Después de cerca de dos años de trabajo especializado, la propuesta del Instituto Chileno del Acero (ICHA) de actualización de la NCh427of77 -“Especificaciones para el cálculo, fabricación y construcción de estructuras de acero”, ya se encuentra en el Instituto Nacional de Normalización (INN) para el proceso de consulta pública.

La iniciativa fue impulsada por el ICHA, a través de un comité de actualización de norma conformado por profesionales relevantes en el diseño y especificación de estructuras de acero en Chile, como ingenieros estructurales, representantes de la industria, consultores independientes y académicos, entre otros.

En el Instituto Chileno del Acero se detectó la necesidad de contar con un documento oficial y actualizado, relevante para la industria de la construcción en acero. “Al no existir una normativa de vigencia legal respecto de la calidad de los productos que se importan y utilizan en el país, los fabricantes nacionales se sentían en condiciones desmejoradas al momento de competir”, indica Alejandro Verdugo, coordinador del Comité de Norma ICHA.

El trabajo se desarrolló, principalmente, considerando la normativa estadounidense contenida en la AISC-360 para el diseño de estructuras de acero de la American Institute of Steel Construction, AISC.

Según comenta Verdugo, teniendo en cuenta que la Nch427 fue revisada anteriormente en 1977 y se hizo obsoleta a la práctica chilena, desde varios años se han adoptado los criterios estadounidenses como de uso común en el mercado del acero en Chile.

“Considerando la práctica de utilizar las normas de la AISC, el comité trabajó considerándolas como parámetro de aplicación, hecho que además -de alguna forma- tiene un soporte legal en cuanto las normas de diseño sísmico indican que, a falta de una normativa nacional, se debe seguir la normativa norteamericana”, indica.

El trabajo del comité incluyó la revisión de lo establecido en el documento de AISC y la adaptación en algunos criterios relacionados con la praxis en Chile. “Ese trabajo permitió el desarrollo de un documento base que ahora se llevará al proceso de consulta pública”, añade Verdugo.

La actualización de esta norma se presentará en el VIII Congreso de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), que se desarrollará el 13 y 14 de noviembre en Viña de Mar. En la ocasión, se comentará el proceso de desarrollo del documento, los detalles de las adaptaciones a la práctica en Chile y la importancia de que los profesionales participen del proceso de consulta pública, de forma que el documento que finalmente se publique cuente con el mayor respaldo y conocimiento de la comunidad especializada.

En la actualidad, la norma NCh427 se encuentra disponible para consulta pública en el sitio web que el Instituto Nacional de Normalización ha dispuesto para estos casos: www.consultapublica.cl. Todos quienes lo deseen, pueden participar entregando sus opiniones y consultas.

Fabricados para las industrias metalúrgicas, metalmecánicas y de la construcción, INDURA ofrece al mercado INDURMIG, una mezcla de gases de protección orientada al proceso de soldadura MIG, que permite fácilmente triplicar la velocidad en comparación a la técnica del arco manual, brindando una mayor limpieza, seguridad y buena penetración a la soldadura industrial.

Gracias a su gran versatilidad y capacidad de soldar casi cualquier tipo de metal con una baja inversión inicial, el proceso de soldadura por arco manual es uno de los más utilizados. No obstante, en términos de productividad, su velocidad de aplicación es baja y requiere un trabajo posterior de limpieza, lo que aumenta el tiempo y costo de la soldadura.

Esta desventaja le ha permitido al proceso MIG ir ganando terreno de forma sostenida, al otorgar una rapidez que mejora significativamente la productividad en la fabricación de estructuras metálicas. Sin ir más lejos, y debido a las características propias de este proceso, se requiere el uso de un gas de protección que evite que la zona de soldadura se contamine u oxide.

 INDURA ha desarrollado la familia de gases de protección INDURMIG orientada a lograr el mejor resultado en la soldadura MIG, en términos de facilidad de aplicación, calidad de unión, velocidad de avance, penetración y limpieza del cordón, con mezclas para acero al carbono y acero inoxidable de distintos espesores.

