Seguridad y resistencia a toda prueba
Hace ya más de 60 años que en Chile existen rigurosas normas que imponen la obligación de diseñar y construir edificios bajo ciertos patrones de cálculo que apuntan a entregar una respuesta apropiada frente a diferentes eventualidades.
“El rol de los profesionales de la construcción es elegir las mejores propiedades de cada insumo para diseñar y edificar de manera segura y resistente”, comenta el ex director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (AOA) y presidente del Comité de Especialidades de la Cámara Chilena de la Construcción, Fernando Guarello.
En un país catalogado como uno de los más sísmicos del planeta y en el que también es normal que se produzca una amplia variedad de otras catástrofes naturales, la seguridad y la resistencia de los materiales de construcción, además de las técnicas usadas, son requisito indispensable para garantizar la calidad de los proyectos.
Según los expertos, un nivel de desarrollo que ha posicionado a Chile como un referente dentro del contexto internacional gracias a los altos estándares alcanzados por profesionales y las empresas del rubro.
El ex director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile (AOA) y presidente del Comité de Especialidades de la Cámara Chilena de la Construcción, Fernando Guarello, explica que en el caso de los terremotos, desde el punto de vista tanto profesional como también de la industria que involucra a disciplinas tales como la ingeniería y la arquitectura, el nivel de prestigio alcanzado por nuestro país está entre los más altos del planeta sin ninguna duda.
“Por lo general el estándar de la respuesta antisísmica de las edificaciones levantadas en nuestro país es alto, ya que el nivel de daño físico registrado en comparación con la magnitud llega a ser incluso motivo de estudio entre especialistas japoneses y californianos, quienes nos siguen en materia de condiciones geológicas”, apunta el profesional.
Desarrollo fundamental
Respecto al empleo de materiales, Guarello afirma que la mayoría de las obras están desarrolladas sobre la base de sistemas como la albañilería reforzada o armada, al igual que la aplicación de hormigón armado para las estructuras.
“Nuestro país ha experimentado un gran crecimiento económico en los últimos 30 años. A raíz de ese hecho ha requerido la materialización de toda una infraestructura capaz de soportar ese relevante desarrollo, entre la que destaca la concreción de numerosos proyectos aeroportuarios, viales y hospitalarios. Ello ha obligado a que prácticamente todos los actores del área de la construcción hayan adquirido nuevos conocimientos y aplicado tecnologías cada vez más innovadoras para el desarrollo de las edificaciones”, enfatiza el arquitecto.
Control del fuego y el humo
A diferencia de los sismos, los incendios pueden controlarse de diversas formas: ya sea por la acción pasiva de los materiales (capacidad propia de resistir) o bien por el trabajo activo que realizan los sistemas de extinción (por ejemplo, rociadores).
Así lo establece el presidente del Comité Técnico de Protección contra el Fuego del Instituto Chileno del Acero (ICHA), Sergio Sierra, quien añade que el avance esencial en este ámbito ha radicado en conferirle a las estructuras el atributo de controlar el humo generado por la combustión y lograr que la construcción tenga la solvencia necesaria para conseguir evacuar a las personas en un tiempo razonable.
“Desde el desarrollo de materiales de terminación que no combustionan, como alfombras o muebles, hasta protecciones pasivas aplicadas mediante pinturas o cubiertas intumescentes, la tecnología ha ayudado de manera significativa a reducir los riesgos de incendio en las edificaciones tanto en el mundo como en nuestro país”, detalla el especialista.
Fuente: El Mercurio de Regiones