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Todas las proyecciones lo decían. Este 2015 sería otro año de crecimiento más bien moderado en la industria del acero internacional y la causa principal está en Asia. La desaceleración de China y los subsidios que tiene su industria del acero afectan el negocio global y golpean también a los mercados latinoamericanos, incluido el chileno, donde los productores piden medidas correctivas de la autoridad.

Juan Pablo Silva, economista del Instituto Chileno del Acero (ICHA), explica que una de las causas de la situación que enfrenta la industria global de este metal es la “sobreproducción” de 350 millones de toneladas de acero sin utilizar de China.

En la práctica y luego de que, a fines de 2010, la economía china alcanzara su mayor tasa de crecimiento, comenzó una desaceleración que atacó el sector inmobiliario y con ello, la inversión en construcción, motor del crecimiento de la demanda de acero.

Así y para evitar un colapso en su industria, el Gobierno chino mejoró las condiciones al envío de productos al exterior y ese país se convirtió en el mayor exportador de acero del mundo, desplazando a Japón. Los precios internacionales cayeron 54% en 5 años, lo que señala “devastó la industria siderúrgica mundial”.

El análisis es compartido por Ernesto Escobar, gerente general de CAP Acero, quien precisa que la industria global enfrenta un escenario complejo como consecuencia de la “sobre capacidad instalada a nivel global pero, en particular, en China”, país que produce aproximadamente 50% del acero que consume el mundo. Desde 2000, el gigante asiático ha aumentado seis veces su capacidad instalada, incluso sin realizar una adecuada evaluación de la demanda esperada de sus planes de urbanización de la población rural y la construcción de infraestructura necesaria.

Todo esto —explica Escobar— da como resultado un crecimiento inorgánico de la oferta de acero mundial.

Juan Pablo Silva explica que por esta situación ya surgieron acusaciones de comercio injusto en EE.UU. y la Zona Euro, principalmente contra las compensaciones gubernamentales chinas y los daños al medio ambiente.
En esto coincide el director general de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), Rafael Rubio, quien asegura que la industria del acero global atraviesa dificultades propias derivadas de la presión exportadora china “en condiciones que no respetan las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC)”.

En los últimos cinco años, China duplicó su participación en el mercado latinoamericano, pasando de 6 puntos de participación al 13% actual.

“En 2014, América Latina recibió 8,3 millones de toneladas de acero desde China y se espera que este año lleguen 9,7 millones de toneladas. Con estas cifras, nuestra región se ha convertido en el segundo mercado más importante para China, solo superada por Corea del Sur. Estos productos están llegando a nuestros mercados a precios de dumping, gracias a los subsidios que obtienen de su gobierno”, agrega Rubio.

El encargado del organismo regional añade que en el continente americano existen hoy 96 medidas antidumpingvigentes relacionadas con el acero y de ellas, 53 son contra China.

Llamado a autoridades

El escenario en Chile no es muy diferente. China ya es el principal importador de acero en nuestro país, representando casi el 50% durante 2014, según datos del ICHA.

Esto ha tenido un serio impacto en la industria local. Por ejemplo, CAP Acero paralizó sus líneas de producción de planos a mediados de 2013, ante la imposibilidad de competir con el acero chino. Ello derivó en la detención de uno de sus dos altos hornos y la pérdida de 1.100 puestos de trabajo.

“Frente a la amenaza que constituyen las distorsiones al comercio, solo cabe apelar a las instancias que ofrece la legislación vigente con el fin de evitar la destrucción gradual pero permanente de la base industrial del país”, estima su gerente general, quien insta a la autoridad a “buscar medidas correctivas” que contengan y reparen los daños, según lo dispuesto por la OMC y la norma actual.

Escobar destaca que muchas naciones ya han resuelto la imposición de tasas antidumping, aranceles compensatorios o salvaguardias, con el objeto de contener esta competencia distorsionada, generando a la vez un desvío del comercio hacia aquellos mercados que aún no lo han hecho.

Respecto de cómo debería enfrentar la industria nacional el “efecto China”, Ernesto Escobar considera que “la industria siderúrgica local debe operar con altos estándares de eficiencia productiva para mantener sus costos competitivos. Por otra parte, obliga a la elaboración de propuestas de valor, basadas en las ventajas que ofrece el suministro nacional”.

Fuente: La Segunda

Un panorama difícil es el que atraviesa la industria del acero, no solo porque ha disminuido la inversión y con ello, el consumo de este metal, sino que también por la preponderancia que el producto de origen chino ha logrado en el concierto internacional y la débil trazabilidad que se ha detectado en la aleación importada.

