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Reafirmando su compromiso con el avance equilibrado de la cadena de valor del acero a través de un control que promueva el aseguramiento de la calidad, el Instituto Chileno del Acero (ICHA) celebró un encuentro con los principales representantes de la industria e ingeniería chilena.

En el marco de la Segunda Cena del Acero y ante un centenar de asistentes, el presidente del ICHA, Sergio Contreras, detalló una serie de acciones que se han realizado durante el 2015 en relacionadas con distintas entidades del sector público y privado.

Entre las más relevantes, se encuentra el apoyo ofrecido al Ministerio de Obras Públicas para que ICHA participe en la supervisión del control de calidad de los aceros utilizados en la construcción del Puente Chacao, apoyo previsto en todas las etapas de fabricación y elaboración de una obra emblemática y pionera en la construcción de puentes en Chile.

“En tanto, el Instituto ha impulsado una importante actividad en el desarrollo de normas, códigos de buenas prácticas, seguimiento en la calidad de los productos de acero importado, realizando proposiciones concretas al Ministerio de Vivienda, Ministerio de Obras Públicas, el Servicio Nacional del Consumidor y el Servicio Nacional de Aduanas para trabajar en el aseguramiento de la calidad del acero”, sostuvo Sergio Contreras.

Respecto del trabajo con Aduanas, detalló que se están realizando acciones tendientes a supervisar el control de los aceros importados que se comercializan en Chile, en el entendimiento de anticiparse a una industria competitiva que requiere insumos de calidad para asegurar el desarrollo de mejores productos.

“Este trabajo se ha desarrollado con la seguridad de que el Instituto Chileno del Acero es una entidad técnica independiente, que entrega un apoyo valioso tanto a la autoridad como a la industria, en un país que se enfrenta a grandes desafíos”, comentó el presidente. También puntualizó que el ICHA no promueve ningún tipo de proteccionismo.

En el encuentro participó Horacio Pfeiffer, jefe del proyecto Puente Chacao del Ministerio de Obras Públicas, quien detalló los alcances del proyecto del puente colgante de mayor longitud de Latinoamérica y finalizará su construcción el segundo semestre de 2020.

Durante 2015, el Instituto Chileno del Acero ha realizado diversas acciones de vinculación destinadas a fortalecer la red de valor en torno al mercado del acero.

Nuevas empresas se han incorporado a este quehacer y queremos reconocerlas. Estos socios han aportado con su conocimiento y experiencia, participando activamente de los comités de Parrillas de Piso, Fabricación y Montaje de Estructuras de Acero y Trazabilidad del Acero en Centros de Distribución.

Es por esta razó, que en la cena ICHA aprovechó la ocasión para destacar la participación activa de sus nuevo socios que se incorporaron a la institución para trabajar en distintos comités. En la ocasión de entregó reconocimiento a Acustermic, representada por su gerente general, Marco Antonio Acevedo; Ebema, representada por Mauricio Villalobos, gerente de producción; Layseca y compañía, representada por su gerente general, Alejandro Layseca; Metalúrgica Vargas y compañía, Varmetal, representada por su gerente de producción, Cristián Vargas; Perfiles y Metales Sociedad Anónima, representada por su gerente de administración, Mikis Stavros, y Salomon Sack, representada por su gerente general, Roberto Heskia.

Pilar Urrejola, Cristian Hermansen y José Miguel Correa, Presidentes de los Colegios de Arquitectos, Ingenieros y Constructores Civiles convocan a la comunidad de sus respectivas disciplinas a debatir sobre el ejercicio profesional, su integración y las expectativas del área de la construcción para el período 2015-2020.

En la oportunidad se analizarán las proyecciones de la Industria de la Construcción, así como los marcos de inversión que se espera para los próximos cinco años, todo esto en el Centro de Convenciones del Hotel Santa Cruz, Región de O’Higgins.

Dentro del programa destaca la actividad inaugural a cargo del sociólogo, doctor en filosofía y líder de opinión, Max Colodro, así como el panel “Panorama 2015-2020” donde destacados representantes de instituciones como la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (COPSA), el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) analizarán el escenario futuro.

Aspectos como el ejercicio profesional, docencia, ética, discusión del marco legal y la nueva Ley de Colegios Profesionales son otros contenidos de este importante encuentro.

Para finalizar, la Mesa Redonda de Presidentes de Colegios, quienes entregarán las conclusiones del evento, así como la Declaración de Santa Cruz que aspira a dar a toda la comunidad la posición de estas órdenes profesionales frente al futuro del área de la construcción en Chile.

