Con el objetivo de orientar a compradores y proveedores de racks, el Instituto Chileno del Acero (ICHA) lanzó el documento técnico “Bases de diseño estructural para estanterías metálicas”. El evento fue encabezado por el presidente del Instituto, Sergio Contreras Aravena, y contó con la presentación del ingeniero civil estructural y especialista en el tema, Alberto Maccioni Quezada.

Sergio Contreras destacó la importancia de esta publicación ya que establecer estándares mínimos para el diseño de este este tipo de estructuras es relevante no sólo para la economía nacional, sino que fundamental en un país sísmico como es Chile.

La elaboración de este documento fue motivada a partir de las experiencias obtenidas en el pasado terremoto del 27 de febrero de 2010, donde se detectaron colapsos de estanterías metálicas en sectores de alta concentración de personas. Esta situación que generó daños en los productos almacenados, eventualmente podría haber afectado vidas humanas en el caso que el evento telúrico hubiese ocurrido en un horario laboral.

“Frente al conocimiento parcial de la normativa internacional por parte de algunos proveedores y compradores, nos sentimos motivados a la confección de una guía que reúna la información necesaria para el correcto diseño, especificación selección de los distintos sistemas de almacenaje en estantería metálica”, comentó el director ejecutivo de ICHA, Juan Carlos Gutiérrez.

El documento –cuyo editor técnico fue el ingeniero civil y académico Luis Leiva Aravena-, está dirigido a ingenieros estructurales y profesionales involucrados en el desarrollo de proyectos logísticos y de almacenaje, buscando generar un estándar de decisión que contempla los elementos de juicio técnico necesarios para el correcto desempeño de la estructura.

Este aspecto es relevante, considerando el notable desarrollo y uso de los racks, principalmente de la mano del auge del retail y de los centros logísticos, y la exposición de personas en torno a estas estanterías industriales. Se estima que el mercado de las estanterías alcanza anualmente los US$ 100 millones.

Los temas abordados en este documento -que contó con el aporte ténico de profesionales de las empresas Mecalux, Mindugar y Tamegal- son Sistemas de almacenaje existentes, diferenciando FIFO y LIFO; Experiencia sísmica; Componentes de las estanterías metálicas y Normativa vigente y Consideraciones de diseño.

El ingeniero Alberto Maccioni, al comentar la publicación, indicó que es un aporte para el mercado al unificar procedimientos de diseño de racks y el primer paso para contar a futuro con un código de diseño de este tipo de estructuras que “nos proteja a los ingenieros, empresas de diseño y usuarios frente a, por ejemplo, los efectos de un sismo”, agregó.

Por su parte, representantes de empresas que utilizan estanterías de almacenamiento, que asistieron al lanzamiento, concordaron en relevar la importancia de contar con una estandarización de criterios de diseño.

 

Cerca de 100 personas vinculadas a la cadena de valor de la industria del acero en Chile -integrada por los sectores siderúrgicos, conformador, maestranzas, ingeniería estructural, pinturas y revestimientos, soldaduras y cubiertas, entre otras- se reunieron ayer en la Cena Anual organizada por ICHA. El evento tuvo como oradores centrales al presidente del Instituto, Sergio Contreras, y al director ejecutivo del Instituto Mexicano de Construcción en Acero (IMCA), Octavio Álvarez.

En sus palabras de bienvenida, Sergio Contreras destacó la intensa agenda internacional desplegada por ICHA durante el año, mencionando especialmente la participación en las reuniones de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) y la gira tecnológica realizada a Nueva Zelandia y Australia, donde se recogió la experiencia de estos países en construcción industrializada.

Además, puso énfasis en el fuerte trabajo efectuado para actualizar las normas relacionadas con el uso del acero en la construcción; los avances en la elaboración de un futuro Manual de Buenas Prácticas y la organización de cursos y talleres para profesionales del área, enmarcados en la tarea de difusión tecnológica que lleva a cabo el ICHA.

Durante el evento -que contó con el auspicio de ArcelorMittal, Edyce y CAP y el patrocinio del Colegio de Ingenieros de Chile- además se reconoció a las 15 nuevas empresas que se incorporaron en 2016 y 2017 al ICHA: Acenor, Actilux, Aircal, Construtec, Faststeel, Framecad, Hunter Douglas, Maestranza Jemo, Mecalux, Acerline, Acustermic, Construsoft, SDS Design Data, Layseca y Cía y Villalba. Todas ellas se han integrado al trabajo de los distintos comités técnicos del Instituto en los sectores de conformados en frío, protección del fuego, estanterías metálicas, software, construcción modular, postes de acero y cubiertas.

