“Las anomalías presentadas en estructuras de acero en nuestro país en los últimos años, como en el puente Cau Cau y la pasarela Manquehue, dejan de manifiesto la importancia de contar con un sistema de trazabilidad de los aceros y la ejecución de estructuras que apoyen de manera efectiva el aseguramiento de su calidad y, por lo tanto, protejan debidamente tanto las inversiones como la seguridad de las personas”, afirma Juan Carlos Gutiérrez P., director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero.
Estas fallas, señala, han producido una natural inquietud en la población, planteando varias interrogantes en relación al diseño de este tipo de estructuras, los materiales usados, su ejecución y su inspección.
“En primera instancia, cabe preguntarse si estos casos obedecen a causas específicas en algunas de estas áreas o si representan una tendencia generalizada en la construcción”.
En los diseños de las estructuras, indica, “el profesional a cargo juega un rol preponderante y es válido preguntarse si efectivamente estamos eligiendo a las personas más idóneas para llevar a cabo ese trabajo, no solamente como mandantes, sino como sociedad que establece cánones y habilitaciones profesionales de manera apropiada. Si frente a esta interrogante no tenemos una respuesta clara, consistente y sólida, estamos fallando frente a nuestros semejantes y los exponemos por negligencia a situaciones de inseguridad y peligro que, desde un punto de vista ético y humano, debemos evitar”.
Huella trazable
En este contexto, dice, “el cumplimiento riguroso de la normativa vigente en nuestro país, avalada por los profesionales de mayor experiencia en nuestro medio y el debido control en cada uno de los pasos de fabricación, son los que efectivamente pueden generar una huella trazable y por lo tanto los niveles de calidad adecuados”.
Es aquí donde se necesita, asegura, “la participación de las organizaciones intermedias de la sociedad, que entreguen un aporte decidido y definido en los niveles necesarios de normalización, regulación y control de los procesos”.
Al respecto, explica, el Instituto Chileno del Acero ha propuesto iniciativas fundamentales para el desarrollo y apoyo de políticas globales, impulsando el estudio de normas y proyectos de regulación y control en la construcción en acero en el país.
Reflexión necesaria
Por otra parte, indica el director ejecutivo de ICHA, los procesos y documentación que ellos generan deben ser preparados por profesionales que cuenten con los debidos conocimientos y experiencias, de manera que puedan identificar y manejar las eventualidades surgidas.
“El Instituto Chileno del Acero mantiene una constante preocupación para organizar acciones conjuntas y apropiadamente coordinadas entre los sectores público y privado, con el fin de crear y mejorar la normativa y reglamentación vigentes, así como propiciar el aseguramiento de la calidad de los materiales, ya sean ellos nacionales o importados”.
Agrega que “todos los casos acontecidos de fallas en importantes proyectos nos hacen poner especial atención y reflexionar acerca de lo que estamos entregando al país; debemos analizar con atención estos errores, no solamente porque podamos comprender su significado a través de un análisis puramente cuantitativo, sino también porque tiene un profundo significado cualitativo que nos llama a preguntarnos si estamos entregando respuestas válidas a la colectividad que nos rodea”.
Fuente: El Mercurio