“Tenemos una oferta muy extensa que permite abordar y optimizar el proceso de acuerdo a las necesidades de nuestros clientes. Contamos con mezclas de gases de protección para soldar distintos materiales en variados espesores, buscando optimizar el proceso de soldadura”, señala Christian Fieldhouse, Gerente de Procesos Metalmecánicos de INDURA.

 Ventajas comparativas

La productividad es un concepto muy valorado por la industria en estos tiempos, ya que impacta en forma directa en la competitividad de las empresas. En ese contexto, el gas de protección INDURMIG logra maximizar los beneficios, tales como aumentar la velocidad de avance, soldando más en menos tiempo; reducir la cantidad de salpicaduras, minimizando el trabajo de limpieza al finalizar el procedimiento; y una buena penetración, asegurando una unión adecuada de los metales.

“Hay que considerar que el principal costo en el proceso de soldadura corresponde a la mano de obra, por lo tanto, al bajar los tiempos de trabajo, los costos de fabricación de cada componente soldado se reducen significativamente. Lo mismo ocurre al acortar los ciclos de limpieza posterior”, sostiene Fieldhouse.

 

Producto Características
INDURMIG 20 Gas de protección para proceso MIG/MAG, en acero al carbono de baja aleación, el cual tiene como característica un arco suave y estable que entrega buena penetración en toda posición y en un amplio rango de espesores. Su principal uso es la fabricación de estructuras metálicas.
INDURMIG 8 Gas de protección para proceso de soldadura MIG/MAG en acero al carbono de baja aleación, que por su bajo contenido de CO2 produce muy poca salpicadura, especial para cordones de terminación o remate. Su principal aplicación es para trabajos que requieran buenas terminaciones. Destaca por la importante disminución de salpicaduras, lo que disminuye notablemente el costo de limpieza.
INDURMIG O-2 Es un gas idóneo para la soldadura del acero al carbono en aplicaciones robotizadas y en posiciones difíciles. También se ocupa en aceros especiales, aleados o de alto contenido en carbono. Presenta muy buena penetración y transporte de gotas muy finas, resultando un cordón más plano. Destaca por la importante disminución de salpicadura, el incremento del aporte térmico y la velocidad de soldadura, debido a la presencia de oxígeno.

 

 

Sergio Contreras

Desde hace ya algún tiempo se ha transmitido al medio nacional la noción de una calidad insuficiente de algunos aceros importados, en especial y como una especie de mantra salvador, de aquellos provenientes de países asiáticos.

Es importante aclarar, de manera definitiva, cuál es la real aproximación técnica al problema. El Instituto Chileno del Acero (ICHA) ha realizado, desde hace ya algunos años, un monitoreo del cumplimiento normativo de barras de acero para hormigón armado  importadas, constatando un alto incumplimiento de la normativa nacional vigente cercana al 50% de la muestra.

Sumado a esto, ICHA ha realizado sondeos de la calidad en otros productos de acero, en donde también se han detectado importantes incumplimientos, evidenciando graves faltas que como institución esperamos se puedan revertir, para lo cual hemos asumido la labor de actualizar y fortalecer la normativa técnica a través de convenios de desarrollo normativo con el Instituto de Nacional de Normalización, así como también con entes públicas y privadas, con quienes hemos desarrollado importantes avances, dirigidos a mejorar la calidad y estándar de la construcción en Chile.

 Si bien el hecho de infringir la normativa es inaceptable, ello no constituye un llamado a realizar un boicot en contra de los aceros importados, sino lograr un debido aseguramiento de la calidad. De esta manera la construcción en Chile podrá mantener los estándares hasta ahora conocidos y su seguridad, en especial frente a sismos de importancia, que este territorio debe soportar a menudo debido a su condición tectónica.

Frente a algunas declaraciones destempladas de algunos sectores que defienden una comercialización a ultranza, acusándonos de proteger un cartel de producción nacional, el Instituto del Acero de Chile desea dejar claramente establecido que su labor e inquietudes son pura y estrictamente técnicas y su acción está al servicio del mejoramiento de la utilización del acero en el medio nacional.

En esta perspectiva, reiteramos nuestro compromiso con la ingeniería y la industria nacional e internacional, para la mejor aplicación de un material que, correctamente utilizado, ha demostrado su nobleza durante más de mil años a través de la historia.