Si quieres saber más detalles, revisa el programa aquí o visita al sitio web http://www.colegioarquitectos.com/CONGRESO/

Como una interesante instancia de vinculación y actualización se desarrolló el seminario ICHA “Escenarios del mercado del acero, ventajas y desventajas para su empresa”, que reunió distintas visiones para entregar una panorámica de valor a los socios del instituto.

El encuentro abordó la situación actual del mercado del acero en el país y la Región, el estado de las inversiones en el país, las acciones desarrolladas por el Instituto Chileno del Acero en torno a la regulación técnica de la industria y, como elemento de actualidad, los aprendizajes para el sector que dejó el caso del puente Cau Cau.

Evolución de las inversiones

En la ocasión, el gerente general de la Corporación de Bienes de Capital (CBC), Orlando Castillo, comentó que al cierre del segundo trimestre de 2015 se contabilizó una caída de 2,6% en el stock de proyectos de inversión estimados a desarrollarse a cinco años.

Los proyectos de inversión para el quinquenio 2015-2019 en el país se elevaron a US $78.000 millones, ubicándose en su nivel más bajo desde el mismo periodo de 2008, reducción impulsada, principalmente, por una nueva baja de la inversión proyectada para el sector minería, que cayó un 7,9% en tres meses, por el fin de la ejecución de las iniciativas en proceso y la salida de proyectos en la Región de Atacama.

Acero en Chile y la región

En la ocasión, Juan Carlos Gutiérrez, Director Ejecutivo de ICHA, comentó las principales acciones de actualización normativa que ha liderado el instituto desde 2011, abarcando materiales, diseño de estructuras, fabricación, montaje y conexiones, protección contra el fuego y certificación.

Según destacó Gutiérrez, para establecer garantías de calidad en la industria del acero, el cumplimiento de las normas técnicas se debe realizar rigurosamente con todos los involucrados en el encadenamiento productivo, mientras que la vinculación con las autoridades permite establecer un carácter legal, generando obligaciones y sanciones, además de establecer mecanismos eficientes de control.

Para actualizar respecto de la coyuntura en la Región, el director general de la Asociación Latinoamericana del Acero, Rafael Rubio, presentó el complejo panorama al que se enfrenta la industria, con un escenario económico global complejizado en lo económico-político y mercados con sobrecapacidad.

Puente Cau Cau

Para cerrar el seminario, el presidente del Instituto del Acero, Sergio Contreras, presentó los aprendizajes que dejó el Puente Cau Cau, la gestión integral de los suministros de productos y piezas de acero.

Sin importar de qué material sea el cierre perimetral instalado, la relevancia que tienen para la seguridad de las personas los hace un elemento de primera prioridad, puesto que delimitan territorios, como es el caso de las carreteras, en donde este tipo de cercos permiten prevenir el ingreso de animales a la vía o que personas crucen por pasos no habilitados.

Desde la llegada de las autopistas de alta velocidad al país, el uso de cierres perimetrales ha aumentado considerablemente en las obras viales, dado que los estándares de seguridad así lo exigen. En ese sentido, el acero ha sido uno de los elementos preferidos para su desarrollo.

Si bien el cierre perimetral puede ser de diferentes materiales, el acero presenta múltiples ventajas dadas sus características intrínsecas, que lo convierten en un elemento con muy buena reacción frente a distintas condiciones de uso. Pudimos observar luego de los recientes terremotos que han afectado al país cómo las panderetas tradicionales sufrieron por los fuertes movimientos telúricos, generando daños tanto a las personas como a los bienes colindantes, sumados a la vulnerabilidad de los recintos cercados.

Esta situación es totalmente distinta a los cierres elaborados con acero, que resistieron firmemente, evitando colapsar y así arriesgar la vida de las personas, sus bienes y la seguridad de los recintos. Entre los atributos de los cierres perimetrales de acero destacan la velocidad constructiva, ya que al ser prefabricados y disponer de sistemas de montaje, su ejecución es extremadamente rápida, reduciendo los costos de instalación. Al mismo tiempo, disponen de sistemas de protección contra la corrosión, alargando su vida útil y disminuyendo los costos de mantenimiento.

El avance de la tecnología ha permitido innovar en la construcción de los cercos instalados. Hoy es posible ver cierres altamente resistentes, a los cuales además se les ha aplicado un diseño estético, que no solo se preocupa de la seguridad, sino que además comulga muy bien con el entorno en el que está instalado, gracias a que el acero permite crear elementos con colores y diseños personalizados de acuerdo a las necesidades de los usuarios, aportando en la vista del paisaje.

