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Durante julio, en el Congreso del ICHA, nos reuniremos todos aquéllos que tenemos interés y también participación en la actividad del acero tanto en nuestro país como su proyección en el extranjero.

El material acero atraviesa una delicada crisis a nivel internacional debido a una serie de condicionantes negativas generadas por el fino equilibrio de los mercados internacionales y las cuotas de producción de los distintos países. A pesar de ello, tenemos la convicción de que este material representa una alternativa de primordial importancia en la construcción y en el resto de la industria, la que no solamente permanece válida en el tiempo actual sino que, además, necesita ser fortalecida en un medio que se tecnifica cada vez y que alcanza niveles importantes de desarrollo.

La información técnica en un mercado abierto cobra una importancia esencial dado que ella es el único referente que entrega confiabilidad a través de la ciencia aplicada, de manera que se establezca tanto una regulación equitativa para los diseñadores como para los proveedores y usuarios, entregando al público en general, a través de la certeza técnica, la necesaria seguridad en procesos y construcciones.

Reunir a todos quienes cuyo espacio común es trabajar con el material acero, es una tarea que el Instituto Chileno del Acero ICHA ha enfrentado con singular dedicación y entusiasmo, proponiendo la integración de autoridades, productores, ingenieros, arquitectos y usuarios en jornadas que, de seguro, serán altamente provechosas y marcarán un camino para una mayor y mejor utilización del material.

El perfeccionamiento de las condiciones técnicas y normativas del país también nos asegura un mercado más transparente en una economía abierta que Chile ha definido como el entorno que le permitirá su crecimiento; sin embargo no podemos proveer al sistema de los recursos necesarios para establecer las bases y   procedimientos necesarios para lograr un pleno avance  de los procesos. Solamente podemos obtener estos recursos a través de un desarrollo económico continuo el cual debe actuar, en especial, en todos los ámbitos que permitan la implementación de ellos y, por lo tanto, debemos esperar políticas públicas consistentes de inversión en infraestructura y en desarrollo industrial los cuales necesariamente están ligados a un apropiado desarrollo tecnológico, el cual debe constituir la señal cardinal que defina el camino óptimo que debemos seguir.

La cita en nuestro Congreso en julio de este año debe convocar a todos aquéllos que consideramos estos avances como un compromiso irrenunciable para hacer que este material ofrezca la mejor alternativa entre todas las disponibles, por ello la convocatoria es muy amplia y llama a estar presentes tanto a las autoridades como todos los que tenemos un aporte que realizar, de manera que podamos establecer un diálogo franco, generoso y productivo en torno a nuestras tareas y problemas con la convicción de que los podemos resolver con seriedad y dedicación que siempre le hemos entregado a nuestros cometidos.

Sergio Contreras A.

Presidente

Instituto Chileno del Acero

Uno de los graves problemas que enfrentó la construcción del puente Cau Cau fue que falló una de las piezas de acero -importada desde China- que se utilizaron en su estructura.

Así lo estimó ante la comisión de Obras Públicas del Senado el ingeniero Sergio Contreras, convocado por el MOP para hacer una “autopsia” al viaducto de la Región de Los Ríos, el que aún se mantiene inutilizable.

Fue precisamente la institución que Contreras preside, el Instituto Chileno del Acero (ICHA), la que emitió este año un estudio que establece que existe alto incumplimiento de la normativa en la calidad de las barras de acero importadas que se comercializan en Chile. Según el instituto, son “productos que no están habilitados para ser utilizados en la construcción de estructuras de hormigón”.

“Consideramos que los incumplimientos detectados (en el estudio) implican una calidad irregular de material que pueden alterar el comportamiento estructural de las edificaciones y obras construidas con ellos”, advierte Contreras.

Para efectuar la verificación, afirman, se utilizó un procedimiento estándar de muestreo y se eligieron 25 barras para hormigón armado de origen importado, las que fueron adquiridas en seis puntos de venta de la Región Metropolitana, durante los meses de noviembre y diciembre de 2014. Y se detectó en el análisis que el 48% de las muestras no cumple con los requisitos señalados en la norma chilena en cuanto a condiciones mecánicas (como la resistencia), geométricas y de masa.

