FRIEDR. ISCHEBECK GmbH es una empresa alemana con 140 años de experiencia y uno de los principales fabricantes de soluciones geotécnicas, sistemas de entibación y encofrados. En 1980 inventó la barra autoperforante de acero que rápidamente se convirtió en un éxito en el mercado de la geotecnia.

Este producto se utiliza tanto en túneles, minería, obras de infraestructura como puentes y edificios.

En agosto de 2018 ISCHEBECK decidió instalarse directamente en Chile y este año se hizo miembro del ICHA. Su gerente general, Gonzalo Herrera, explicó que esta decisión se tomó por ser el Instituto Chileno del Acero una organización autónoma, que se dedicada a la investigación y promoción de los usos del acero y que además “pone en el tapete temas transversales”.

“Queremos aportar con nuestra experiencia para avanzar en el desarrollo de publicaciones técnicas de diseño, instalación e inspección técnica de las barras autoperforantes, ya que hoy no existe ningún documento relacionado”, señaló Gonzalo Herrera.

Explicó que el objetivo de la empresa es ayudar al ICHA a trabajar en el desarrollo de una norma técnica para estos productos “ya que hoy se utilizan barras autoperforantes que están destinadas a durar dos años en proyectos que tienen un diseño de por vida”.

 

 

El director ejecutivo del ICHA, Juan Carlos Gutiérrez, participó en el webinar organizado por la CDT “Prefabricados en la Construcción” con el tema “Experiencia y desafíos en prefabricados en acero” y se refirió a las ventajas que entrega el acero en la prefabricación de obras.

Indicó que con el acero se consiguen costos más competitivos, capacitación permanente de los operarios y además existe una disponibilidad de información técnica para el diseño y la construcción.

Gutiérrez indicó que el ICHA está participando activamente en el Consejo de Construcción Industrializada, particularmente en la iniciativa de desarrollo de una norma chilena de glosarios técnicos que se utilizan en la construcción industrializada. Precisó que la prefabricación es un proceso donde se incorporan a la construcción elementos prefabricados fuera de obra, mientras que la industrialización es una producción en serie que utiliza métodos predeterminados, conocidos y repetitivos, con tecnología clasificada y certificada, es decir utilizando métodos claros y controlables.

A raíz de esto, Gutiérrez señaló que, desde la perspectiva del ICHA, la industrialización requiere de normas técnicas, certificación y verificación.

Refiriéndose a la construcción industrializada en acero, señaló que “nos encontramos con un elemento calidad uniforme y susceptible de ser sometido a un proceso de control de calidad que garantice el estándar definido en el diseño y que se puede verificar al término del proceso de construcción”.

En este proceso de construcción, el director ejecutivo del ICHA enumeró las ventajas del acero. Explicó que “es un material que proviene de un proceso industrial que permite un control de calidad desde su génesis y es un producto que sirve para obras de montaje, es una faena seca, reduce los excedentes en obra, la exigencias de bodegaje, los plazos de construcción y los costos. Además, mejora el control y la gestión de calidad y con ello la calidad final de la obra”.

Gutiérrez explicó que el ICHA ha realizado un trabajo normativo intenso en los últimos años. Citó la norma de diseño de estructuras de acero que databa de 1977. Gracias a este trabajo en 2016 el Instututo Nacional de Normalización aprobó la norma de diseño de estructuras de acero con perfiles laminados y soldados NCh427/1, y en diciembre de 2019 la norma de diseño de estructuras con perfiles conformados en frío NCh427/2. “Es decir hemos, actualizado una brecha tecnológica del orden de 40 años y así el país dispone de normas para diseño de estructuras que están actualizadas lo que permite aumentar la participación de distintos actores desde el punto de vista del diseño”.

Respecto del desarrollo normativo para la fabricación y el montaje de estructuras de acero, Gutiérrez señaló que la brecha era mayor aún, pues la norma anterior databa de 1957. Ésta norma fue actualizada y aprobada por el INN en 2017, permitiendo que los estándares técnicos se adapten a la realidad actual de la construcción. “Es decir, los principales productos con los cuales se puede diseñar, fabricar y montar estructuras de acero, disponen de normativas chilenas certificables. Esto es una realidad que no existía en nuestro país y que hoy permite sentar certezas sobre las cuales se puede construir y desarrollar proyectos con integración temprana de actores”, indicó el director ejecutivo del ICHA.