Con todo, el acero tiene múltiples y variados usos. En la construcción, se utiliza en barras de refuerzo para hormigón y estructuras metálicas, estanques y tuberías de gran diámetro; en la minería, en barras para molienda del mineral; en mallas y fijaciones como pernos y tornillos, y herramientas para la construcción, implementos para la agricultura y equipos para camiones, entre otros.

Según cifras de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asimet), el consumo total aparente de acero en el país tuvo su peak en 2012 —coincidente con el llamado ciclo de oro del cobre— con 3,141 millones de toneladas, de las cuales 54% eran importadas y 46% correspondían a despachos nacionales.

Asimismo, la proyección de consumo total aparente para 2015 en el país será de 2,5 millones de toneladas, de las cuales 62% será importado y 38% corresponderán a despachos nacionales.

Para este año también se estima que el consumo por familias de aceros será de 1,4 millones de toneladas de productos largos (barras de refuerzo, barras para la molienda, perfiles pesados, alambrón y perfiles livianos); 1,120 millones de toneladas de productos planos (laminados en caliente, plancha gruesa, laminados en frío, revestidos, hojalata, inoxidable), y 96 toneladas de tubos (tubos con costura, sin costura, con costura aleados, inoxidables).

Ello coincide con las estimaciones del Instituto Chileno del Acero (ICHA), donde prevén que este año el consumo de acero podría caer en 9% alcanzando las 2,5 millones de toneladas.

“Para 2016, si la inversión pública se materializa, creemos que el consumo aparente de acero se podría recuperar, y quizás crecer entre 2% y 3 %”, señala Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del ICHA.

En este sentido, resalta que las variables más relevantes son la inversión en construcción y en minería, transformándose en las componentes que le dan velocidad a la demanda de consumo de acero.

“Para tener una idea, en 2011 post terremoto, la tasa de crecimiento de la componente inversión en construcción y otras obras llegó a 12%. En ese año el consumo aparente superó las 3 millones de toneladas. Luego, la velocidad de crecimiento de la inversión fue cayendo y con esto, el consumo aparente de acero también, cada vez se consume menos, porque se está invirtiendo menos”, puntualiza.

No hay que perder de vista que según cifras de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) desde China, entre enero y mayo de este año, llegaron 526.000 toneladas, representando 14% del total de envíos chinos a Latinoamérica.

Desde Asimet, su presidente Juan Carlos Martínez asegura que “la industria del acero (siderurgia) se encuentra enfrentada a dos situaciones sobre las cuales tiene poco o nada de control: un alto costo de la energía eléctrica, insumo que incide en un gran porcentaje en el costo de producción, y una competencia desleal con productos que provienen de países como China, que estarían sujetos a fuertes subsidios del Estado y, además, distorsiones flagrantes de precios”.

En materia de inversiones, el líder de Asimet señala que en minería la cifra es negativa, mientras que sí hay inversiones en construcción, especialmente en el sector inmobiliario. Sin embargo, las demás áreas están estancadas en cuanto a inversión.

En este contexto, el director ejecutivo del ICHA explica que la industria del acero vive un complejo escenario como consecuencia de la contracción de la demanda, producto de la reducción de la inversión en minería e infraestructura, y en menor grado también por la construcción.

“Esta misma industria tiene que hacer frente a las distorsiones que se provocan por la sobreoferta de productos de acero a nivel mundial, y que Chile no escapa a esta realidad, siendo vulnerable a la llegada de productos fuera del estándar técnico, a bajo precio”, plantea.

A su juicio, “Chile es una economía abierta, que ha dado buenos resultados para los consumidores, sin embargo, en el ámbito del acero, la falta de regulaciones, de orden técnico o los déficit de control generan espacios de vulnerabilidad del cumplimiento de los requerimientos técnicos mínimos”.

Regulaciones
Chile es un país sísmico y, por ende, la calidad del acero empleado es fundamental. Un organismo que vela por el cumplimiento de normas y estándares es el ICHA. Su presidente Sergio Contreras asegura que en el país existen “algunas regulaciones y medidas, pero no son suficientes, porque no actúan directamente y no controlan las condiciones de origen de fabricación del producto”.

La opinión es compartida por el titular de Asimet, quien sostiene que “existen normas técnicas, pero no son suficientes, no están todos los productos cubiertos. Es necesario generar más normas y certificaciones y esto naturalmente tiene que ser acompañado de la fiscalización correspondiente”.