“Los incumplimientos no están en rangos excesivamente altos como para inquietar a la población de que, por ejemplo, las estructuras se van a caer”. Pero, agrega el experto, “esto muestra que no hay controles efectivos. En eso hay un vacío. No hay una entidad en la que este control esté establecido”.

Según Contreras, respecto del puente Cau Cau -que fue encargado a la empresa española Azvi-, “ahí hay un ejemplo de lo que puede pasar cuando se entrega un acero que no corresponde a lo especificado. El problema es que aquí se empieza a producir una cadena de incumplimientos. En estricto rigor, hay un vicio oculto. Nadie detectó eso, lo compraron y lo instalaron de buena fe”.

Agrega que en Chile hay procesos de control conocidos. “Cualquiera de las acereras nacionales sabe que tiene que cumplir ese procedimiento y se puede verificar. Pero en el extranjero, no. ¿Cómo sabes tú si una barra que te están vendiendo corresponde al certificado que te están entregando?”.

El presidente de Asimet (Asociación Chilena de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas), Juan Carlos Martínez, quien integra el directorio del ICHA, no se opone a que las empresas puedan importar aceros más baratos “siempre que sea producto de la libre competencia y no de distorsión de precios”. Además, plantea que el producto foráneo debería tener las mismas exigencias de calidad que las de los chilenos.

El gerente general de la Cámara Chilena de la Construcción, Sergio Cavagnaro, afirma que cualquiera sea la materia que se trate, las constructoras deben cumplir la normativa que les sea aplicable, que considera diversos sistemas de control. Además, dijo, el sector público debe tener organismos competentes para velar porque los productos importados cumplan las normas nacionales.

Fuente: El Mercurio

El intercambio económico en el mundo actual presenta algunas necesidades insoslayables, considerando las capacidades de intercambio que presenta el comercio internacional. Entre estas debemos necesariamente los controles de los bienes que podemos adquirir y trasladar desde una comunidad a otra, ello implica su uso e incorporación en un medio distinto que cuenta con sus propios niveles de calidad y, en definitiva, sus propias condiciones ambientales y técnicas.

De esta manera, cobra una importancia fundamental contar con estándares, códigos y normas conocidos y aceptados en cada uno de los extremos de la cadena de intercambio, con el fin de que los productos cumplan con esas condiciones las cuales han de estar previamente acordadas y, en su recepción final, debidamente controladas de manera que se asegure el cumplimiento de los acuerdos básicos y la adecuación de ellos a la realidad de los usuarios en destino de ellos.

En términos generales, esos acuerdos se establecen de buena manera, lográndose compromisos que satisfacen tanto a proveedores como a los usuarios; sin embargo las etapas de control tienden a ser difíciles de cumplir debido a procedimientos imperfectos o incluso inexistentes en los mercados consumidores como el chileno, lo cual posibilita la comercialización de materiales o productos que no cumplen con la calidad establecida o con los atributos normalmente aceptados en el medio, más aún, es posible que sus controles sean menores o más relajados.

Esta situación nos lleva a aceptar hechos que terminan siendo inmanejables y pueden significar el comienzo de una escalada en la cual estemos obligados a aceptar características distintas y, por lo tanto inadecuadas, de productos que son críticos en la mayoría de los ámbitos de la producción industrial. Debemos tener aquí la lucidez necesaria para comprender que con ello se genera una disminución de la calidad de nuestros productos.

El Instituto del Acero ha estado observando la incorporación de los productos en el mercado del acero en Chile con la finalidad de estar conscientes de las distorsiones que puedan producirse cuando los productos no cumplen con lo establecido en la normativa chilena, ha establecido programas de observación de estos cumplimientos, en especial, el primero de ello de ellos en las barras laminadas en caliente para refuerzo de hormigón armado. Los resultados hasta ahora no han sido alentadores, observándose un incumplimiento más bien alto, de alrededor de un 50%. Es cierto que estas no conformidades no configuran valores altos; pero sí reflejan prácticas incorrectas y corresponden a indicios de comienzo de problemas más agudos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, es de importancia urgente establecer políticas públicas que contemplen controles tempranos en la importación de productos que han de ser incorporados en la manufactura o en la construcción nacional. Esto con el fin de mantener su calidad y la seguridad de sus usuarios quienes definitivamente son el capital más importante del país.

