En Chile, el acero está presente en todos los rubros económicos. La totalidad de las actividades de la población chilena se relacionan cotidianamente con el acero. La industria del acero es fundamental para el desarrollo del país y sus principales consumidores son la construcción y minería, siendo esta última el principal sector económico del país.
En 2023, el consumo aparente de acero en Chile llegó a 2.388.000 toneladas. De este consumo un 33% correspondió a acero producido en Chile, y todo el resto fue importado. Estas cifran se derivan del informe trimestral sobre consumo aparente de acero en Chile, elaborado por el Instituto Chileno del Acero, ICHA.
La producción nacional de acero se enfoca, principalmente en productos largos, especialmente barras de refuerzo para la construcción, perfiles para la industria metalmecánica. Estos productos deben cumplir con la regulación vigente. No es el caso de las barras de molienda para la minería y barras para fabricación de bolas de acero también para la molienda de mineral que no están sujetas certificación de calidad previa.
Independiente de la naturaleza de la empresa fabricante, ya sea estatal, privada, nacional o extranjera, los productos de acero deben cumplir con los requisitos y reglamentación chilena. Esto no es para proteger a alguna siderúrgica en particular o a la industria del acero chilena, es para proteger a la población y al desarrollo nacional.
En Chile, tanto la producción de acero como el diseño estructural, la fabricación y el montaje de estructuras se rigen por estrictas leyes y normas técnicas que aseguran la calidad de las construcciones. Este punto es de la máxima relevancia considerando la condición de alta sismicidad de nuestro país. Producir, importar y distribuir acero cumpliendo con estas estrictas regulaciones, es absolutamente necesario para poder entregar seguridad a la población. Para ello, los desarrolladores de proyectos, proveedores, contratistas e inspectores de calidad deben preocuparse y garantizar que el acero que se está utilizando tenga las certificaciones necesarias y adecuadas.
Lamentablemente, y tal como lo señalan estudios realizados por el ICHA entre 2015 y 2018, y que están a disposición de los usuarios en www.icha.cl, no todo el acero que se importa viene con las certificaciones exigidas y, lo que es peor, no todos quienes importan acero y lo comercializan o utilizan directamente, exigen estos documentos. Esto genera incertidumbres al momento de construir, pues no se sabe cuál será el comportamiento de este material al momento de enfrentar, por ejemplo, un sismo de gran magnitud.
Ya sea producido en Chile o importando, lo que el ICHA quiere resaltar y dejar absolutamente claro, es que todo el acero que se utilice en el país, y que esté sujeto a regulación y normativa, debe cumplirlas, pues de ello depende la seguridad de las personas en primera instancia, y luego la continuidad operacional de nuestra economía.
Esta columna de opinión fue publicada en el diario La Tercera el viernes 10 de mayo de 2024.
Las normas técnicas que aplican para los aceros utilizados en Chile han estado en constante revisión, especialmente después del mega terremoto de Valdivia en 1960. Este cataclismo provocó que el país comenzara a fortalecer un exigente marco jurídico y normativo, tanto para diseño estructural como para la calidad de los materiales y la ejecución de las construcciones. Para el Instituto Chileno del Acero, ICHA, la actualización, el desarrollo, la aplicación y la difusión de la normativa técnica es una tarea prioritaria, dado que establecen la base para la correcta utilización del acero en sus diversas aplicaciones.
En Chile, tanto la producción de acero como el diseño estructural, la fabricación y el montaje de estructuras se rigen por estrictas leyes y normas técnicas que aseguran la calidad de las construcciones. Este punto es de la máxima relevancia considerando la condición de alta sismicidad de nuestro país. Producir, importar y distribuir acero cumpliendo con estas estrictas regulaciones, es absolutamente necesario para poder entregar seguridad y tranquilidad a la población sobre la calidad tanto de la infraestructura pública como puentes, hospitales, carreteras y viviendas, y de infraestructura privada como plantas de producción minera, de generación de energía y centros de distribución por mencionar algunos.
Pero no todo el acero utilizado en Chile está sujeto a normas. Éstas aplican exclusivamente para el acero utilizado en los ámbitos que disponen de reglamentación técnico – jurídica, como en las obras industriales, comerciales, de infraestructura y vivienda, pues su fin es proteger la seguridad de las personas y, para el caso de obras industriales, la continuidad operacional frente a eventos severos como terremotos. Diferente es el caso del acero utilizado en procesos mineros, como son las barras y bolas para molienda, dado que no disponen de un marco regulatorio.
Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA recalca la importancia de diferenciar el acero utilizado en construcción respecto de las aplicaciones en molienda y otros procesos mineros. “El factor determinante del acero utilizado en construcción es el cumplimiento de las especificaciones técnicas definidas en las normas técnicas cuyo cumplimiento se respalda mediante certificaciones, a diferencia de las aplicaciones del acero en procesos mineros donde los diversos requerimientos se acuerdan caso a caso entre cliente y proveedor”.
En la última edición del documento “Informe de Acero” publicado por el Instituto Chileno del Acero, en 2023 el consumo aparente de acero en el país llegó a 2 millones 338 mil toneladas, lo que equivale a un incremento del 4,4% con relación a 2022.