En esta dirección, un aspecto clave es la trazabilidad de los productos, es decir, que haya una huella, y que en el caso del acero se pueda seguir su camino desde el momento en que se fabricó.

“No hay una buena trazabilidad. Existe, por supuesto, pero no es suficientemente buena. Por eso, en el Instituto Chileno del Acero estamos trabajando para lograr un mejor aseguramiento de la calidad y, consecuentemente, su trazabilidad”, afirma el presidente del ICHA.

En efecto, una de las preocupaciones de la organización ha sido tener una normativa actualizada, de acuerdo con lo que hoy existe en el mundo, por lo que “tenemos la referencia correcta”.

Sin embargo, precisa Sergio Contreras, “no tenemos regulaciones al interior del país para asegurar una trazabilidad y un aseguramiento de la calidad de los productos que los distribuidores están poniendo en el mercado”.

“Hemos detectado que los aceros no cumplen en gran medida las condiciones normativas, pero la cumplen en niveles suficientemente pequeños como para que no sea inquietante”, afirma.

Por ello, el ICHA ha redoblado los esfuerzos para dar seguridad al país, a través de exhaustivos análisis de la calidad de los aceros que llegan a Chile, labor que se ha desarrollado mediante el programa Monitoreo de Barras para Hormigón Armado, ejecutado durante varios años.

“Hemos descubierto que muchas de las barras que llegan no cumplen con las condiciones normativas chilenas. Por eso y habiendo tomado conciencia del problema, proponemos que haya un control que asegure la trazabilidad y una posibilidad que hay para lograr eso es que la Aduana exija los certificados correspondientes”, asevera.

En la práctica, se busca que, teniendo esa información y control, Aduana autorice el ingreso de ese material, porque —precisa— “hoy el distribuidor que vende el acero tiene la obligación de entregar el certificado. Pero eso lleva a que no hay ningún tipo de control, puede entregar cualquier cosa”.

Desde la Cámara Chilena de la Construcción, su presidente (s), Sergio Torretti, destaca que Chile cuenta con una industria del acero cuyos procesos productivos y los materiales que elabora son de alta calidad y cumplen con estándares de nivel mundial.

A su juicio, en un ambiente de economía de libre mercado y en igualdad de condiciones, las empresas productoras deben evidenciar la calidad de los productos que ofrecen.

“Es importante que el acero importado cumpla el 100% del estándar normativo exigido al acero nacional y que el Estado compruebe que se respete dicho estándar. Así, los consumidores pueden optar por aquellos productos que les ofrezcan condiciones más competitivas”, asegura.

El Servicio de Aduanas, en su opinión, debe cumplir adecuadamente la obligación de fiscalizar la trazabilidad de las partidas de acero que ingresan al país, razón por la cual “pusimos al tanto de esta situación al Ministerio de Hacienda y le solicitamos que refuerce dicha labor”.

Respecto de las empresas constructoras, Torretti resalta que éstas tienen la obligación de utilizar acero que cumpla con los estándares que fija el marco normativo, razón por la cual exigen el certificado que indica que el producto cumple con la norma.

“En todo caso sería importante que dicho certificado se entregue en el país de destino y no en el de origen”, asegura.

Fuente: La Segunda

Las industrias siderúrgicas de Argentina -al igual que las de otros países latinoamericanos- denuncian que las importaciones de acero provenientes de China son desleales y que este país no puede considerarse una “economía de mercado”. Esto afecta negativamente la rentabilidad de las empresas provocando despidos masivos que las siderúrgicas se vieron obligadas a realizar.

Sin condiciones de mercado y producido en fábricas estatales, el acero chino es un 6% más barato que el del resto del mundo, por lo cual las industrias regionales difícilmente puedan competir con un “Goliat” de este tamaño. Además, según consideran las patronales siderúrgicas, la desaceleración de la economía china está provocando que este país quiera colocar en Argentina (y Latinoamérica en general) los excesos que ya no puede ubicar en su mercado.
Un dato duro alarmante para considerar es que China produce la misma cantidad de acero que el resto del mundo (49,5 % de la producción mundial) y –de acuerdo a lo que se puede advertir sobre este régimen totalitario– las condiciones de trabajo y la mano de obra que se emplea es considerada “insalubre” y los empleados –cuasi esclavos- trabajan más de lo debido para satisfacer una demanda “exacerbada”.

