En el último tiempo, Chile ha sido golpeado por una serie de catástrofes -terremotos, incendios, erupciones y aluviones- que han puesto a prueba los sistemas de emergencia para que las comunidades puedan ponerse en pie y retomar su actividad lo antes posible y de mejor forma.

En el objetivo de hacer un aporte a la reconstrucción física y social de las comunidades afectadas, entregando soluciones en acero con desarrollo profesional e innovación tecnológica, el Instituto Chileno del Acero, a través de su Comité de Arquitectura, desarrolló una propuesta de construcción de centros comunitarios para zonas devastadas.

Se trata de edificios prefabricados que están concebidos como estructuras plegables, por tanto, se pueden transportar y montar fácil y rápidamente.

El diseño incorpora una planta libre, paneles aislados que permiten una cómoda habitabilidad y equipamiento sanitario, mientras que su emplazamiento es adaptable a distintas condiciones de clima y terreno. Este último factor es relevante considerando que ante las catástrofes el suelo resulta dañado y se transforma en un bien escaso.

Según explica Francis Pfenniger, presidente del Comité de Arquitectura de ICHA, el acero es un material noble desde el punto de vista estructural que permite resolver con eficacia y eficiencia las demandas que presentan este tipo de edificios aportando durabilidad, buena vida útil y una adecuada respuesta frente a posibles cargas adicionales.

“Ante situaciones de catástrofe se presenta una necesidad urgente de proveer de espacios de uso múltiple que den soporte a la vida comunitaria. También, de disminuir la presión sobre otras instalaciones, como los colegios, que comúnmente se utilizan para estos fines”, comenta Francis Pfenniger, presidente del Comité de Arquitectura de ICHA.

En el desarrollo del proyecto, realizado por el arquitecto Felipe López, se consideró que los centros comunitarios no sólo pueden utilizarse durante la emergencia como albergues, sino también elevarse de forma más estable, incorporando elementos adicionales para ser ocupados, por ejemplo, como sedes sociales que sean autosuficientes y permitan dar cabida a distintas actividades de vinculación.

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En un contexto de baja actividad económica y demanda de acero, China continúa exportando acero a niveles récord, lo que le permite darle salida a su sobrecapacidad y mantener sus niveles de empleo. Todo esto en detrimento de la actividad productiva, comercial y empleo de las empresas siderúrgicas latinoamericanas, de acuerdo a cifras presentadas por la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO).

En enero-mayo 2015, China embarcó 3,8 millones de toneladas de acero laminado hacia América Latina, 12% más que las 3,4 millones de toneladas registradas en el mismo período de 2014.

El total de las exportaciones de acero laminado de China sigue creciendo y alcanzó 39,5 millones de toneladas entre enero y mayo 2015, 30% más que en iguales meses de 2014. América Latina representó el 9,5% de estas exportaciones, reduciendo su participación en 1,5 puntos porcentuales con respecto a ene/mayo 2014 (11%). La región es solo superada como destino por Corea del Sur, que recibió 5,2 millones de toneladas (13,3% del total) en el período. El tercer destino es Vietnam que recibió 3,5 millones de toneladas (8,9% del total).

En mayo 2015, América Latina recibió 540 mil toneladas de acero laminado desde China, un 34% menos que el mes anterior (822 mil toneladas) y un 37% menos que el volumen recibido en mayo de 2014 (858 mil toneladas).

Importaciones de acero laminado desde China por destinos

Los principales destinos latinoamericanos para el acero laminado chino entre enero y mayo de 2015 fueron: Brasil, que recibió 671 mil toneladas (18% del total de la región); Centroamérica, que acumuló 572 mil toneladas (15%); y Chile, con 526 mil toneladas (14%).