Los cierres perimetrales de acero son ideales para la protección de áreas residenciales e industriales, simplifican la labor de seguridad en los territorios y ofrecen una gran solidez estructural frente a eventos de la naturaleza. Asimismo, proveen una imagen estética, lo que entrega tranquilidad y confianza.

Columna de opinión de Juan Carlos Gutiérrez, Director Ejecutivo ICHA

Un panorama difícil es el que atraviesa la industria del acero, no solo porque ha disminuido la inversión y con ello, el consumo de este metal, sino que también por la preponderancia que el producto de origen chino ha logrado en el concierto internacional y la débil trazabilidad que se ha detectado en la aleación importada.

Con todo, el acero tiene múltiples y variados usos. En la construcción, se utiliza en barras de refuerzo para hormigón y estructuras metálicas, estanques y tuberías de gran diámetro; en la minería, en barras para molienda del mineral; en mallas y fijaciones como pernos y tornillos, y herramientas para la construcción, implementos para la agricultura y equipos para camiones, entre otros.

Según cifras de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asimet), el consumo total aparente de acero en el país tuvo su peak en 2012 —coincidente con el llamado ciclo de oro del cobre— con 3,141 millones de toneladas, de las cuales 54% eran importadas y 46% correspondían a despachos nacionales.

Asimismo, la proyección de consumo total aparente para 2015 en el país será de 2,5 millones de toneladas, de las cuales 62% será importado y 38% corresponderán a despachos nacionales.

Para este año también se estima que el consumo por familias de aceros será de 1,4 millones de toneladas de productos largos (barras de refuerzo, barras para la molienda, perfiles pesados, alambrón y perfiles livianos); 1,120 millones de toneladas de productos planos (laminados en caliente, plancha gruesa, laminados en frío, revestidos, hojalata, inoxidable), y 96 toneladas de tubos (tubos con costura, sin costura, con costura aleados, inoxidables).

Ello coincide con las estimaciones del Instituto Chileno del Acero (ICHA), donde prevén que este año el consumo de acero podría caer en 9% alcanzando las 2,5 millones de toneladas.

“Para 2016, si la inversión pública se materializa, creemos que el consumo aparente de acero se podría recuperar, y quizás crecer entre 2% y 3 %”, señala Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA.

En este sentido, resalta que las variables más relevantes son la inversión en construcción y en minería, transformándose en las componentes que le dan velocidad a la demanda de consumo de acero.

“Para tener una idea, en 2011 post terremoto, la tasa de crecimiento de la componente inversión en construcción y otras obras llegó a 12%. En ese año el consumo aparente superó las 3 millones de toneladas. Luego, la velocidad de crecimiento de la inversión fue cayendo y con esto, el consumo aparente de acero también, cada vez se consume menos, porque se está invirtiendo menos”, puntualiza.

No hay que perder de vista que según cifras de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) desde China, entre enero y mayo de este año, llegaron 526.000 toneladas, representando 14% del total de envíos chinos a Latinoamérica.

Desde Asimet, su presidente Juan Carlos Martínez asegura que “la industria del acero (siderurgia) se encuentra enfrentada a dos situaciones sobre las cuales tiene poco o nada de control: un alto costo de la energía eléctrica, insumo que incide en un gran porcentaje en el costo de producción, y una competencia desleal con productos que provienen de países como China, que estarían sujetos a fuertes subsidios del Estado y, además, distorsiones flagrantes de precios”.

En materia de inversiones, el líder de Asimet señala que en minería la cifra es negativa, mientras que sí hay inversiones en construcción, especialmente en el sector inmobiliario. Sin embargo, las demás áreas están estancadas en cuanto a inversión.

En este contexto, el director ejecutivo del ICHA explica que la industria del acero vive un complejo escenario como consecuencia de la contracción de la demanda, producto de la reducción de la inversión en minería e infraestructura, y en menor grado también por la construcción.

“Esta misma industria tiene que hacer frente a las distorsiones que se provocan por la sobreoferta de productos de acero a nivel mundial, y que Chile no escapa a esta realidad, siendo vulnerable a la llegada de productos fuera del estándar técnico, a bajo precio”, plantea.

A su juicio, “Chile es una economía abierta, que ha dado buenos resultados para los consumidores, sin embargo, en el ámbito del acero, la falta de regulaciones, de orden técnico o los déficit de control generan espacios de vulnerabilidad del cumplimiento de los requerimientos técnicos mínimos”.