Según informó la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO) en el primer bimestre de 2015, China embarcó hacia la región latinoamericana 1,7 millones de toneladas de acero laminado, 41% más que las 1,2 millones de toneladas registradas el año anterior. Asimismo, de la mano de esto aumentaron las importaciones de productos manufacturados con acero (productos metalmecánicos) como bicicletas, máquinas o heladeras, lo cual también alerta a otras industrias locales.

Este organismo además advirtió que el uso del acero en China creció apenas 1% en 2014 y la proyección es que siga decreciendo, no obstante ello las siderúrgicas chinas no han bajado el ritmo de producción.

El dumping, o vender en el exterior por debajo del costo de producción para ganar participación de mercado, es ilegal según las normas de la Organización Mundial del Comercio, por lo cual mediante un comunicado del pasado junio los empresarios de la Cámara Argentina del Acero solicitan que China no sea considerada “economía de mercado” (estatus que muchos países le han conferido) y que se detengan o regulen las importaciones provenientes de ese país.

Por cada millón de dólares que ingresan en productos de China, se pueden perder hasta 64 empleos en América Latina“, alertó la entidad.

En Argentina la empresa más destacada del sector -Techint-, ubicada en la localidad de Campana (a 70 km. de Buenos Aires) elabora tubos de hierro para la industria petrolera y ha sido muy afectada por la injerencia china en el mercado. Esto presionó a reducir la capacidad operativa de la industria lo que devino en suspensiones rotativas a 3.300 empleados.

“La entrada de productos de acero provenientes de China a través de prácticas de comercio desleal nos afecta desde el punto de vista del volumen en nuestro nivel de producción y en la rentabilidad”, advirtió Paolo Rocca, presidente de la organización Techint a Report Acero.

Hace 5 años atrás China tenía una participación de 6% en el mercado regional y ahora ya abastece el 13% del consumo de acero de la región. Esto alarma no solo a la industria siderúrgica sino a todos los argentinos -y latinoamericanos- que son testigos de cómo el régimen chino se va esparciendo como un virus en las células de los mercados locales.

Los niveles de contaminación en el planeta han puesto en alerta a todos los expertos, cuyos efectos ya se pueden sentir. El cambio climático es algo palpable, que impacta directamente el diario vivir de todos los seres vivos.

Pensando en eso, Chai Jing, periodista china, muy famosa en su país por su rol como conductora televisiva de investigación de la cadena CCTV de China, y muy  involucrada en actividades de defensa del medio ambiente realizó en 2014 una investigación independiente sobre los problemas ambientales en China, que compiló en un documental financiado con sus propios recursos, llamado “Under the Dome” (“Bajo la Cúpula”).

El material se convirtió en un éxito en las Redes Sociales. Solamente en China, fue visto por más de 150 millones, generando un debate amplio sobre polución y políticas medioambientales en dicho país.

Lamentablemente, el 7 de marzo de 2015, las autoridades chinas bloquearon este material en los sitios locales, pero el éxito se esparció a todo el mundo. Sin embargo, gracias al trabajo realizado por Ternium, socio de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), hoy está disponible una edición de 5 minutos, que recoge los pasajes más significativos sobre la polución en la industria del acero de China.

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El capítulo 2 hace referencia directa al efecto que tiene la industria china en el medio ambiente.

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La producción total de China de 10 importantes metales no ferrosos aumentó mientras que la de acero crudo cayó durante los dos primeros meses de este año, de acuerdo con datos del máximo órgano de planificación económica.

La producción combinada de los principales metales no ferrosos creció 6,8 por ciento anualmente para llegar a 7,7 millones de toneladas durante el periodo de enero a febrero, señaló hoy en un comunicado la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma.

Por otro lado, las ganancias totales de la industria de metales no ferrosos creció ligeramente 1,8 por ciento anual a 20.600 millones de yuanes (3.360 millones de dólares).

Los 10 metales no ferrosos principales incluyen al cobre, aluminio, plomo y zinc.

Durante los dos primeros meses de 2015, la producción total del acero crudo disminuyó 1,5 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado a 130,53 millones de toneladas. Las utilidades de la industria del hierro y el acero cayeron 45,2 por ciento anualmente a 9.030 millones de yuanes, agrega el comunicado.

Las fluctuaciones en la producción tienen lugar en medio de los esfuerzos de China para enfrentar la capacidad excesiva que ha afectado a China desde la crisis financiera de 2008.

El Ministerio de Industria y Tecnología Informática dijo el mes pasado que acelerará la revisión de su sector de hierro y acero con inversión excesiva para que vuelva a un “nivel básicamente equilibrado” en el año 2017.