Sobre los desafíos de la construcción industrializada en acero, Gutiérrez señaló que se requiere la involucración temprana en las etapas del diseño de una obra, además de reforzar la capacitación y certificación. “En el ICHA tenemos a disposición el Código de Mejores Prácticas para Construcciones en Acero, además del libro Proyectar en Acero: Práctica Chilena y próximamente presentaremos un nuevo libro sobre Diseño de Estructuras de Acero”.

Esta fue una de las principales conclusiones del nuevo “Encuentros de Acero” organizado por el ICHA con el apoyo de la CDT y donde el tema de análisis fue “Reapertura de obras de construcción y abastecimiento de acero”.

Soledad Santelices, gerente de sostenibilidad empresarial de la CCHC, señaló que debido a la pandemia la industria de la construcción perdió un 35% de sus puestos de trabajo. Ante esto, explicó se desarrollaron estrictas medidas de higiene y seguridad que permitieran reiniciar las obras.

Explicó que se desarrolló un Protocolo Sanitario el que deben suscribir tanto empresas constructoras como sus proveedores, para obtener los permisos de trabajo. A la fecha hay 1.500 empresas y 3.450 obras inscritas a lo largo del país.

Además, se dispuso de un canal de comunicación directo con las comunidades para resolver sus inquietudes y dudas respecto de las reapertura de obras y posibles contagios que pudieran generar entre los vecinos.

Ricardo Saavedra, coordinador de seguridad y salud laboral de la CCHC expuso sobre los protocolos de seguridad para los proveedores de la construcción. Señaló que el peak de cierres ocurrió entre mayo y junio, pero que ahora la mayoría de esas obras están operando nuevamente. Agregó que “el trabajo realizado en materia de seguridad permitiría seguir operando aún en cuarentena y eso es un gran impulso para la reactivación de la industria y la economía del país”.

Dijo que la CCHC mantendrá este protocolo sanitario al menos durante todo el próximo año para que las empresas de la construcción puedan seguir operando. Esto, dijo, le debería dar tranquilidad a la industria.  Agregó que “las condiciones están dadas para que la industria de la construcción siga operando bajo las condiciones de seguridad impuestas por la autoridad, la CCHC y las mutuales de seguridad, sobretodo en el caso de que se retomen las cuarentenas.

Como en todas las versiones de Encuentros de Acero, Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA expuso sobre el consumo aparente de acero en Chile. Dijo que con respecto al mes pasado, la proyección de consumo aparente de acero se redujo de – 23% a – 19% para el año 2020. En tanto, para el año 2021 se espera una recuperación del índice en 10%.

Con más de 3.000 personas, el Congreso Virtual Alacero 2020, se celebró el martes 10 de noviembre. Fue la primera vez que el evento anual de la asociación ocurrió de manera totalmente en línea. El encuentro dio a conocer el panorama actual de la industria siderúrgica en América Latina, así como las perspectivas de los expertos más influyentes del mundo por el resto de este año, el 2021 y acerca del futuro.

En la apertura del Congreso, su presidente Máximo Vedoya destacó que “el grado de desarrollo de la región nos muestra que tenemos aún muchas oportunidades para crecer. Un indicador que usamos en la industria es el Consumo de Acero Aparente, en América Latina este consumo de acero es de100 kg por habitante, en Estados Unidos es de casi 300kg, pero en China está en los 630kg por habitante. Hay espacio de crecimiento en nuestros países, ya sea en la fabricación de bienes durables, como en la necesidad de infraestructura, energía y vivienda.”