Sergio Contreras A.
Presidente
Instituto Chileno del Acero

 

Un  panorama  difícil  es  el  que atraviesa la industria del acero a nivel nacional, influenciado principalmente por la disminución de la inversión y con ello, el consumo de  este  metal,  sumado a la competencia internacional que llega al país con una débil trazabilidad que se ha detectado en la aleación importada.

Con todo, el acero tiene múltiples y variados usos. En la construcción, se utiliza en barras de refuerzo para hormigón y estructuras metálicas, estanques y tuberías de gran diámetro; en la minería, en barras para molienda del mineral; en mallas y fijaciones como pernos y tornillos, y herramientas para la construcción, implementos para la agricultura y equipos para camiones, entre otros.

Según estimaciones del Instituto Chileno del Acero (ICHA), este año el consumo de acero podría caer en 9%, alcanzando las 2,5 millones de toneladas.

Ello coincide con las cifras de la Asociación de Industriales  Metalúrgicos  (Asimet), que afirma que el  consumo total aparente de acero en el país tuvo su peak en 2012 –coincidente con el llamado ciclo de oro del cobre– con 3,141 millones de toneladas, de las cuales 54% eran importadas y 46% correspondían a despachos nacionales.

Asimismo, la proyección de consumo total aparente para 2015 será de 2,5 millones de toneladas, de las cuales 62% será importado y  38%  corresponderán  a  despachos  nacionales.

“Para 2016, si la inversión pública se materializa, creemos que el consumo aparente de acero se podría recuperar, y quizás crecer entre un 2% y un 3 %”, señala Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA.

En este sentido, resalta que las variables más  relevantes  son  la  inversión  en  construcción y en minería, transformándose en las componentes que le dan velocidad a la demanda de consumo de acero.

“Para tener una idea, en 2011 post terremoto, la tasa de crecimiento de la componente inversión en construcción y otras obras llegó a  12%.  En  ese  año  el  consumo  aparente superó las 3 millones de toneladas. Luego, la velocidad de crecimiento de la inversión fue cayendo y con esto, el consumo aparente de  acero  también,  cada  vez  se  consume menos, porque se está invirtiendo menos”, puntualiza.

El director ejecutivo del ICHA explica que la industria del acero vive un complejo escenario como consecuencia de la contracción de la demanda, producto de la reducción de la inversión en minería e infraestructura, y en menor grado también por la construcción.

“Esta  misma  industria  tiene  que  hacer frente  a  las  distorsiones  que  se  provocan por la sobreoferta de productos de acero a nivel mundial, y que Chile no escapa a esta realidad, siendo vulnerable a la llegada de productos fuera del estándar técnico, a bajo precio”, plantea.

A su juicio, “Chile es una economía abierta, que  ha  dado  buenos  resultados  para  los consumidores,  sin  embargo,  en  el  ámbito del acero, la falta de regulaciones, de orden técnico o los déficit de control generan espacios de vulnerabilidad del cumplimiento de los requerimientos técnicos mínimos”.

Regulaciones Chile es un país sísmico y, por ende, la calidad del acero empleado es fundamental.

Un organismo que vela por el cumplimiento de normas y estándares es el ICHA. Su presidente Sergio Contreras asegura que en el país existen “algunas regulaciones y medidas, pero no son suficientes, porque no actúan directamente y no controlan las condiciones de origen de fabricación del producto”.

En  esta  dirección,  un  aspecto  clave  es  la trazabilidad  de  los  productos,  es  decir,  que haya una huella, y que en el caso del acero se pueda seguir su camino desde el momento en que se fabricó.

“No hay una buena trazabilidad. Existe, por supuesto, pero no es suficientemente buena. Por eso, en el Instituto Chileno del Acero estamos trabajando para lograr un mejor aseguramiento de la calidad y, consecuentemente, su trazabilidad”, afirma el presidente del ICHA.

En  efecto,  una  de  las  preocupaciones  de la  organización  ha  sido  tener  una  normativa actualizada, de acuerdo con lo que hoy existe en el mundo, por lo que “tenemos la referencia correcta”.

