FRIEDR. ISCHEBECK GmbH es una empresa alemana con 140 años de experiencia y uno de los principales fabricantes de soluciones geotécnicas, sistemas de entibación y encofrados. En 1980 inventó la barra autoperforante de acero que rápidamente se convirtió en un éxito en el mercado de la geotecnia.

Este producto se utiliza tanto en túneles, minería, obras de infraestructura como puentes y edificios.

En agosto de 2018 ISCHEBECK decidió instalarse directamente en Chile y este año se hizo miembro del ICHA. Su gerente general, Gonzalo Herrera, explicó que esta decisión se tomó por ser el Instituto Chileno del Acero una organización autónoma, que se dedicada a la investigación y promoción de los usos del acero y que además “pone en el tapete temas transversales”.

“Queremos aportar con nuestra experiencia para avanzar en el desarrollo de publicaciones técnicas de diseño, instalación e inspección técnica de las barras autoperforantes, ya que hoy no existe ningún documento relacionado”, señaló Gonzalo Herrera.

Explicó que el objetivo de la empresa es ayudar al ICHA a trabajar en el desarrollo de una norma técnica para estos productos “ya que hoy se utilizan barras autoperforantes que están destinadas a durar dos años en proyectos que tienen un diseño de por vida”.

 

 

El director ejecutivo del ICHA, Juan Carlos Gutiérrez, participó en el webinar organizado por la CDT “Prefabricados en la Construcción” con el tema “Experiencia y desafíos en prefabricados en acero” y se refirió a las ventajas que entrega el acero en la prefabricación de obras.

Indicó que con el acero se consiguen costos más competitivos, capacitación permanente de los operarios y además existe una disponibilidad de información técnica para el diseño y la construcción.

Gutiérrez indicó que el ICHA está participando activamente en el Consejo de Construcción Industrializada, particularmente en la iniciativa de desarrollo de una norma chilena de glosarios técnicos que se utilizan en la construcción industrializada. Precisó que la prefabricación es un proceso donde se incorporan a la construcción elementos prefabricados fuera de obra, mientras que la industrialización es una producción en serie que utiliza métodos predeterminados, conocidos y repetitivos, con tecnología clasificada y certificada, es decir utilizando métodos claros y controlables.

A raíz de esto, Gutiérrez señaló que, desde la perspectiva del ICHA, la industrialización requiere de normas técnicas, certificación y verificación.

Refiriéndose a la construcción industrializada en acero, señaló que “nos encontramos con un elemento calidad uniforme y susceptible de ser sometido a un proceso de control de calidad que garantice el estándar definido en el diseño y que se puede verificar al término del proceso de construcción”.

En este proceso de construcción, el director ejecutivo del ICHA enumeró las ventajas del acero. Explicó que “es un material que proviene de un proceso industrial que permite un control de calidad desde su génesis y es un producto que sirve para obras de montaje, es una faena seca, reduce los excedentes en obra, la exigencias de bodegaje, los plazos de construcción y los costos. Además, mejora el control y la gestión de calidad y con ello la calidad final de la obra”.

Gutiérrez explicó que el ICHA ha realizado un trabajo normativo intenso en los últimos años. Citó la norma de diseño de estructuras de acero que databa de 1977. Gracias a este trabajo en 2016 el Instututo Nacional de Normalización aprobó la norma de diseño de estructuras de acero con perfiles laminados y soldados NCh427/1, y en diciembre de 2019 la norma de diseño de estructuras con perfiles conformados en frío NCh427/2. “Es decir hemos, actualizado una brecha tecnológica del orden de 40 años y así el país dispone de normas para diseño de estructuras que están actualizadas lo que permite aumentar la participación de distintos actores desde el punto de vista del diseño”.

Respecto del desarrollo normativo para la fabricación y el montaje de estructuras de acero, Gutiérrez señaló que la brecha era mayor aún, pues la norma anterior databa de 1957. Ésta norma fue actualizada y aprobada por el INN en 2017, permitiendo que los estándares técnicos se adapten a la realidad actual de la construcción. “Es decir, los principales productos con los cuales se puede diseñar, fabricar y montar estructuras de acero, disponen de normativas chilenas certificables. Esto es una realidad que no existía en nuestro país y que hoy permite sentar certezas sobre las cuales se puede construir y desarrollar proyectos con integración temprana de actores”, indicó el director ejecutivo del ICHA.

Sobre los desafíos de la construcción industrializada en acero, Gutiérrez señaló que se requiere la involucración temprana en las etapas del diseño de una obra, además de reforzar la capacitación y certificación. “En el ICHA tenemos a disposición el Código de Mejores Prácticas para Construcciones en Acero, además del libro Proyectar en Acero: Práctica Chilena y próximamente presentaremos un nuevo libro sobre Diseño de Estructuras de Acero”.

Esta fue una de las principales conclusiones del nuevo “Encuentros de Acero” organizado por el ICHA con el apoyo de la CDT y donde el tema de análisis fue “Reapertura de obras de construcción y abastecimiento de acero”.

Soledad Santelices, gerente de sostenibilidad empresarial de la CCHC, señaló que debido a la pandemia la industria de la construcción perdió un 35% de sus puestos de trabajo. Ante esto, explicó se desarrollaron estrictas medidas de higiene y seguridad que permitieran reiniciar las obras.

Explicó que se desarrolló un Protocolo Sanitario el que deben suscribir tanto empresas constructoras como sus proveedores, para obtener los permisos de trabajo. A la fecha hay 1.500 empresas y 3.450 obras inscritas a lo largo del país.

Además, se dispuso de un canal de comunicación directo con las comunidades para resolver sus inquietudes y dudas respecto de las reapertura de obras y posibles contagios que pudieran generar entre los vecinos.

Ricardo Saavedra, coordinador de seguridad y salud laboral de la CCHC expuso sobre los protocolos de seguridad para los proveedores de la construcción. Señaló que el peak de cierres ocurrió entre mayo y junio, pero que ahora la mayoría de esas obras están operando nuevamente. Agregó que “el trabajo realizado en materia de seguridad permitiría seguir operando aún en cuarentena y eso es un gran impulso para la reactivación de la industria y la economía del país”.

Dijo que la CCHC mantendrá este protocolo sanitario al menos durante todo el próximo año para que las empresas de la construcción puedan seguir operando. Esto, dijo, le debería dar tranquilidad a la industria.  Agregó que “las condiciones están dadas para que la industria de la construcción siga operando bajo las condiciones de seguridad impuestas por la autoridad, la CCHC y las mutuales de seguridad, sobretodo en el caso de que se retomen las cuarentenas.

Como en todas las versiones de Encuentros de Acero, Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA expuso sobre el consumo aparente de acero en Chile. Dijo que con respecto al mes pasado, la proyección de consumo aparente de acero se redujo de – 23% a – 19% para el año 2020. En tanto, para el año 2021 se espera una recuperación del índice en 10%.