En el primer panel, de analistas, participaron Dani Rodrik, uno de los 100 economistas más influyentes del mundo; Andrés Malamud, especialista en instituciones democráticas, política exterior y procesos de integración regional y Andrés Oppenheimer, comentarista de CNN y uno de los intelectuales más influyentes en América Latina. En sus exposiciones hubo un hilo conductor: la educación y la reindustrialización son necesarias para poder competir en una economía en la que el modelo hiper globalizado se agotó y se construyen cadenas de proveeduría regionales. La posibilidad de atraer estas cadenas dependerá de la capacidad de integración regional y de políticas públicas y acciones privadas que contribuyan a su desarrollo. Además, para hacerlo en un contexto cada vez más tecnológico y robotizado, se requiere de mejores sistemas de educación, mayor capacitación de los trabajadores y cohesión social, en una región en la que la desigualdad es uno de los grandes problemas. Moderado por Paolo Rocca, presidente y CEO del Grupo Techint, quien resumió el panel comentando que “América Latina tiene hoy una oportunidad histórica de convocar a un desarrollo industrial y a un desarrollo de su cadena de valor integrada con una dinámica importante.”

El encuentro sacó a la luz la visión de las administraciones públicas sobre la desigual recuperación de la economía en las distintas regiones. El rol de los gobiernos en el nuevo contexto fue discutido también con Dra. Graciela Márquez Colín, Secretaria de Economía de México, quien resaltó el rol de las Pymes y destacó que Latinoamérica debe aprovechar la relocalización para atraer empresas que migraron hacia China. “Debemos hacer atractivos nuestros países a esas empresas en momentos donde se están acortando las cadenas globales”, dijo. Por su parte, Carlos Alexandre da Costa, Secretario Especial de Productividad, Empleo y Competitividad del Ministerio de Economía de Brasil indicó que “el proceso de reindustrialización es posible gracias a un entorno macroeconómico adecuado, pero también a una serie de micro reformas diseñadas para garantizar un buen escenario para los negocios”. El debate fue moderado por Sergio Leite de Andrade, CEO de Usiminas.

Al final de la reunión los participantes pudieron escuchar de los CEOs de las empresas de acero más grandes de la región sus perspectivas en América Latina y los desafíos hacia adelante en todos los países. La mesa contó con la participación de Máximo Vedoya, CEO de Ternium y presidente de Alacero; Carlos Zuluaga, CEO de Acesco; Gustavo Werneck, CEO de Gerdau; Jefferson de Paula, CEO de ArcelorMittal; y Raúl Gutiérrez, CEO de Deacero. La moderación del debate estuvo a cargo de Maria Juliana Ospina, Directora Ejecutiva del Comité Siderúrgico de la Asociación Nacional de Industriales de Colombia (ANDI).

“La industria del acero latinoamericana es una industria muy competitiva en términos globales. Tenemos muchas ventajas diferenciales con Asia, que en condiciones justas de mercado nos destacan. La industria es parte de la solución para la integración regional; es el motor de crecimiento social, tractora de PyMES y generadora de empleos de calidad para responder a una América Latina que reclama crecimiento, desarrollo y sobre todo mayor inclusión. Latinoamérica tiene una oportunidad histórica de realmente hoy hacer una diferencia y volver al camino de crecimiento”, dijo Máximo Vedoya, presidente de Alacero.

Con un formato virtual, debido a la contingencia, se realizó el cuarto “Seminario Internacional de Construcción Industrializada: Industrialización en tiempos de reactivación”, organizado por el programa Construye2025 de Corfo y el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), más el apoyo de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT).

El encuentro fue inaugurado por el vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Zeppelin, quien se refirió a los desafíos sanitarios, económicos, sociales y ambientales que enfrenta la industria y el rol que juega la industrialización frente a ellos. “La construcción industrializada es una muy buena herramienta, que reduce impactos en obra y minimiza los residuos de la construcción. La invitación es a que las acciones se implementen ya, buscando la eficiencia y los mejores estándares, a confiar y construir confianza, trabajando en equipo”, afirmó.

En ese contexto, el gerente de Construye2025, Marcos Brito, llamó a ampliar la mirada sobre la industrialización, la que va mucho más allá de prefabricar. “Es un concepto mucho más amplio, que involucra ordenamiento y una manera de producir mucho más eficiente”, señaló.

Por su parte, la presidenta del CCI, Francisca Cruz, hizo hincapié en lo complejo que ha sido el año para un rubro “tremendamente expuesto a la mano de obra in situ, que ha tenido dificultades muy grandes para poder mantener la continuidad operacional”. Por eso, es que la industrialización -según dijo- no es solo una tendencia, sino una necesidad. “Cuando el ambiente es más controlado, hay más certidumbre y seguridad”, acotó.

