Sólo el 1% de las obras de construcción que se realizan en Chile usan el método de construcción industrializada, a diferencia de lo que ocurre en los países nórdicos, por ejemplo, donde ese porcentaje alcanza el 25%. Así lo destacó el presidente del directorio del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), Rodrigo Sánchez, en el seminario organizado por Construye 2025 de Corfo.

Sánchez destacó que el principal objetivo del Consejo -integrado por 48 socios y en el que ICHA participa como parte del directorio- es impulsar este método constructivo como un elemento clave para aumentar la productividad de la industria de la construcción a nivel nacional. Según señaló, en las últimas dos décadas, el crecimiento anual de la productividad en el país ha sido 0%.

“Nuestro objetivo es usar la construcción industrializada como una herramienta para dinamizar la productividad y también para fomentar el desarrollo sostenible de la actividad en lo económico, social y medio ambiental”, agregó.

La construcción industrializada se refiere al total o un fragmento de una edificación fabricada fuera del sitio de construcción mismo del inmueble.

Así, entre los beneficios de este sistema -comentó Sánchez- se encuentran la diminución en los tiempos de construcción, excelencia en la calidad, menor utilización de mano de obra en sitio, aumento de la seguridad laboral y un mayor cuidado del medio ambiente.

Para fomentar el uso de este sistema, Sánchez detalló que el Consejo ha puesto el foco en promover el desarrollo de soluciones industrializadas, prefabricadas y modulares que mejoren la calidad, productividad y sustentabilidad en la edificación, incorporando mejores prácticas, tecnologías e innovación en toda la cadena de valor.

Realidad mundial

Bob Mears, CEO de BMPR Offsite Consultancy Services y representante de MPBA (Modular Portable Building Association) -organización que hace 80 años trabaja en construcción industrializada en el Reino Unido- expuso los aspectos más relevantes de este sistema en el mundo y en ese país.

Entre los múltiples beneficios del “offsite” o “construcción fuera de sitio”, como también se denomina en Reino Unido, mencionó el aumento en la sustentabilidad, donde los residuos que se generan corresponden a menos del 1,5% comparado con el 10% de la construcción tradicional.

Asimismo –señaló- que los costos en construcción se reducen notoriamente, alcanzando, en algunos casos, el 10%, además de disminuir los tiempos de obra en aproximadamente 6 u 8 semanas.

El rol del acero

En su exposición, Mears puso especial énfasis en los beneficios de los distintos materiales de construcción, valorando particularmente el uso del acero. Ejemplo de ello es la prefabricación de marcos de acero liviano, sistema muy utilizado en el Reino Unido y en Australia, en particular, donde las termitas causan estragos en las edificaciones.

Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA) y director secretario del Consejo de Construcción Industrializada, valoró la incorporación del acero en este tipo de construcción y sostuvo que éste tendrá un rol preponderante en la nueva industria. Ejemplo de ello son los baños prefabricados, paneles y módulos de acero, estructuras compuestas con núcleo de hormigón y columnas y vigas de acero, entre otros.

“La industria chilena del acero está en condiciones de asumir un liderazgo en la incorporación de soluciones industrializadas en acero que permitan incrementar la productividad de la construcción, disminuyendo plazos y costos”, sostuvo.

Entre enero-septiembre de 2018, la producción de acero crudo de América Latina registró un volumen de 49,3 millones de toneladas (Mt), 3% superior a lo registrado en el mismo período de 2017 (47,8 Mt). Brasil es el principal productor con 53% del total regional (26,1 Mt), aumentando 2% versus enero-septiembre 2017.

En septiembre de 2018, el volumen producido de crudo registró 5,6 Mt, 3% superior al mismo mes de 2017 y 4% mayor que agosto 2018.

Por su parte, la producción de acero laminado fue de 41,0 Mt, 4% más que en enero-septiembre de 2017. Los principales productores son Brasil con 17,5 Mt (43% del total latinoamericano) y México con 14,7 Mt (36%).

Del total latinoamericano entre enero-septiembre 2018, 48% corresponde a productos planos (19,7 Mt), 49% a productos largos (19,9 Mt) y 3% a tubos sin costura (1,3 Mt).

En septiembre de 2018, la producción de laminados cerró en 4,6 Mt, 5% más que en septiembre 2017 y 5% mayor que agosto 2018.

Consumo de acero laminado

Entre enero y agosto de 2018, el consumo de acero laminado registró 45,1 Mt, prácticamente igual que en enero-agosto 2017 (45,1 Mt). Los principales países que incrementaron su consumo, tanto en términos absolutos como porcentuales fueron, Brasil (1,2 Mt adicionales y creciendo 9%), Argentina (247 mil toneladas adicionales y 8%), Uruguay (143 mil toneladas y 12%).

Contrariamente, en el mismo período México, Perú, y Venezuela registraron caídas de 5%, 20%, y 62% respectivamente.

Del total latinoamericano, 57% corresponde a productos planos (25,5 Mt), 42% a productos largos (18,9 Mt) y 1% a tubos sin costura (629 mil toneladas).

Fuente: Alacero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alrededor de 600 invitados entre entre autoridades de Gobierno, dirigentes gremiales, sindicales, empresarios y socios asistieron el 10 de octubre a Casa Piedra a la Cena Anual de la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas A.G. (Asimet) que este año celebró sus 80 años de vida.

En representación del Presidente de la República, que se encontraba de gira en Europa, asistió el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien destacó las medidas por parte del Gobierno para impulsar la inversión e hizo un llamado a seguir avanzando en la idea de la industria 4.0.

Por su parte el presidente de Asimet, Dante Arrigoni, destacó la necesidad que “el Gobierno se sume y lidere un plan de Industria 4.0 para Chile que sea una real oportunidad para que las empresas puedan tomar el desafío de la Cuarta Revolución Industrial”.