En estos cinco meses, los países que proporcionalmente más incrementaron sus importaciones de laminados desde el país asiático versus mismo período de 2014 fueron: Argentina (+420%), República Dominicana (+192%), Cuba (+155%) y México (+66%). Argentina, Rep. Dominicana y Cuba, sin embargo, mantienen una participación de 2% cada una en el flujo hacia América Latina.

Por otro lado, los países que han visto disminuir sus importaciones de productos laminados de China versus ene/mayo 2014 fueron: Paraguay (-37%), Brasil (-24%), Colombia (-15%) y Perú (-5%). Estos países tienen participaciones de 0,3%, 18%, 7% y 10%, respectivamente.

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Importaciones desde China por productos

El 62% de los productos de acero laminado importado por América Latina desde China durante enero-mayo de 2015 fueron planos, que alcanzaron 2,3 millones de toneladas. Entre estos, destacaron por su volumen:

  • Hojas y bobinas de otros aceros aleados (948 mil toneladas, 41% de los aceros planos importados desde China)
  • Cincadas en caliente (491 mil toneladas, 21%)
  • Bobinas en frío (353 mil toneladas, 15%)

Respecto a los aceros largos, China exportó a Latinoamérica 1,3 millones de toneladas, concentradas principalmente en:

  • Barras (542 mil toneladas, 43% de los aceros largos)
  • Alambrón (505 mil toneladas, 40%)

El intercambio económico en el mundo actual presenta algunas necesidades insoslayables, considerando las capacidades de intercambio que presenta el comercio internacional. Entre estas debemos necesariamente los controles de los bienes que podemos adquirir y trasladar desde una comunidad a otra, ello implica su uso e incorporación en un medio distinto que cuenta con sus propios niveles de calidad y, en definitiva, sus propias condiciones ambientales y técnicas.

De esta manera, cobra una importancia fundamental contar con estándares, códigos y normas conocidos y aceptados en cada uno de los extremos de la cadena de intercambio, con el fin de que los productos cumplan con esas condiciones las cuales han de estar previamente acordadas y, en su recepción final, debidamente controladas de manera que se asegure el cumplimiento de los acuerdos básicos y la adecuación de ellos a la realidad de los usuarios en destino de ellos.

En términos generales, esos acuerdos se establecen de buena manera, lográndose compromisos que satisfacen tanto a proveedores como a los usuarios; sin embargo las etapas de control tienden a ser difíciles de cumplir debido a procedimientos imperfectos o incluso inexistentes en los mercados consumidores como el chileno, lo cual posibilita la comercialización de materiales o productos que no cumplen con la calidad establecida o con los atributos normalmente aceptados en el medio, más aún, es posible que sus controles sean menores o más relajados.

Esta situación nos lleva a aceptar hechos que terminan siendo inmanejables y pueden significar el comienzo de una escalada en la cual estemos obligados a aceptar características distintas y, por lo tanto inadecuadas, de productos que son críticos en la mayoría de los ámbitos de la producción industrial. Debemos tener aquí la lucidez necesaria para comprender que con ello se genera una disminución de la calidad de nuestros productos.

El Instituto del Acero ha estado observando la incorporación de los productos en el mercado del acero en Chile con la finalidad de estar conscientes de las distorsiones que puedan producirse cuando los productos no cumplen con lo establecido en la normativa chilena, ha establecido programas de observación de estos cumplimientos, en especial, el primero de ello de ellos en las barras laminadas en caliente para refuerzo de hormigón armado. Los resultados hasta ahora no han sido alentadores, observándose un incumplimiento más bien alto, de alrededor de un 50%. Es cierto que estas no conformidades no configuran valores altos; pero sí reflejan prácticas incorrectas y corresponden a indicios de comienzo de problemas más agudos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, es de importancia urgente establecer políticas públicas que contemplen controles tempranos en la importación de productos que han de ser incorporados en la manufactura o en la construcción nacional. Esto con el fin de mantener su calidad y la seguridad de sus usuarios quienes definitivamente son el capital más importante del país.

Sergio Contreras A.

Presidente