En esta línea, el director ejecutivo de ICHA, Juan Carlos Gutiérrez, manifestó que la actividad de la organización en materia normativa ha permitido posicionarlo como un referente técnico en el sector. Hace cinco años la entidad trabajaba 3 o 4 normas, hoy están en proceso de actualización -en diferentes etapas- cerca de 25.

Esto, agregó, ha permitido la llegada de nuevos socios. Es así como en los últimos cinco años, han ingresado el 40% de los actuales asociados.
Experiencia mexicana

Este año la Cena del Acero contó con la participación especial del director ejecutivo de IMCA, Octavio Álvarez, quien mostró la exitosa experiencia de ese país en la incorporación de acero en la construcción habitacional. Señaló que, tras diversas campañas promocionales, la utilización de este material, en los últimos 15 años ha aumentado alrededor de 15%.

Junto con destacar los atributos en materia estructural y constructiva, Álvarez mencionó el tema de los plazos, afirmando que un edificio con mayor participación de acero puede reducir en 40% el tiempo de construcción en relación a otros materiales.

Para Chile y México, que se caracterizan por su alta actividad sísmica, el acero -dijo el director de IMCA- presenta una serie de ventajas. Es así como aseguró que, tras el último terremoto, del 19 de septiembre que afectó a su país, el comportamiento del acero fue óptimo.

“Inspeccionamos más de 100 inmuebles, con mayor presencia de acero, y ninguno presentó daños. No se movió un tornillo”, afirmó.

A futuro, Álvarez proyectó que esta tendencia a un uso más relevante del acero en la construcción habitacional seguirá expandiéndose por el mayor costo de los terrenos que obliga a la edificación vertical.

La reciente noticia protagonizada por la empresa japonesa Kobe Steel, que reconoció haber adulterando los certificados de calidad de sus productos desde hace una década, desató un escándalo a nivel mundial. La atención se centró en los riesgos para la seguridad en las industrias aeroespacial y automotriz, los principales clientes de la compañía nipona.

El “caso Kobe” dejó al descubierto la importancia de temas que viene destacando hace años el Instituto Chileno del Acero: la necesidad de contar con normas actualizadas para los productos de acero que se utilizan en el país y de una adecuada fiscalización para que éstas se puedan cumplir.

Especial énfasis hemos puesto en fiscalizar las importaciones de acero que ingresan al país. Es así como a través del monitoreo que realizamos a las barras de refuerzo, se pudo detectar el ingreso de productos que no cumplían con la NCh 204, que establece los parámetros de calidad. Esto dejo al descubierto que el sistema tiene ciertas debilidades, lo que permitió iniciar un intenso trabajo con el Ministerio de la Vivienda y el Servicio Nacional de Aduanas para reforzar los controles.

Fruto de este esfuerzo, actualmente está en trámite un decreto que exige que, para la importación de barras para la construcción, los certificados de conformidad de producto formen parte desde un comienzo de la carpeta de importación.

Estos documentos deben ser emitidos por terceras partes no relacionadas con la compañía y que estén acreditadas por el Instituto Nacional de Normalización (INN), características que en Chile cumplen tanto el Dictuc como el Idiem. El esquema se va a implementar, en una primera fase, para las barras de refuerzo, pero nuestra apuesta es a seguir extendiendo el mismo mecanismo a otros productos, como los perfiles y planchas para estructuras de acero presentes mayoritariamente en centros comerciales, además de cubiertas y revestimientos de acero, que se utilizan en la construcción de viviendas.

También, y buscando generar más certezas en los consumidores, estamos colaborando con los ministerios de Vivienda y Economía para implementar un sistema de rotulado. Así como existe para los alimentos, donde hay una forma estandarizada de informar el contenido crítico, queremos que para los productos de acero también exista un etiquetado, mediante el cual, ya sea que se trate de una gran constructora o un pequeño constructor, pueda tener información suficiente para saber qué es lo que está comprando, específicamente en cuanto al cumplimiento normativo y de esta manera tener resguardo.

Lo que buscamos es generar una especie de sello de garantía que obligue, en caso de una falla, no sólo a responder al agente que comercializó el producto, sino que actúe en forma preventiva para impedir el uso y venta de oferta que no cumple con los estándares mínimos de seguridad.

Juan Carlos Gutiérrez
Director ejecutivo