Un crecimiento moderado para la industria del acero global se espera para este año, debido a los ajustes estructurales que están realizando la mayoría de las economías del mundo, desaceleración económica en China y volatilidad de los mercados de capitales a nivel internacional.

El panorama global es concordante con lo que sucede en Chile, donde se espera un ritmo menor durante 2015 y donde los esfuerzos están puestos en avanzar en la consolidación de los mercados en forma aunada, fortaleciendo el encadenamiento productivo del acero y elevando la competitividad a través de productos y servicios con calidad certificada, según señala el Instituto Chileno del Acero (ICHA).

De acuerdo a la Asociación Mundial del Acero, Worldsteel, el consumo aparente del acero global para 2015 se ubica en un crecimiento de 0,5% y 1.544 millones de toneladas. La cifra es casi similar a lo sucedido el año pasado, cuando el consumo creció un 0,6%. En tanto, para 2016, se espera llegar a un 1,4% de crecimiento, con 1.565 millones de toneladas.

Este panorama de crecimiento moderado para el mercado global del acero concuerda con las estimaciones nacionales. Según el Informe de Proyección de Inversiones y Demanda de Acero de ICHA, el consumo aparente del acero crecerá un 1,4%, llegando a las 2.839 millones toneladas durante 2015.

Panorama global

El escenario mundial, si bien está influenciado por la volatilidad de los mercados de capitales y el factor china, también está recibiendo algunas señales positivas con la recuperación de economías en desarrollo y algunos avances de la Eurozona. Según el análisis de Worldsteel, se ve un optimismo creciente en torno a India e incremento en el uso del acero en Medio Oriente.

El 2014 en el mundo desarrollado la demanda de acero creció 6,2%, empujada por la recuperación de Estados Unidos. Para este año, la expansión se avizora moderada, ya que se parte de una base alta y los mercados consumidores de acero en Estados Unidos, Japón y Corea no serán tan favorables, indica Worldsteel, mientras que la recuperación europea todavía enfrenta limitantes como el desempleo alto y la baja inversión. Así, se espera que la demanda de acero en estos países crezca 0,2% en 2015 y 1,8% en 2016.

En tanto, las economías en desarrollo (sin China), crecieron 2,3% en 2014, principalmente por la baja de los mercados de Brasil y Rusia. Se espera un alza moderada para 2015, con perspectivas positivas en naciones como India, Indonesia, Vietnam y Egipto.

La presión china

Para la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), este año y el próximo serán tiempos difíciles para la siderurgia en la Región, sobre todo por la presión que ejerce China a través de sus importaciones que erosionan la competitividad de los mercados locales, al ingresar con precios subvencionadas por el estado asiático, haciendo imposible la competencia en condiciones similares.

El gigante asiático es el principal importador de acero en Chile, representando casi el 50% durante 2014, según datos del ICHA. Considerando las bajas barreras de importación del acero y la creciente presencia de dealers y traders que operan en el país, es la calidad el factor que puede hacer la diferencia para la industria nacional: tensión de fluencia, ruptura, espesores y geometría, que son parámetros críticos considerados en el diseño estructural, sostienen en el Instituto Chileno del Acero.

A pesar de la presión constante que ejerce china, la demanda de acero cayó en 2014, fenómeno que no se registraba desde 1995, debido a la reorientación de la estrategia económica de su gobierno, que golpeó al mercado de los bienes raíces.

Según Worldsteel, la situación debería continuar en el corto plazo, con caídas de 0,5% en el consumo de acero en China para este año y el próximo. No se esperan cambios a mediano plazo y existe incertidumbre sobre cómo se estabilizará la economía en bajada. El informe consigna que al entrar en una nueva etapa de desarrollo, China debiese encontrar equilibrio, pero le llevará tiempo.

En estos momentos, su situación impacta la siderurgia global, en cuanto intensifica las fricciones comerciales como consecuencia del incremento de los flujos exportadores desde China, como ya se vio en 2014.

En 2014, América Latina recibió un 56% más que en 2013 de acero laminado desde China a un precio promedio de 658 dólares por tonelada.

Las importaciones de acero desde China hacia Latinoamérica crecieron un 56 % en 2014 respecto al año anterior lo que “afectó seriamente” su producción, informó la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero).

Según el documento, la política china de precios a la baja de forma continua “refleja la existencia de prácticas desleales de comercio, ya que los precios del mercado doméstico de China no se han reducido en la misma proporción”.