Sin embargo, precisa Sergio Contreras, “no tenemos regulaciones al interior del país para asegurar una trazabilidad y un aseguramiento de la calidad de los productos que los distribuidores están poniendo en el mercado”.

“Hemos detectado que los aceros no cumplen en gran medida las condiciones normativas, pero la cumplen en niveles suficientemente pequeños como para que no sea inquietante”, afirma.

Por ello, el ICHA ha redoblado los esfuerzos para dar seguridad al país, a través de exhaustivos análisis de la calidad de los aceros que llegan a Chile, labor que se ha desarrollado mediante el programa Monitoreo de Barras para Hormigón Armado, ejecutado durante varios años.

“Hemos  descubierto  que  muchas  de  las barras que llegan no cumplen con las condiciones normativas chilenas. Por eso y habiendo tomado conciencia del problema, proponemos que haya un control que asegure la trazabilidad y una posibilidad que hay para lograr eso es que la Aduana exija los certificados correspondientes”, asevera.

En la práctica, se busca que, teniendo esa información y control, Aduana autorice el ingreso de ese material, porque –precisa- “hoy el distribuidor que vende el acero tiene la obligación de entregar el certificado. Pero eso lleva a que no hay ningún tipo de control, puede entregar cualquier cosa”.

Desde la Cámara Chilena de la Construcción, su presidente (s), Sergio Torretti, destaca que

Chile cuenta con una industria del acero cuyos procesos productivos y los materiales que elabora son de alta calidad y cumplen con estándares de nivel mundial.

A su juicio, en un ambiente de economía de libre  mercado  y  en  igualdad  de  condiciones, las empresas productoras deben evidenciar la calidad de los productos que ofrecen.

“Es importante que el acero importado cumpla el 100% del estándar normativo exigido al acero nacional  y  que  el  Estado  compruebe  que  se respete dicho estándar. Así, los consumidores pueden  optar  por  aquellos  productos  que les  ofrezcan  condiciones  más  competitivas”, asegura.

El Servicio de Aduanas, en su opinión, debe cumplir  adecuadamente  la  obligación  de fiscalizar  la  trazabilidad  de  las  partidas  de acero  que  ingresan  al  país,  razón  por  la cual “pusimos al tanto de esta situación al Ministerio de Hacienda y le solicitamos que refuerce dicha labor”.

Respecto de las empresas constructoras, Torretti resalta que éstas tienen la obligación de utilizar acero que cumpla con los estándares que fija el marco normativo, razón por la cual exigen el certificado que indica que el producto cumple con la norma.

“En todo caso sería importante que dicho certificado se entregue en el país de destino y no en el de origen”, asegura

En su objetivo de trabajar para impulsar la actualización tecnológica y normativa, el Instituto Chileno del Acero (ICHA) a través de su Comité Técnico de Protección contra el Fuego, inició el desarrollo del estudio Análisis Comparativo de Códigos de Construcción para la Seguridad contra Incendios, con la colaboración de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Se espera que el trabajo permita esbozar una panorámica sobre la situación chilena en comparación con el extranjero, proveyendo herramientas para generar propuestas de actualización normativa en protección contra el fuego al Ministerio de Vivienda.

De esta manera, se intenta impulsar el desarrollo de distintas materialidades para la construcción en Chile.

El estudio contempla un análisis comparativo de los códigos de construcción de países desarrollados en seguridad contra incendios como Australia, Estados Unidos, Nueva Zelandia y Reino Unido, con la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) chilena, definiendo un estado del arte y avizorando la evolución de la normativa a un mediano plazo. Específicamente, se analizarán disposiciones sobre incendios y sus requerimientos de protección activa y pasiva.

Los requerimientos serán analizados desde la perspectiva de la seguridad contra incendios de los edificios e incluirán aspectos como nivel de riesgo, propagación del incendio, movimiento de humos y evacuación de ocupantes, entre otros.

Adicionalmente, en un estudio paralelo se propone actualizar el libro Protección Contra el Fuego de Estructuras de Acero editado por el ICHA en 2009.

A través de la Dirección de Estructuras de la USM, la investigación, de ocho semanas de duración, estará encabezada por Pedro Reszka, ingeniero mecánico y PHD de la Universidad de Edimburgo.