Pero la industrialización también responde a la necesidad de reducir los residuos, un punto al que las empresas están poniendo cada vez más atención. Asimismo, la presidenta del CCI, valoró el rol de la innovación y la digitalización en la oferta y la estrategia de negocios.

 

La mirada internacional

Una de las invitadas al seminario fue la socia de McKinsey & Company en Madrid, Maria Joao Ribeirinho, quien reafirmó el enfoque industrial que está tomando el rubro en un escenario en que los requisitos de sostenibilidad son cada vez más amplios. En este ámbito, las tendencias de futuro son, al menos, tres, en su opinión: la industrialización, la digitalización y la entrada de nuevos actores. “En diferentes lugares del mundo hablamos de modularización: unidades individuales, a veces paneles; unidades volumétricas; o estructuras completas. Podemos tener diferentes constructos para lo que es modular y aunque el término módulo es cada vez más popular, no hay una sola solución para todos los proyectos. Pero, lo más importante es que estamos viendo una mentalidad más modular en la industria: paneles 2D, 3D o estructuras modulares completas”, afirmó.

Según la especialista de McKinsey & Company, lo importante es pensar con una “mentalidad modular”, para poder dividir el producto en componentes. “Una construcción modular puede ayudarnos a disminuir tiempos y tiene menor variabilidad en los resultados, que son competitivos y sustentables, porque el proceso genera menos contaminación y menos materiales sobrantes”, indicó.

En este sentido, el camino apuntaría a aumentar la escala y sofisticar la fabricación de módulos, hacer modelamiento 3D, gestionar la colaboración digital aumentada y mejorar la programación de los proyectos y la ejecución offsite. “Las herramientas digitales nos pueden ayudar con la eficiencia en la gestión de la mano de obra”, argumentó Maria Joao Ribeirinho.

Respecto a la irrupción de nuevos actores, la invitada internacional comentó que, en el espacio modular, ya existen muchas empresas que hacen la estandarización en la producción de módulos y otras que se mueven en el e-commerce. “Esto genera mucha más competencia y transparencia de los precios”, afirmó.

Finalmente, compartieron sus puntos de vista Scott Fisher, CEO de PrefabNZ en Nueva Zelandia; y Johann Betz, fundador de Offsite Design. Este último, puso énfasis en el desafío de construir viviendas asequibles y de buena calidad; mientras que el primero aseguró que el Lean Manufacturing debiera ser la piedra angular de la industria, ya que la construcción offsite está por sobre esta base. “La producción limpia sin desperdicios debiera ser un requerimiento fundamental”, señaló Fisher.

 

Iniciativa tiene por objetivo impulsar medidas que disminuyan la demanda de recursos, logren menor impacto ambiental, regeneración del medio ambiente y protección del patrimonio ambiental.

Este martes 03 de noviembre, se presentó la visión y se inició el proceso colaborativo para la co-creación de la Estrategia de Economía Circular en Construcción, iniciativa en la que participan como actores activos el Instituto de la Construcción (IC), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el programa Construye2025 de Corfo, junto con la facilitación técnica de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT).

La Estrategia busca generar un plan de acción público-privado al 2025, como continuidad de la Hoja de Ruta RCD Economía Circular al 2035 y en el marco de la Hoja de Ruta nacional de Economía Circular al 2040.

En el evento virtual, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, celebró que la construcción sea la primera industria en generar una estrategia sectorial en el marco de la Hoja de Ruta Nacional.

“El sector de la construcción no es solo el principal consumidor de materias primas a nivel global, sino que genera más del 35% de los residuos que actualmente se producen en nuestro país. Prevenir y reducir los residuos de la construcción y la demolición, sin duda producen impactos medioambientales significativos, pero también enormes beneficios y oportunidades directas para las empresas del sector”.

A ello añadió que “con la incorporación de la economía circular en el mundo de la construcción se abren innumerables posibilidades para la optimización y el ahorro de recursos, así como también para la innovación y el emprendimiento”.

