Próximamente se espera que el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de Argentina, promulgue un decreto por el que se le concederá al sistema steel frame o en “seco” el estatus de “construcción tradicional no convencional”, lo que se espera revolucionará principalmente el mercado de la vivienda social en ese país.
Un artículo publicado por el diario “El Cronista” de Buenos Aires, explica que el steel frame o steel framing es un sistema de construcción que se basa en estructuras metálicas, de acero galvanizado, donde las paredes se conforman con diversas capas de materiales, como lana de vidrio, poliestireno expandido (telgopor), yeso, entre otros. No usa ladrillos y su condición “en seco” lo independiza relativamente de los tiempos de secado de las obras tradicionales y de los vaivenes del clima para avanzar en la construcción.
Una casa módica con este sistema puede ponerse en pie hasta en 45 días, mientras que la mayoría de los contratos “llave en mano” para viviendas con más desarrollo se estipulan en seis meses. “Podemos tenerla lista en cuatro o cinco meses, pero los contratos se suelen confeccionar en hasta seis para absorber imponderables”, señaló un arquitecto que lleva años en el rubro.
Más información en El Cronista
El año 2017, para muchos fue un año extraño, al comienzo las expectativas fueron más bien inciertas y, por lo tanto, pesimistas. Los caminos elegidos por las aspiraciones de la sociedad no coincidieron tácitamente con los caminos del desarrollo y de la creación de riqueza que la mayoría de la población informada considera indispensable para avanzar y alejarse definitivamente del fantasma de la pobreza y el subdesarrollo, manteniendo la equidad.
Por otra parte, la caída de los precios de los commodities, de los cuales Chile es todavía altamente dependiente, empeoraron más profundamente el horizonte nacional. Y esto ha representado un llamado de alerta, una vez más, frente a esta dependencia. No ha sido posible crear un desarrollo tecnológico definido y sustentable que nos independice definitivamente de la extracción y comercialización de las materias primas como fuente única de la actividad económica del país. Este hecho nos muestra que Chile no es aún el país extensamente industrializado al cual todos aspiramos.
Sin embargo, Chile ha logrado avances importantes en materias de reglamentación, normativa y, en especial, en su cumplimiento. Esto implica una muy definida disciplina en el ámbito técnico y económico y, a la vez, exige un desarrollo técnico y profesional de magnitud, de manera que la incorporación del conocimiento y práctica actual en esas normativas, así como la valorización efectiva de las autoridades en su cumplimiento, mejoren la calidad de los productos y las obras.
En este camino, el logro alcanzado por el ICHA ha sido especialmente valioso. El Instituto ha trabajado incasablemente reuniendo, no solamente a los profesionales y expertos en los comités de trabajo para generar normas, estudios o publicaciones sino también para proponer y conseguir la toma de conciencia de estas condiciones y necesidades en todos los niveles de la sociedad, ya sea a través de las autoridades, de los profesionales o de los proveedores y fabricantes.
Considerando todo lo anterior, le entrego un reconocimiento agradecido a todos quienes se acercaron al Instituto reconociendo este valor, a todos quienes colaboraron con un aporte desinteresado, al personal, a las instituciones que han prestado su apoyo y, en fin, a cada uno de Uds. quienes han engrandecido nuestra actividad y han hecho de ella una meta posible de alcanzar.
En estos días que comenzamos un nuevo año con renovada vitalidad, los insto a mantener esa estrecha colaboración que de seguro redundará en bienestar y enriquecimiento para nosotros y, en general, para el país.
Sergio Contreras A.
Presidente
Instituto Chileno del Acero
La normativa establece requerimientos para fabricación, montaje y control de calidad, abordando aspectos como especificaciones de productos y el detalle de tolerancias de aceptación y rechazo, entre otros.
Tras un arduo trabajo, liderado por el Instituto Chileno del Acero (ICHA), el Instituto Nacional de Normalización (INN) aprobó la actualización de la norma NCh 428: 2017 que entrega criterios para la ejecución de construcciones en acero, como edificios, obras portuarias y aeroportuarias, industriales, viales, educacionales, etc.
Dado que la norma anterior era de 1957, los actores de la industria debían recurrir a especificaciones propias o internacionales. Con esta actualización se incorporan los conceptos modernos para determinar aspectos relevantes de un proyecto. Este documento provee requerimientos para fabricación, montaje y control de calidad, abordando aspectos como especificaciones de productos y el detalle de tolerancias de aceptación y rechazo, entre otros.
“La actualización de la NCh 428 viene a ordenar el mercado ya que entrega los criterios a aplicar para los diferentes proyectos, entregando las directrices a fabricantes, inspectores de obras y constructoras”, señala el director ejecutivo de ICHA, Juan Carlos Gutiérrez.
El documento fija los criterios para las estructuras diseñadas, fabricadas y montadas de manera similar a los edificios, indicando de esta manera que sus elementos resistentes a cargas verticales y laterales son similares a los sistemas resistentes de estos. Esta norma aplica a la construcción de acero estructural con uniones apernadas o mediante soldadura al arco eléctrica.
“Un efecto relevante que tiene la actualización de normas es que ahora no hay excusas para no cumplir los requisitos de calidad que se establecen”, comentó el ejecutivo.
Con este nuevo marco técnico, por primera vez en Chile se dispone de normas actualizadas para la edificación en acero. Estas son la NCh 427/1, Requisitos para el cálculo de estructuras para edificios de Acero; NCh203, Requisitos para acero de uso estructural y la NCh 428 ya mencionada.
De esta forma, los arquitectos, ingenieros, revisores, inspectores, prevencionistas y todos los profesionales involucrados en proyectos con estructuras de acero, disponen de regulaciones técnicas actualizadas en español, en línea con el resto de la normativa chilena de la construcción.
“Con esto, damos una señal de fortalecimiento técnico del sector, fomentando su conocimiento y utilización, lo que se traduce en optimización de proyectos y aumentos en la productividad”, afirmó el director ejecutivo de ICHA.