La iniciativa se enmarca en una serie de acciones que desarrolla ICHA para detectar oportunidades de desarrollo sirviendo como puente entre los actores del mercado del acero, la academia y la autoridad. En el desarrollo de este estudio participará una decena de empresas bajo el alero del Instituto.

 

En el último tiempo, Chile ha sido golpeado por una serie de catástrofes -terremotos, incendios, erupciones y aluviones- que han puesto a prueba los sistemas de emergencia para que las comunidades puedan ponerse en pie y retomar su actividad lo antes posible y de mejor forma.

En el objetivo de hacer un aporte a la reconstrucción física y social de las comunidades afectadas, entregando soluciones en acero con desarrollo profesional e innovación tecnológica, el Instituto Chileno del Acero, a través de su Comité de Arquitectura, desarrolló una propuesta de construcción de centros comunitarios para zonas devastadas.

Se trata de edificios prefabricados que están concebidos como estructuras plegables, por tanto, se pueden transportar y montar fácil y rápidamente.

El diseño incorpora una planta libre, paneles aislados que permiten una cómoda habitabilidad y equipamiento sanitario, mientras que su emplazamiento es adaptable a distintas condiciones de clima y terreno. Este último factor es relevante considerando que ante las catástrofes el suelo resulta dañado y se transforma en un bien escaso.

Según explica Francis Pfenniger, presidente del Comité de Arquitectura de ICHA, el acero es un material noble desde el punto de vista estructural que permite resolver con eficacia y eficiencia las demandas que presentan este tipo de edificios aportando durabilidad, buena vida útil y una adecuada respuesta frente a posibles cargas adicionales.

“Ante situaciones de catástrofe se presenta una necesidad urgente de proveer de espacios de uso múltiple que den soporte a la vida comunitaria. También, de disminuir la presión sobre otras instalaciones, como los colegios, que comúnmente se utilizan para estos fines”, comenta Francis Pfenniger, presidente del Comité de Arquitectura de ICHA.

En el desarrollo del proyecto, realizado por el arquitecto Felipe López, se consideró que los centros comunitarios no sólo pueden utilizarse durante la emergencia como albergues, sino también elevarse de forma más estable, incorporando elementos adicionales para ser ocupados, por ejemplo, como sedes sociales que sean autosuficientes y permitan dar cabida a distintas actividades de vinculación.

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En un contexto de baja actividad económica y demanda de acero, China continúa exportando acero a niveles récord, lo que le permite darle salida a su sobrecapacidad y mantener sus niveles de empleo. Todo esto en detrimento de la actividad productiva, comercial y empleo de las empresas siderúrgicas latinoamericanas, de acuerdo a cifras presentadas por la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO).

En enero-mayo 2015, China embarcó 3,8 millones de toneladas de acero laminado hacia América Latina, 12% más que las 3,4 millones de toneladas registradas en el mismo período de 2014.

El total de las exportaciones de acero laminado de China sigue creciendo y alcanzó 39,5 millones de toneladas entre enero y mayo 2015, 30% más que en iguales meses de 2014. América Latina representó el 9,5% de estas exportaciones, reduciendo su participación en 1,5 puntos porcentuales con respecto a ene/mayo 2014 (11%). La región es solo superada como destino por Corea del Sur, que recibió 5,2 millones de toneladas (13,3% del total) en el período. El tercer destino es Vietnam que recibió 3,5 millones de toneladas (8,9% del total).

En mayo 2015, América Latina recibió 540 mil toneladas de acero laminado desde China, un 34% menos que el mes anterior (822 mil toneladas) y un 37% menos que el volumen recibido en mayo de 2014 (858 mil toneladas).

Importaciones de acero laminado desde China por destinos

Los principales destinos latinoamericanos para el acero laminado chino entre enero y mayo de 2015 fueron: Brasil, que recibió 671 mil toneladas (18% del total de la región); Centroamérica, que acumuló 572 mil toneladas (15%); y Chile, con 526 mil toneladas (14%).

En estos cinco meses, los países que proporcionalmente más incrementaron sus importaciones de laminados desde el país asiático versus mismo período de 2014 fueron: Argentina (+420%), República Dominicana (+192%), Cuba (+155%) y México (+66%). Argentina, Rep. Dominicana y Cuba, sin embargo, mantienen una participación de 2% cada una en el flujo hacia América Latina.