Por su parte, el presidente del Instituto de la Construcción, Miguel Pérez, señaló que “realizar un Estrategia Sectorial de Economía Circular en Construcción es, sin duda, un tremendo desafío que nos convoca a todos quienes formamos parte de la cadena de valor de la industria. El Instituto de la Construcción es una entidad que está constituida por los principales actores públicos y privados del país, por ello nuestro desafío es y será integrar a todos para que contribuyan con una amplia diversidad de ideas, opiniones y enfoques, que nos permitan finalmente pasar de una economía lineal a una economía circular”.

Carlos Zeppelin, vicepresidente de la Cámara Chilena de la Construcción, planteó que el desarrollo de esta estrategia es un desafío relevante para el sector. “Que hoy estemos reunidos es una oportunidad para relevar lo importante que es que avancemos rápido y con fuerza, por una cultura de construcción circular. Es fundamental cambiar el paradigma de cómo construimos para enfrentar los desafíos actuales y futuros”.

Asimismo, Alejandra Tapia, coordinadora técnica de sustentabilidad del Programa Construye 2025 de Corfo, indicó que “hago un llamado a distintos liderazgos, cualquier persona desde el rol que desempeña, puede ser un gran líder para empujar, implementar acciones que nos ayuden a avanzar hacia una construcción circular y más sostenible”.

Estrategia

 La Estrategia de Economía Circular en la Construcción, pretende establecer en Chile la cultura de construcción circular, viéndola como un desafío y al mismo tiempo como una oportunidad que permita el desarrollo sostenible, social, ambiental y económico de la industria, a través de iniciativas coordinadas entre el sector público, privado, academia y la validación ciudadana.

Este proyecto es de carácter nacional y busca impulsar medidas que disminuyan la demanda de recursos, lograr menor impacto ambiental, la regeneración del medio ambiente y protección del patrimonio ambiental, junto con la mejora de la calidad de vida de las personas. Sumado a esto, también instala la oportunidad de innovación y nuevos modelos de negocio circulares, para generar una reactivación económica verde posterior al escenario de pandemia al que nos hemos enfrentado este 2020.

“Estamos frente a una oportunidad para impulsar un cambio en la industria que favorezca el mejoramiento de los procesos de producción, hacia una mayor innovación, industrialización y digitalización. Los invito a sumarse a este desafío de trabajar de manera participativa y colaborativa, para que juntos promovamos el desarrollo sostenible del país y por consiguiente logremos una mejor calidad de vida para las personas y las futuras generaciones”, concluyó Miguel Pérez, presidente del Instituto de la Construcción.

En la tercera y última jornada del ciclo de charlas técnicas “Desafíos y Soluciones del Acero en la Construcción. Impacto en el Diseño y la Productividad “, organizado por el ICHA y la Universidad Autónoma de Chile, tres destacados expertos del sector construcción describieron las bondades de este material aplicado en obras públicas.

Sergio Sierra.  Gerente Comercial de EDYCE se refirió a los desafíos y logros en el proyecto Américo Vespucio Oriente. Señaló que el mayor desafío ha sido levantar el mayor viaducto del país en un espacio muy reducido y con plazos acotados. Explicó que para solucionar esto se recurrió al acero y al sistema industrializado de construcción.

Continuó el ingeniero argentino Martin Polimeni, socio principal de EEPP Ingeniería quien se refirió al tema “el uso del acero en puentes y viaductos”. Su principal conclusión fue que el uso del acero en puentes y viaductos permite que estas obras sean rehabilitadas cuando terminan su vida útil sin tener que recurrir a demolerlas y construir obras nuevas que resulta mucho más caro.

Finalmente, Claudio Sarmiento Jefe de la Unidad de Investigación, Desarrollo y Asistencia a Clientes de CAP expuso sobre el caso del “Puente Chacao.  Desafíos, Mitos y Realidades”.

Señaló que en respuesta al desafío presentado por el consorcio constructor del proyecto Puente Chacao, debieron fabricar una nueva barra de refuerzo para hormigón bajo la norma ASTM A706 grado 80, con un diámetro superior al tradicional, permitiendo mayor resistencia y al mismo tiempo mayor ductibilidad.

Indicó que es necesario continuar con el desarrollo de productos para proyectos, como el caso que significó el puente del Canal de Chacao, que exigen aceros con mayores pretaciones que las utilizadas habitualmente en Chile, y posteriormente pueden ser consideradas para otras construcciones en el país.

