente a una pandemia. Es fundamental el principio de flujos segregados para pacientes con sospecha de coronavirus y los que acuden a una segunda consulta, cumpliendo con uno de los principios que rigen en las pandemias, que es evitar el ingreso de gérmenes al recinto hospitalario y poder dar una atención en un lugar especial implementado para cumplir con el aislamiento y, posterior a la atención, cumplir con una desinfección adecuada. Esto permite garantizar la seguridad del personal de salud y los pacientes siguientes.”, señaló el Dr. César Cortés Marín, Jefe del Servicio de Urgencia del Hospital Clínico de la Universidad de Chile José Joaquín Aguirre.

Tras la entrega de esta obra, se concretará con el área privada y pública la factibilidad de replicar otro módulo de similares características en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública (ex Posta Central).

 

 

Recién desatada la pandemia de COVID 19 en China, se ordenó la construcción de un hospital de emergencia en Wuhan, ciudad de origen de la enfermedad. El desafío era enorme, sólo 10 días para entregarlo funcionando, capacidad para 1.000 camas y debía contar con UCI, soporte de oxígeno, un avanzado equipo informático, además de sectores separados para pacientes, médicos y servicios.

El Consejo de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción, con el patrocinio del Consejo de Construcción Industrializada, organizó un seminario con el ingeniero en jefe de la empresa china Construction Third Engineering Bureau, Yu Di Hua, quien estuvo a cargo de las obras del hospital Huo Shen Shan en Wuhan.

El ingeniero explicó que la construcción debió enfrentar grandes dificultades, aparte de la obvia que era el plazo. Trabajaron con fuertes vientos, lluvia incesante y nieve, además de las restricciones generadas por la pandemia y que afectaron la logística, como el cierre de la ciudad y de las empresas proveedoras. Señaló que la clave de todo estuvo en contar con módulos prefabricados de acero, que se fueron conectando según el diseño generado por las necesidades sanitarias.

Yu Di Hua señaló que se utilizaron vigas y paneles de acero ligero para complementar los módulos. Todos, elementos prefabricados en línea y de fácil obtención para optimizar el tiempo. Explicó que el diseño y la modalidad constructiva es tan flexible, que un par de días antes del término del plazo le ordenaron cambiar un 30% del diseño original y, aún así, pudieron terminar en la fecha acordada.

El ingeniero dijo que para poder desarrollar un industria de construcción en acero modular y prefabricada es fundamental contar con normas que estandaricen la producción de las distintas piezas y así evitar problemas al momento del ensamblaje. Hizo hincapié en que las empresas de construcción deben cambiar su cultura de entrega de un servicio especializado, por el de uno integral y de la construcción manual a la de línea de montaje. Sólo así, dijo, el rubro puede estar preparado para responder adecuada y oportunamente a las emrgencias.

 

Con la llegada de los perfiles para la estructura del piso y los paneles y vigas de acero, comenzó la construcción del piloto del proyecto Zona Cero en un sector aledaño al Hospital Clínico de la Universidad de Chile. La estructura de 4,88 por 21,96 metros tendrá como finalidad prestar la primera atención a los pacientes que lleguen con síntomas de enfermedades respiratorias. Así se ayuda a descongestionar las instalaciones tradicionales del centro asistencial.

La construcción de este proyecto, diseñado por profesionales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, es posible gracias a la coordinación entre la academia, el Instituto Chileno del Acero, ICHA, y empresas privadas que aportan los materiales.

En detalle, la FAU generó el diseño de Zona Cero consultando a facultativos del hospital las necesidades más inmediatas. El ICHA realizó los cálculos de ingeniería y coordinó con su Comité de Conformadores la concreción del suministro de los materiales, y el departamento de estructuras de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile realizó la revisión estructural. La empresa VH aportó los perfiles de acero dimensionados específicamente para la estructura del piso. CINTAC, por su parte, desarrolló y entregó el resto de los materiales de acero necesarios para levantar la estructura, esto es paneles para los muros y la techumbre, además de las vigas soportantes, material para las terminaciones y los paneles intermedios para separar los boxes de atención de pacientes.

Todos estos materiales cumplen estrictamente con las normas vigentes en Chile para productos de acero.

Con las piezas ya en el recinto del hospital, se capacitó a las personas que participan en la construcción, cuidando también que se respeten las normas de higiene necesarias para evitar el contagio de COVID-19.

Zona Cero es el primer ejemplo concreto de cómo la construcción industrializada en acero puede ayudar a enfrentar la emergencia de salud que vivimos hoy. Este sistema presenta varios beneficios, como la flexibilidad en el diseño, una considerable reducción en los tiempos de construcción y una menor cantidad de personas en obra, lo que ayuda a disminuir los riesgos de contagio.