La sobrecapacidad de acero chino amenaza con cierre de empresas en Chile*
En Chile, las operaciones han atravesado problemas financieros y se ha puesto en duda la continuidad de esta industria.
La industria del acero atraviesa por un momento difícil, dado en parte por el efecto que está provocando la sobreproducción que existe a nivel mundial, principalmente proveniente de China.
Rafael Rubio, director general de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), dice que en ese país existen 800 plantas, las que son responsables de la sobrecapacidad que existe en el mercado.
Esto se dio por la expansión meteórica de esta industria en ese país, que en menos de 20 años pasó a concentrar la mitad de la producción mundial de acero y representa ya seis veces de lo que producen todos los países latinoamericanos en conjunto.
En 2016 hasta 356 mil toneladas de acero producidas en el gigante asiático fueron exportadas, la mayoría de las veces a precios más bajos que los de mercado, acarreando una serie de denuncias a nivel mundial por comercio desleal y dumping. De las 13 denuncias que existen en este momento ante la Organización Mundial del Comercio, 11 son contra China.
Pese a que a nivel local se han impulsado medidas para intentar compensar la distorsión que se da en los precios, según Rubio, si no se logra solucionar “de una forma ordenada y oportuna, no va a quedar más que la empresas van a tener que cerrar sus instalaciones”, lo que además de un impacto en las propias compañías, afecta muchas veces a las ciudades y cercanías donde se encuentran estos recintos.
Para las empresas que participan en este negocio la realidad es dramática. En siete años las importaciones de acero que hacen todos los países del mundo desde China se han duplicado y ya concentran 13% del total.
Para Rubio, detrás de la sobrecapacidad está la estabilidad social que busca mantener el gobierno de Xi Jinping, dado el desempleo que podría generar si se regulara la producción en su país, por lo que es más conveniente seguir con todas las plantas funcionando, incluso si venden a precios 20% más bajos que el mercado.
Tanto ha crecido la importancia de este tema a nivel mundial que, además de los estudios que lleva adelante la OCDE, la problemática fue incluida en la agenda del G20, que en noviembre próximo tendrá que emitir una serie de propuestas para solucionar los efectos de la sobrecapacidad.
Situación local
En Chile, el 64% del acero es importado. Para Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), las medidas que se han tomado a nivel local, como establecer un impuesto adicional a los envíos de acero chino de 38% a raíz de solicitudes que han hecho CAP y Gerdau, han dejado aristas sin abordar.
Explica que una de ellas está relacionada con la calidad de los productos que se internan el país, independiente del país de procedencia.
“La sobrecapacidad global genera el problema de tener potenciales productos de menor precio y con calidades irregulares”, explica.
Para solucionar esto, el instituto está impulsando una renovación de las normas locales que comenzó con el articulado que regula la calidad de los perfiles de acero, promulgada por el Instituto Nacional de Normalización el pasado 26 de junio.
Para adelante, se espera reforzar las medidas de certificación de los productos de acero que llegan al país, para además, asegurar el correcto pago de impuestos. En paralelo, ICHA trabaja en conjunto con el Sernac para elaborar un rotulado donde se especifiquen ciertas características del producto que se intenta comercializar.
El potencial de crecimiento del consumo en el continente
A pesar de la situación actual del negocio, para el director general de Alacero, el continente cuenta con un importante potencial para desarrollar la industria del acero. En Chile, dice, la demanda per cápita es de 140 kilos anuales, levemente superior a los 108 kilos del continente, pero bajo el promedio mundial de 208 kilos, y del líder Corea del Sur, con 1.130 kilos por persona.
Rubio comenta que “esto significa que si consideras que el acero va a todas las actividades, como infraestructura, construcción, automóviles, casas, lo que dices es que los países de América Latina tienen mucho potencial, porque con el constante crecimiento de la población este tipo de obras son cada vez más necesarias”. El ejecutivo agrega que esto toma relevancia cuando la infraestructura se ha tomado la agenda de los candidatos presidenciales, con lo que se fomentaría el uso del acero, situación que se replica a lo largo del continente “donde la inversión en infraestructura es recurrente, porque es una manera rápida de generar actividad económica y ventajas comparativas”, recalca.
*Artículo publicado por Diario Financiero.