Regulaciones
Chile es un país sísmico y, por ende, la calidad del acero empleado es fundamental. Un organismo que vela por el cumplimiento de normas y estándares es el ICHA. Su presidente Sergio Contreras asegura que en el país existen “algunas regulaciones y medidas, pero no son suficientes, porque no actúan directamente y no controlan las condiciones de origen de fabricación del producto”.

La opinión es compartida por el titular de Asimet, quien sostiene que “existen normas técnicas, pero no son suficientes, no están todos los productos cubiertos. Es necesario generar más normas y certificaciones y esto naturalmente tiene que ser acompañado de la fiscalización correspondiente”.

En esta dirección, un aspecto clave es la trazabilidad de los productos, es decir, que haya una huella, y que en el caso del acero se pueda seguir su camino desde el momento en que se fabricó.

“No hay una buena trazabilidad. Existe, por supuesto, pero no es suficientemente buena. Por eso, en el Instituto Chileno del Acero estamos trabajando para lograr un mejor aseguramiento de la calidad y, consecuentemente, su trazabilidad”, afirma el presidente del ICHA.

En efecto, una de las preocupaciones de la organización ha sido tener una normativa actualizada, de acuerdo con lo que hoy existe en el mundo, por lo que “tenemos la referencia correcta”.

Sin embargo, precisa Sergio Contreras, “no tenemos regulaciones al interior del país para asegurar una trazabilidad y un aseguramiento de la calidad de los productos que los distribuidores están poniendo en el mercado”.

“Hemos detectado que los aceros no cumplen en gran medida las condiciones normativas, pero la cumplen en niveles suficientemente pequeños como para que no sea inquietante”, afirma.

Por ello, el ICHA ha redoblado los esfuerzos para dar seguridad al país, a través de exhaustivos análisis de la calidad de los aceros que llegan a Chile, labor que se ha desarrollado mediante el programa Monitoreo de Barras para Hormigón Armado, ejecutado durante varios años.

“Hemos descubierto que muchas de las barras que llegan no cumplen con las condiciones normativas chilenas. Por eso y habiendo tomado conciencia del problema, proponemos que haya un control que asegure la trazabilidad y una posibilidad que hay para lograr eso es que la Aduana exija los certificados correspondientes”, asevera.

En la práctica, se busca que, teniendo esa información y control, Aduana autorice el ingreso de ese material, porque —precisa— “hoy el distribuidor que vende el acero tiene la obligación de entregar el certificado. Pero eso lleva a que no hay ningún tipo de control, puede entregar cualquier cosa”.

Desde la Cámara Chilena de la Construcción, su presidente (s), Sergio Torretti, destaca que Chile cuenta con una industria del acero cuyos procesos productivos y los materiales que elabora son de alta calidad y cumplen con estándares de nivel mundial.

A su juicio, en un ambiente de economía de libre mercado y en igualdad de condiciones, las empresas productoras deben evidenciar la calidad de los productos que ofrecen.

“Es importante que el acero importado cumpla el 100% del estándar normativo exigido al acero nacional y que el Estado compruebe que se respete dicho estándar. Así, los consumidores pueden optar por aquellos productos que les ofrezcan condiciones más competitivas”, asegura.

El Servicio de Aduanas, en su opinión, debe cumplir adecuadamente la obligación de fiscalizar la trazabilidad de las partidas de acero que ingresan al país, razón por la cual “pusimos al tanto de esta situación al Ministerio de Hacienda y le solicitamos que refuerce dicha labor”.

Respecto de las empresas constructoras, Torretti resalta que éstas tienen la obligación de utilizar acero que cumpla con los estándares que fija el marco normativo, razón por la cual exigen el certificado que indica que el producto cumple con la norma.

“En todo caso sería importante que dicho certificado se entregue en el país de destino y no en el de origen”, asegura.

Fuente: La Segunda

Sergio Contreras, Presidente del Instituto Chileno del Acero, invita a todos los socios de la entidad a una actividad exclusiva para ellos, en donde se abordará la situación actual del mercado del acero en Chile y Latinoamérica, el estado de las inversiones en el país por sector económico y zona geográfica, y las acciones desarrolladas por ICHA en torno a la regulación técnica de la industria.

Exponen: Rafael Rubio, Director General de Alacero; Orlando Castillo, Gerente General de Corporación de Bienes de Capital; Sergio Contreras, Presidente de ICHA; Juan Carlos Gutiérrez, Director Ejecutivo de ICHA.

