A fines del próximo año debiera ser entregado el nuevo edificio administrativo del Campus Manuel Montt de la Universidad Mayor, en la comuna de Providencia, el que será construido en estructura de acero, material que va ganando cada vez más terreno en obras de tipo educacional.
La obra, diseñada por los arquitectos Fernando Marín y Mónica Álvarez de Oro de la oficina MAO Arquitectos, considera ocho pisos, tres subterráneos y será levantado mediante el sistema de construcción industrializada, de fabricación en planta y montaje en obra.
“El acero aporta atributos como la velocidad y precisión de la obra. Su fabricación y montaje generan un soporte para las terminaciones al milímetro, por lo cual no sólo la obra gruesa se hace más eficiente, sino que también es posible avanzar en paralelo con la fabricación de terminaciones como las envolventes opacas o transparentes del volumen”, explica el arquitecto Fernando Marín.
El director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), Juan Carlos Gutiérrez, indica que “el mayor uso de este material en obras del área educacional obedece a la experiencia que se ha acumulado en los últimos años en el diseño, fabricación y montaje de edificios de acero en el país, evolucionando desde la construcción tradicional a la construcción industrializada, dado sus altos niveles de conformación de componentes, prefabricación, velocidad de construcción y precisión”.
En esta misma línea, Fernando Marín añade que, para edificios de oficinas, la limpieza y libertad de la planta, por tener menos y más esbeltos elementos estructurales, dan una flexibilidad que también es una característica muy valorada del acero.
Adicionalmente, sostiene que al haberse optado por el sistema industrializado se logra una construcción sustentable y en armonía ambiental con el contexto. “Las obras de este edificio -complementa Marín-, tendrán un menor impacto y menores molestias en una avenida (Manuel Montt) que ya presenta un tránsito intenso”.
Otra externalidad positiva es el menor tiempo de construcción que se estima en cerca de cuatro meses, lo que influye en una reducción de los gastos generales de la obra y en un proceso post entrega más expedito por la precisión de las obras complementarias que permite la construcción industrializada.
“Cualquier constructora podrá evaluar qué significan cuatro meses menos de obra en gastos generales para un edificio de 3 subterráneos y 8 pisos sobre nivel de terreno”, enfatiza Fernando Marín.
El proyecto que actualmente tramita su permiso de edificación municipal, contempla un plazo de construcción de 16 meses, estimándose que estará terminado a finales de 2019.