 

Recientemente se asociaron al ICHA las empresas INGERACK e ISCHEBECK Chile, ambas con sólidos conocimientos en la fabricación y oferta de los productos y servicios que ofrecen.

ISCHEBECK CHILE S.A. es una filial de la compañía internacional alemana FRIEDR. ISCHEBECK GmbH, uno de los principales fabricantes de soluciones geotécnicas, sistemas de entibación y encofrados.

Está presente en Chile desde hace más de 20 años y en 2018 abrió su oficina en Santiago para atender a sus clientes de forma directa y dar valor agregado a sus productos.

INGERACK es una empresa orientada al servicio de la ingeniería, diseño y fabricación de sistemas de almacenamiento industrial, permitendo mejorar la productividad de sus clientes a través de la fabricación de soluciones específicas según las necesidades de cada uno de ellos.

Esta fue la conclusión de la segunda charla “Desafíos y Soluciones del Acero en la Construcción. Impacto en el Diseño y la Productividad “, preparado por el Instituto Chileno del acero (ICHA), la Universidad Autónoma de Chile (UA), y con la colaboración del Consejo de Construcción Industrializada (CCI) de Chile y de la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO) y que en esta oportunidad el tema fue “Arquitectura en Acero”.

El decano de la facultad de arquitectura y construcción de la Universidad Autónoma, Daniel Schmidt, expuso sobre el desarrollo del edificio K, obra destinada a ser sede de la facultad que él dirige y donde se utilizó el acero como material principal. Explicó que por el reducido espacio que se tenía se decidió recurrir a un sistema de construcción industrializada y usar acero por la flexibilidad que entrega y, además, porque permitía adecuarse al presupuesto que se tenía.

También presentó Sebastián Colle, Director General del Concurso Alacero 2020-202 quien señaló que, en esta edición, el encuentro se enfocará en los 17 ODS de la ONU.

Por parte de la empresa CINTAC, presentó la arquitecta de dicha empresa, Lucia Simons, sobre el tema “Fachadas arquitectónicas en acero”

En su segunda versión “Encuentros del Acero” organizado por el Instituto Chileno del Acero – ICHA, se analizó el tema “La Reactivación del Acero en Tiempos de Pandemia desde tres perspectivas: desde el ámbito financiero a cargo de Marcelo Matus de la Parra, socio director de Integral y Reset Chile. En el ámbito de la inversión pública presentó Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica y de Estudios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y, finalmente, Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA, expuso sobre la actividad y proyecciones del consumo aparente de acero en Chile

Marcelo Matus de la Parra indicó que el actual proceso depresivo de la economía durará al menos otros 12 meses, con un decrecimiento del PIB cercano al 6,5%, influido por los procesos eleccionarios que se avecinan. Pronosticó que la recuperación económica llegaría recién a fines de 2021.

Planteó que las empresas deberán reorganizarse completamente, especialmente en el ámbito laboral, donde el teletrabajo llegó para quedarse. Además, indicó que deberán replantear sus planes de negocio y reestructurar sus deudas a la nueva realidad. Para ello, manifestó que existe la herramienta de la ley 20.720 que permite reestructurar pasivos con uno y hasta dos años de gracia. Esto permitiría a las empresas atravesar el período de contracción económica y llegar al momento en que comience la reactivación.

Por su parte, Erwin Navarrete, jefe de la DITEC informó que al interior del MINVU se creó un panel de recuperación económica para monitorear y apurar aquellas obras que ya cuentan con los permisos de construcción y agilizar el término de aquellas que tiene más de un 90% de avance.

Navarrete indicó que el presupuesto del ministerio para la construcción de viviendas asciende a 81 millones de UF, y para 2021 están consideradas otras 65 millones de UF, lo que permitiría generar unos 400.000 empleos en el sector construcción.  Señaló que estos montos equivalen a “3 veces lo que se destinó para la reconstrucción del terremoto de 2010”.

Finalmente, Juan Carlos Gutiérrez informó que para este año se espera una contracción del consumo aparente de acero en Chile en torno al 23%, motivado principalmente por la caída del sector construcción y seguido por una menor actividad en infraestructura en minería. Asimismo, para el año 2021 se espera una recuperación del consumo aparente de acero en Chile en torno al 13%, también explicado por la reactivación de la construcción.