Del total del consumo de acero del año 2023, las importaciones representaron un 67%.

Respecto de la procedencia del acero importado, el documento elaborado por el ICHA indica que en 2023 el 65% de este provino de China, alcanzando su mayor participación desde 2016, indica el informe preparado por el ICHA.

El ICHA reportó que en 2023 el consumo aparente de aceros largos, que incluye barras para la construcción, perfiles laminados y barras para molienda para minería, alcanzó un volumen de 1 millón 40 mil toneladas, siendo un 76% de este producido localmente.
Según el ejecutivo frente a potenciales escenarios de variación significativa de la procedencia de aceros largos, se debe tener especial atención si corresponden a productos para construcción que requieren de cumplimiento normativo o para procesos mineros. Explica que “el cumplimiento de la normativa técnica y la certificación aplicable a los productos para construcción no debería significar un riesgo para el país frente a un incremento en la importación de acero independiente del país de procedencia”.
Finalmente, Juan Carlos Gutiérrez señaló que “en el mundo existe una amplia variedad de calidades de productos de acero, pero sólo las que están señaladas en las normativas técnicas son las aptas a utilizar en Chile, por lo que se requiere fortalecer el cumplimiento legal y normativo aplicable a las especificaciones y al suministro de productos acero, la inspección técnica, fabricación y montaje de estructuras”.
Según cifras de la empresa tecnológica SAP, en 2023 el 41% de las organizaciones chilenas confirmó tener un reporte, mientras que el 7% trabajaba en su primera edición. El estudio, que recolectó información de 500 CEO´s y altos ejecutivos, congregó a empresas medianas y grandes con operaciones en LATAM.
“La sostenibilidad es parte de nuestro ADN. Este reporte no solo da cuenta de nuestras acciones concretas para aportar a la construcción de un Chile más sostenible, sino de la perseverancia que hemos tenido para transparentar lo que hacemos desde hace dos décadas. No somos una empresa abierta a la bolsa, por lo que es un esfuerzo genuino por mostrar lo que hacemos”, comentó la gerenta de Personas y Sostenibilidad de Aceros AZA, Aida Soto.
Según la última edición, el análisis comparativo realizado por AZA en los últimos años muestra un progreso constante en áreas clave relacionadas con la sostenibilidad. Por ejemplo, la empresa informa de un incremento notable en la adquisición de chatarra proveniente de los recicladores de base, alcanzando aproximadamente 85 mil toneladas. Esta cifra representa un 17% del total consumido durante ese período, demostrando el compromiso de AZA con la promoción de prácticas sostenibles y su contribución activa a la economía circular.
Por otro lado, la empresa, socia del Instituto Chileno del Acero, continúa trabajando para disminuir sus emisiones de CO2 y seguir siendo un referente en la materia. A la fecha, la huella de carbono de AZA es 12 veces menor al promedio de la industria, condición que se ha alcanzado gracias a una serie de inversiones del orden de US$ 28,3 millones en tecnología y proyectos verdes, situando a AZA en una posición sólida para alcanzar su meta de NetZero en un futuro próximo.
“A la fecha contamos con una de las huellas de carbono más bajas de la industria a nivel mundial, reflejo del trabajo diario de toda una organización que está comprometida con elaborar un acero de calidad que es el único en el mercado nacional”, agregó Soto.
En 2023 AZA fue reconocida nuevamente con el Sello Gold de Excelencia Energética, por parte de la Agencia de Sostenibilidad y Cambio Climático de Chile, dando cuenta de las más de dos décadas en que la compañía ha realizado una serie de acciones a través de una sólida hoja de ruta de eficiencia energética, la cual además de estar orientada a reducir costos y mejorar el desempeño ambiental, es una dimensión clave en la planificación estratégica de la empresa. Como resultado de lo anterior, la empresa no tan sólo adelantó tres años el cumplimiento de su compromiso público de reducir su consumo energético, sino que logró una disminución de 8,8% con relación a su línea base de 2019.
La contribución de AZA a la comunidad y al desarrollo sostenible se ve reflejado también en las obras donde sus productos son incorporados, participando en proyectos que marcan una diferencia en la infraestructura y edificación. Es así como en 2023 destacó la participación de la compañía en la construcción del nuevo Estadio San Carlos de Apoquindo de la Universidad Católica, demostrando que la economía circular es el camino para la construcción de un Chile más sostenible.
El vigésimo Reporte de Sostenibilidad, reafirma que la empresa está preparada para enfrentar los desafíos del mañana con determinación y visión, siendo catalizadores de un cambio positivo en la sociedad y su entorno.