Por otro lado, los países que han visto disminuir sus importaciones de productos laminados de China versus ene/mayo 2014 fueron: Paraguay (-37%), Brasil (-24%), Colombia (-15%) y Perú (-5%). Estos países tienen participaciones de 0,3%, 18%, 7% y 10%, respectivamente.

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Importaciones desde China por productos

El 62% de los productos de acero laminado importado por América Latina desde China durante enero-mayo de 2015 fueron planos, que alcanzaron 2,3 millones de toneladas. Entre estos, destacaron por su volumen:

  • Hojas y bobinas de otros aceros aleados (948 mil toneladas, 41% de los aceros planos importados desde China)
  • Cincadas en caliente (491 mil toneladas, 21%)
  • Bobinas en frío (353 mil toneladas, 15%)

Respecto a los aceros largos, China exportó a Latinoamérica 1,3 millones de toneladas, concentradas principalmente en:

  • Barras (542 mil toneladas, 43% de los aceros largos)
  • Alambrón (505 mil toneladas, 40%)

El intercambio económico en el mundo actual presenta algunas necesidades insoslayables, considerando las capacidades de intercambio que presenta el comercio internacional. Entre estas debemos necesariamente los controles de los bienes que podemos adquirir y trasladar desde una comunidad a otra, ello implica su uso e incorporación en un medio distinto que cuenta con sus propios niveles de calidad y, en definitiva, sus propias condiciones ambientales y técnicas.

De esta manera, cobra una importancia fundamental contar con estándares, códigos y normas conocidos y aceptados en cada uno de los extremos de la cadena de intercambio, con el fin de que los productos cumplan con esas condiciones las cuales han de estar previamente acordadas y, en su recepción final, debidamente controladas de manera que se asegure el cumplimiento de los acuerdos básicos y la adecuación de ellos a la realidad de los usuarios en destino de ellos.

En términos generales, esos acuerdos se establecen de buena manera, lográndose compromisos que satisfacen tanto a proveedores como a los usuarios; sin embargo las etapas de control tienden a ser difíciles de cumplir debido a procedimientos imperfectos o incluso inexistentes en los mercados consumidores como el chileno, lo cual posibilita la comercialización de materiales o productos que no cumplen con la calidad establecida o con los atributos normalmente aceptados en el medio, más aún, es posible que sus controles sean menores o más relajados.

Esta situación nos lleva a aceptar hechos que terminan siendo inmanejables y pueden significar el comienzo de una escalada en la cual estemos obligados a aceptar características distintas y, por lo tanto inadecuadas, de productos que son críticos en la mayoría de los ámbitos de la producción industrial. Debemos tener aquí la lucidez necesaria para comprender que con ello se genera una disminución de la calidad de nuestros productos.

El Instituto del Acero ha estado observando la incorporación de los productos en el mercado del acero en Chile con la finalidad de estar conscientes de las distorsiones que puedan producirse cuando los productos no cumplen con lo establecido en la normativa chilena, ha establecido programas de observación de estos cumplimientos, en especial, el primero de ello de ellos en las barras laminadas en caliente para refuerzo de hormigón armado. Los resultados hasta ahora no han sido alentadores, observándose un incumplimiento más bien alto, de alrededor de un 50%. Es cierto que estas no conformidades no configuran valores altos; pero sí reflejan prácticas incorrectas y corresponden a indicios de comienzo de problemas más agudos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, es de importancia urgente establecer políticas públicas que contemplen controles tempranos en la importación de productos que han de ser incorporados en la manufactura o en la construcción nacional. Esto con el fin de mantener su calidad y la seguridad de sus usuarios quienes definitivamente son el capital más importante del país.

Sergio Contreras A.

Presidente

 

El Instituto Chileno del Acero (ICHA) promueve el uso del acero y genera acciones que permiten provocar cambios que permitan mejorar la operación de la cadena de valor del acero y proveer capital humano para el desarrollo del rubro, siendo un aporte en la discusión pública respecto a normas y estudios, como referente técnico que a la vez ofrezca soluciones.

