Manuel Ruz estudió en la Universidad de Chile y tenía más de 35 años de experiencia en estudios geotécnicos, gerenciamiento de megaproyectos y asesorías a lo largo de todo Chile. Se desempañaba, además como Director de RyV Ingenieros.

Además, era Director Integrante del Comité Ejecutivo del Instituto de la Construcción y representante de Socios Fundadores y Socios.  Miembro también de Achisina, Instituto de Ingenieros, Colegio de Ingenieros, AICE, del Registro Consultor en el Registro de Cálculo Estructural del Minvu y del Registro Consultor MOP Primera Categoría.

Se realizará una misa en su memoria este sábado 31 de julio a las 11:00 hrs  en la parroquia San Francisco de Sales en Vitacura (Av. Santa María 5600)

Según informó ALACERO, el consumo de acero acumulado en el primer cuatrimestre del año registró un crecimiento del 27,9% en comparación con el mismo período de 2020, totalizando 25,1 millones de toneladas (Mt), impulsado por un mejor desempeño económico de los países de la región, y en particular por sectores consumidores como infraestructura, construcción civil y manufactura.

En abril, el consumo de acero aumentó un 71,3% respecto a igual mes del año pasado, alcanzando 6,7 Mt.

De enero a abril, se produjo un incremento del 27,2% de las importaciones totales respecto al mismo período de 2020. En cuanto a las importaciones intrarregionales, estas representaron el 11% de las importaciones totales en abril, por encima del 8,1% identificado en el mes anterior. Así, el mercado interno latinoamericano registró un crecimiento por encima del 10,4% identificado en el promedio de los tres primeros meses del año.

A su vez, las exportaciones intrarregionales representaron un 49,6% del total exportado por América Latina en abril. Esta cifra representa un crecimiento del 7,4% en comparación con el mes anterior, un nivel superior al promedio del 38,7% observado en el primer trimestre. Por lo tanto, las exportaciones fuera de la región disminuyeron y se situaron en el 50,4%, en un movimiento de mayor colaboración entre los mercados latinoamericanos. Sin embargo, en el acumulado de los cuatro primeros meses, las exportaciones totales fueron un 13% inferior al mismo período del año pasado.

Las actividades de comercio y consumo reflejan el buen desempeño de la producción de laminados, que entre enero y mayo creció 24,8% respecto del mismo período del 2020 para un total de 23.2 Mt. En mayo, la producción de laminados subió un 66,9% en comparación con mayo del año pasado, alcanzando 4,96 Mt.

La producción de acero crudo de mayo tuvo un alza del 3,2% sobre abril, acumulando entre enero y mayo un aumento del 19,8% respecto a los cinco primeros meses de 2020. Cabe destacar que mayo de este año produjo un 48,2% más que mayo del año pasado.

“Las empresas siderúrgicas de América Latina continúan respondiendo al reto de la recuperación significativa del consumo y apoyando el comercio regional. El mercado latinoamericano está evolucionando positivamente en su trayectoria de normalización; aunque las importaciones continúan representando un riesgo para la producción y el mercado regional”, dijo Alejandro Wagner, director ejecutivo de Alacero. “El acero sigue mostrándose fundamental para la recuperación de la crisis sanitaria y económica. Por lo tanto, es esencial reforzar las estrategias fiscales y monetarias de los países de la región y garantizar condiciones equilibradas de competencia”, agregó el ejecutivo.

El séptimo Encuentros de Acero organizado por ICHA, tuvo como tema central los desafíos que han debido superarse para hacer realidad la ampliación de la Planta Arauco, ubicada en el complejo Horcones de la región del Bio Bio.

El proyecto tendrá una capacidad para producir 1,5 millones de toneladas de celulosa al año lo que lo ubica como una de las mayores instalaciones de este tipo en el mundo. Sólo algunas cifras a considerar para hacerse una idea de su magnitud. La nueva planta se levanta en una superficie de 150 hectáreas y se debieron excavar 3,3 millones de m3 de tierra, además de utilizar más de 63.000 toneladas de acero, 31.000 de las cuales correspondió a acero estructural, lo que la convierte en un megaproyecto chileno que utiliza el acero como material base.

Alfredo Hernández, Líder civil – estructural de la gerencia de ingeniería y construcción de Arauco, señaló en su exposición que se eligió el acero por la facilidad de disponer de este material, la buena relación que entrega entre costo y resistencia y la flexibilidad que permite en el diseño. Sobre este punto en particular, Alejandro Pedemonte, líder de la disciplina estructural de WoodArauco, dijo, era relevante ya que Arauco definió que se debía realizar bajo la modalidad Fast Track, es decir que el diseño original no debía sufrir mayores modificaciones.

Uno de los mayores desafíos que planteó el proyecto, además de la logística, según Hernández, fue asegurar que el acero utilizado tanto de fabricación nacional como importado cumpliera al 100% con la normativa aplicable, esto es NCh203 para el acero estructural y NCh428 para la fabricación de las estructuras.

Otro punto de relevancia a considerar fue la calidad del suelo y la alta sismicidad que presenta la zona, lo que explica el gran trabajo que se realizó en la excavación, de manera que permitieran las fundaciones adecuadas, las que, para los edificios más críticos se diseñaron para que fueran flotantes.

La proximidad de la planta al mar también fue un tema a resolver, debido al ambiente altamente corrosivo que plantea. Lo mismo sucede con la protección contra el fuego, ya que el proyecto contempla dos enormes hornos. Para resolver ambos puntos, se utilizó acero galvanizado en caliente y pintura intumescente aplicada en taller y no en la obra.

Daniel Morales, gerente regional de segmento fuego de Sherwin Williams, señaló que “al ser un proyecto fast track, debía tener una productividad en la aplicación de revestimientos. El producto utilizado para el revestimiento tiene una duración de hasta 15 años y un tiempo de secado rápido de no más de 2 horas. Así, se entrega de forma acelerada el espesor deseado para la protección del acero”.

Morales explicó que gracias a esta mayor productividad los tiempos de ejecución se redujeron en unas 3 semanas, lo que significó un ahorro considerables, pues dijo, cada semana de trabajo extra costaba 53.000 dólares.