Sergio Contreras A.

Presidente

 

Por Sergio Contreras, Presidente del Instituto Chileno del Acero.

 El acero es un material tradicional en una gran cantidad de actividades del ser humano.

Entre estas actividades ha tomado un lugar preponderante la construcción tanto de estructuras en plantas industriales como en edificios ya sean ellos de habitación o comerciales. Debemos considerar que los edificios consumen hoy alrededor del 50% de la producción mundial de acero y dado que la población crece y ella migra hacia las ciudades, este consumo tiene la tendencia a crecer. La versatilidad del material, su flexibilidad y la conveniente relación entre resistencia y peso, manteniendo un costo adecuado, lo hacen especialmente apropiado para una industria que es altamente dinámica y en la cual el manejo de los costos es fundamental para el éxito de los proyectos emprendidos.

Sin embargo, como todas las actividades humanas está también enfrentado a dificultades importante debido a las modificaciones de los equilibrios globales, especialmente aquéllos relacionados con las estructuras económicas del mundo. La globalización, un fenómeno hoy ampliamente reconocido y no siempre bien comprendido, ha afectado de manera enérgica a todas las actividades humanas y creado la necesidad de establecer relaciones y equilibrios diferentes a los de antaño, obligando a las entidades productivas a adecuarse a una dinámica distinta con el fin de mantenerse efectivos y poder sobrevivir como unidades económicas.

Pero también en esta globalización, han aparecido factores como un crecimiento desequilibrado en tamaño de ciertas economías como las asiáticas, las cuales en sí mismas han modificado un mapa bien distribuido de la actividad económica, creando a su vez una condición de borde diferente, la cual nuevamente obliga a todos los países a adaptarse a panoramas y mercados de manera diferente. Es aquí donde la supervivencia eficiente se basa en el reconocimiento rápido y oportuno del cambio y la adecuación inmediata a las nuevas condiciones.

Los hechos enunciados afectan de manera fundamental al acero como uno de los materiales de construcción más usados en todo el mundo. Esto implica un desequilibrio que ha afectado al mercado latinoamericano de manera importante. Los productores enfrentan una crisis de grandes proporciones y han debido buscar un nuevo punto de equilibrio en esta nueva estructura.

Por otra parte las crisis recurrentes de la economía mundial han afectado al mercado del acero. Europa mantiene niveles bajos de crecimiento, mientras que China economía principal del mundo, baja sus proyecciones de crecimiento y Estados Unidos se mantiene como un líder económico que potencia la recuperación en el futuro. En este contexto complejo e incierto el consumo de acero nuevamente sufre adecuaciones que en muchos casos llegan a ser de gran importancia.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, los productores de acero se han abocado a implementar procesos productivos sustentables de manera de disminuir la generación de dióxido de carbono, enemigo reconocido del planeta para la continuidad de un medioambiente limpio. También la capacidad de reciclaje del material ofrece posibilidades ciertas para su futuro como material popular en la construcción.

En nuestro país todas las condiciones anteriores se ven amenazadas adicionalmente por la carencia de controles profundos y adecuados de la calidad y características propias, en especial de los aceros importados.

El Instituto Chileno del Acero, como un incentivo de las buenas prácticas en el uso del acero, ha realizado muestreos para conocer, de manera aleatoria, las características de las barras de acero para hormigón armado importadas y el cumplimiento de ellas de la normativa nacional, encontrando porcentajes altos de no acatamiento de esta normativa.

Lo anterior no tiene como finalidad adoptar un papel de entidad controladora, sino más bien de encontrar una referencia informativa respecto a esta calidad y así poner a disposición de los consumidores y autoridades esa información. Por ello, tampoco estas acciones representan la creación de barreras ocultas a los materiales importados, sino que buscan establecer un marco de reconocimiento de la calidad único y estable a nivel nacional.