Fecha: martes 22 de septiembre 2015.

Lugar: Hotel Intercontinental (Avenida Vitacura 2885).

Inscripciones aquí

Programa

Más información en comunicaciones@icha.cl o al teléfono +56 2 24216588

Las industrias siderúrgicas de Argentina -al igual que las de otros países latinoamericanos- denuncian que las importaciones de acero provenientes de China son desleales y que este país no puede considerarse una “economía de mercado”. Esto afecta negativamente la rentabilidad de las empresas provocando despidos masivos que las siderúrgicas se vieron obligadas a realizar.

Sin condiciones de mercado y producido en fábricas estatales, el acero chino es un 6% más barato que el del resto del mundo, por lo cual las industrias regionales difícilmente puedan competir con un “Goliat” de este tamaño. Además, según consideran las patronales siderúrgicas, la desaceleración de la economía china está provocando que este país quiera colocar en Argentina (y Latinoamérica en general) los excesos que ya no puede ubicar en su mercado.
Un dato duro alarmante para considerar es que China produce la misma cantidad de acero que el resto del mundo (49,5 % de la producción mundial) y –de acuerdo a lo que se puede advertir sobre este régimen totalitario– las condiciones de trabajo y la mano de obra que se emplea es considerada “insalubre” y los empleados –cuasi esclavos- trabajan más de lo debido para satisfacer una demanda “exacerbada”.

Según informó la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO) en el primer bimestre de 2015, China embarcó hacia la región latinoamericana 1,7 millones de toneladas de acero laminado, 41% más que las 1,2 millones de toneladas registradas el año anterior. Asimismo, de la mano de esto aumentaron las importaciones de productos manufacturados con acero (productos metalmecánicos) como bicicletas, máquinas o heladeras, lo cual también alerta a otras industrias locales.

Este organismo además advirtió que el uso del acero en China creció apenas 1% en 2014 y la proyección es que siga decreciendo, no obstante ello las siderúrgicas chinas no han bajado el ritmo de producción.

El dumping, o vender en el exterior por debajo del costo de producción para ganar participación de mercado, es ilegal según las normas de la Organización Mundial del Comercio, por lo cual mediante un comunicado del pasado junio los empresarios de la Cámara Argentina del Acero solicitan que China no sea considerada “economía de mercado” (estatus que muchos países le han conferido) y que se detengan o regulen las importaciones provenientes de ese país.

Por cada millón de dólares que ingresan en productos de China, se pueden perder hasta 64 empleos en América Latina“, alertó la entidad.

En Argentina la empresa más destacada del sector -Techint-, ubicada en la localidad de Campana (a 70 km. de Buenos Aires) elabora tubos de hierro para la industria petrolera y ha sido muy afectada por la injerencia china en el mercado. Esto presionó a reducir la capacidad operativa de la industria lo que devino en suspensiones rotativas a 3.300 empleados.

“La entrada de productos de acero provenientes de China a través de prácticas de comercio desleal nos afecta desde el punto de vista del volumen en nuestro nivel de producción y en la rentabilidad”, advirtió Paolo Rocca, presidente de la organización Techint a Report Acero.

Hace 5 años atrás China tenía una participación de 6% en el mercado regional y ahora ya abastece el 13% del consumo de acero de la región. Esto alarma no solo a la industria siderúrgica sino a todos los argentinos -y latinoamericanos- que son testigos de cómo el régimen chino se va esparciendo como un virus en las células de los mercados locales.

Calidad de vida

El acero facilita nuestra vida diaria. Desde los barcos más grandes a las miles de millones de latas que se fabrican cada día. En rascacielos y en eficientes viviendas sociales. Es ideal para equipos de cirugía, seguridad, cocina. Es versátil, higiénico, seguro, reciclable. El mundo actual sería imposible sin acero.

El acero en la construcción

 

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El acero en el hogar

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Fuente: Worldsteel

 

Uno de los graves problemas que enfrentó la construcción del puente Cau Cau fue que falló una de las piezas de acero -importada desde China- que se utilizaron en su estructura.

Así lo estimó ante la comisión de Obras Públicas del Senado el ingeniero Sergio Contreras, convocado por el MOP para hacer una “autopsia” al viaducto de la Región de Los Ríos, el que aún se mantiene inutilizable.

Fue precisamente la institución que Contreras preside, el Instituto Chileno del Acero (ICHA), la que emitió este año un estudio que establece que existe alto incumplimiento de la normativa en la calidad de las barras de acero importadas que se comercializan en Chile. Según el instituto, son “productos que no están habilitados para ser utilizados en la construcción de estructuras de hormigón”.