En este sentido, queremos dar la más cordial bienvenida a las empresas que han querido unirse a nosotros y contribuir con esta misión:

  1. Perfimet
  2. Acustermic
  3. Layseca y CIA.
  4. Varmetal

Los invitamos a participar de las iniciativas y actividades que nuestra institución organiza.

 

Un 48% de la muestra de barras de refuerzo laminadas en caliente para hormigón armado importadas que se comercializan en Chile no cumplen con los requisitos señalados en la normativa vigente, por tanto, son productos que no están habilitados para ser utilizados en la construcción de estructuras de hormigón en Chile.

Así lo concluye el tercer informe de Monitoreo a la Calidad de Productos de Acero Importados, realizado en Barras de Refuerzo Laminadas en Caliente para Hormigón Armado, por el Instituto Chileno del Acero (ICHA).

Esta situación representa un llamado de atención para establecer acciones correctivas en el control de la calidad para asegurar que las construcciones de hormigón armado tengan incorporadas productos de similar calidad a la exigida a los productores nacionales, de acuerdo a lo establecido en las normas y bases legales vigentes.

“Consideramos que los incumplimientos detectados implican una calidad irregular del material y pueden alterar el comportamiento estructural de las edificaciones y obras construidas con ellos, dado que los procedimientos del diseño y cálculo estructural toman en cuenta los valores dados en la normativa vigente y, por lo tanto, pueden comprometer su desempeño, tanto en condiciones estáticas como dinámicas”, afirma Sergio Contreras, presidente del ICHA.

A través del Comité de Normas y Monitoreo de ICHA, la medición fue ejecutada por el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales, IDIEM, entidad que realizó los ensayos sobre la calidad de barras para hormigón armado, de procedencia importado, de acuerdo con lo exigido por la norma NCh204.Of2006.

Llamado de atención

Al comparar los resultados de este estudio con los obtenidos en el primer y el segundo monitoreo (2012 y 2013) el nivel de incumplimiento se mantiene cercano al 50% del total de la muestra.

En tanto, sólo el 20% de las barras importadas de la muestra cuenta con certificados que indiquen la calidad del producto, mientras que un 55% registra incumplimientos a los requisitos señalados en la norma chilena NCh204of.2006.

También se encontraron inconsistencias en el 10%, señalando que las muestras no cumplen con las propiedades mecánicas, es decir, con niveles mínimos de resistencia; un 34% presenta incumplimientos en el ámbito de la geometría de resaltes y un 10% en la masa lineal mínima exigida.

Además, el estudio detectó una marcación de barras de origen mexicana, que no corresponde a la establecida en la norma chilena, con valores insuficientes de la tensión de fluencia, la de ruptura y de la masa. “La utilización de estas barras en Chile constituye un riesgo en los casos en que especifique un acero de calidad distinta en el proyecto estructural. Es primera vez que se detecta y coloca de manifiesto la vulnerabilidad del sistema de control de barras de refuerzo que están siendo importadas y comercializadas”, se detalla en la investigación.

Con los resultados, se establece un cuadro de verificación de los requisitos con información básica para la autoridad: Ministerios de Vivienda y Urbanismo, Ministerio de Obras Públicas, además de las entidades profesionales de la construcción y la ingeniería estructural, entre otras.

Información de valor

El estudio se planteó como una instancia para dilucidar cuál es el nivel de cumplimiento de los parámetros básicos de estos productos: mecánicos, geométricos y de masa, establecidos en la normativa chilena.

En tanto, recoge el resultado de la verificación de los requisitos señalados en la NCh204.Of2006 a partir de muestras obtenidas en centros de distribución de barras. Según aclararon sus autores, no se trata de una evaluación de la conformidad de certificaciones de lotes o partidas, sino que se resumen los resultados del monitoreo de la calidad de las barras de refuerzo importadas disponibles en el comercio local.

Para efectuar esta verificación se utilizó el procedimiento estándar de muestreo ICHA-204-01, procediéndose a elegir 25 muestras de barras para hormigón armado de origen importado, adquiridas en seis puntos de venta de la Región Metropolitana, durante los meses de noviembre y diciembre de 2014.