“Consideramos que los incumplimientos detectados (en el estudio) implican una calidad irregular de material que pueden alterar el comportamiento estructural de las edificaciones y obras construidas con ellos”, advierte Contreras.

Para efectuar la verificación, afirman, se utilizó un procedimiento estándar de muestreo y se eligieron 25 barras para hormigón armado de origen importado, las que fueron adquiridas en seis puntos de venta de la Región Metropolitana, durante los meses de noviembre y diciembre de 2014. Y se detectó en el análisis que el 48% de las muestras no cumple con los requisitos señalados en la norma chilena en cuanto a condiciones mecánicas (como la resistencia), geométricas y de masa.

“Los incumplimientos no están en rangos excesivamente altos como para inquietar a la población de que, por ejemplo, las estructuras se van a caer”. Pero, agrega el experto, “esto muestra que no hay controles efectivos. En eso hay un vacío. No hay una entidad en la que este control esté establecido”.

Según Contreras, respecto del puente Cau Cau -que fue encargado a la empresa española Azvi-, “ahí hay un ejemplo de lo que puede pasar cuando se entrega un acero que no corresponde a lo especificado. El problema es que aquí se empieza a producir una cadena de incumplimientos. En estricto rigor, hay un vicio oculto. Nadie detectó eso, lo compraron y lo instalaron de buena fe”.

Agrega que en Chile hay procesos de control conocidos. “Cualquiera de las acereras nacionales sabe que tiene que cumplir ese procedimiento y se puede verificar. Pero en el extranjero, no. ¿Cómo sabes tú si una barra que te están vendiendo corresponde al certificado que te están entregando?”.

El presidente de Asimet (Asociación Chilena de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas), Juan Carlos Martínez, quien integra el directorio del ICHA, no se opone a que las empresas puedan importar aceros más baratos “siempre que sea producto de la libre competencia y no de distorsión de precios”. Además, plantea que el producto foráneo debería tener las mismas exigencias de calidad que las de los chilenos.

El gerente general de la Cámara Chilena de la Construcción, Sergio Cavagnaro, afirma que cualquiera sea la materia que se trate, las constructoras deben cumplir la normativa que les sea aplicable, que considera diversos sistemas de control. Además, dijo, el sector público debe tener organismos competentes para velar porque los productos importados cumplan las normas nacionales.

Fuente: El Mercurio

En el último tiempo, Chile ha sido golpeado por una serie de catástrofes -terremotos, incendios, erupciones y aluviones- que han puesto a prueba los sistemas de emergencia para que las comunidades puedan ponerse en pie y retomar su actividad lo antes posible y de mejor forma.

En el objetivo de hacer un aporte a la reconstrucción física y social de las comunidades afectadas, entregando soluciones en acero con desarrollo profesional e innovación tecnológica, el Instituto Chileno del Acero, a través de su Comité de Arquitectura, desarrolló una propuesta de construcción de centros comunitarios para zonas devastadas.

Se trata de edificios prefabricados que están concebidos como estructuras plegables, por tanto, se pueden transportar y montar fácil y rápidamente.

El diseño incorpora una planta libre, paneles aislados que permiten una cómoda habitabilidad y equipamiento sanitario, mientras que su emplazamiento es adaptable a distintas condiciones de clima y terreno. Este último factor es relevante considerando que ante las catástrofes el suelo resulta dañado y se transforma en un bien escaso.

Según explica Francis Pfenniger, presidente del Comité de Arquitectura de ICHA, el acero es un material noble desde el punto de vista estructural que permite resolver con eficacia y eficiencia las demandas que presentan este tipo de edificios aportando durabilidad, buena vida útil y una adecuada respuesta frente a posibles cargas adicionales.

“Ante situaciones de catástrofe se presenta una necesidad urgente de proveer de espacios de uso múltiple que den soporte a la vida comunitaria. También, de disminuir la presión sobre otras instalaciones, como los colegios, que comúnmente se utilizan para estos fines”, comenta Francis Pfenniger, presidente del Comité de Arquitectura de ICHA.

En el desarrollo del proyecto, realizado por el arquitecto Felipe López, se consideró que los centros comunitarios no sólo pueden utilizarse durante la emergencia como albergues, sino también elevarse de forma más estable, incorporando elementos adicionales para ser ocupados, por ejemplo, como sedes sociales que sean autosuficientes y permitan dar cabida a distintas actividades de vinculación.

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