En 2014, América Latina recibió un 56 % más que en 2013 de acero laminado desde China a un precio promedio de 658 dólares por tonelada.

En ese mismo período, China exportó acero al resto del mundo a un precio de 700 dólares por toneladas, lo que equivale a un 6 % más que en la región.

El informe señala que los destinos más afectados por los bajos precios de importación son Centroamérica, que enfrentó un precio del 19 % por debajo del promedio del resto del mundo, y Perú, con un 14 % menor al promedio mundial.

Alacero cree que los precios a la baja se deben a una estrategia china para mantener “exportaciones crecientes” y “evitar el desempleo”, lo que es posible gracias a que las empresas son “propiedad del Estado y se cuenta con políticas de apoyos y subsidios”.

Entre enero y diciembre de 2014, los productos de acero planos concentraron el 67 % del total de las exportaciones de aceros laminados de China hacia América Latina, a un precio un 16 % por debajo del resto del mundo.

En tanto, en ese mismo período las exportaciones de productos largos registraron un precio promedio por tonelada de 558 dólares, un 3 % superior al observado para resto del mundo.

El menor consumo en el gigante asiático presionará los precios del mineral de hierro, que ya han sido sacudidos por el exceso global de suministros.

El consumo aparente de acero crudo de China cayó por primera vez en tres décadas en el 2014, según datos de una asociación de la industria, en una nueva señal de cómo la desaceleración económica del país asiático está afectando la demanda industrial.

El menor consumo de acero en China, el mayor consumidor y productor de metales, presionará los precios del mineral de hierro, que ya han sido sacudidos por el exceso global de suministros.

Los precios al contado del insumo para fabricar acero están actualmente sumidos en cerca de mínimos de cinco años y medio de US$65,60 por tonelada.

El consumo aparente de acero crudo de China cayó un 3,4% respecto al año pasado, a 738,3 millones de toneladas en el 2014, según cálculos publicados el jueves por la Asociación del Hierro y el Acero de China (CISA, por su sigla en inglés).

Datos oficiales mostraron que el crecimiento de la producción de energía de China cayó a mínimos de 16 años el año pasado, mientras que la producción de carbón habría caído por primera vez en más de una década.

Los productores chinos de acero, que se enfrentan a una débil demanda ante la desaceleración del crecimiento económico a 7,4 por ciento en el 2014, el menor nivel desde 1990, recurrieron a las exportaciones, que según CISA subieron 64,5%, al equivalente de 84,4 millones de tonelada de acero crudo, el año pasado.

La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (CCI) decidió hoy que una industria estadounidense es dañada materialmente por la importación de alambre de acero con carbono y de alambre aleado con acero provenientes de China.

La decisión de la CCI prepara el camino para que el gobierno de Estados Unidos imponga aranceles punitivos sobre estos productos.

Como resultado de las determinaciones en sentido afirmativo de la CCI, el Departamento de Comercio de Estados Unidos emitirá órdenes para imponer aranceles antidumping y compensatorios sobre las importaciones de estos productos procedentes de China, indicó la CCI en su decisión final.

Debido a que la industria estadounidense del acero ha enfrentado una excesiva capacidad de fabricación de acero en todo el mundo y ha registrado pérdidas netas en los últimos cinco años, los productores de acero de Estados Unidos han recurrido cada vez más al proteccionismo comercial.

El mes pasado, el Departamento de Comercio anunció su determinación final de que estos productos procedentes de China fueron vendidos en el mercado de Estados Unidos con márgenes de dumping que oscilan entre 106,19 y 110,25 por ciento.

El departamento agregó que los productores y exportadores chinos de tales productos recibieron subsidios compensatorios de entre 178,46 y 193,31 por ciento.

El Departamento de Comercio inició en febrero la investigación en respuesta a una petición presentada por ArcelorMittal USA con sede en el estado de Illinois y de otras cinco compañías estadounidenses.

Las importaciones de estos productos procedentes de China fueron estimadas en 313 millones de dólares el año pasado, según cifras oficiales de Estados Unidos.

Beijing ha exhortado en repetidas ocasiones a Estados Unidos a cumplir su compromiso de combate al proteccionismo y de trabajar con China para mantener un ambiente comercial libre, abierto y justo.

El gigante minero BHP Billiton espera que el crecimiento en el consumo de acero de China se desacelere el próximo año y dijo que ya ajustó su estrategia para lidiar con un exceso de oferta que ha causado un colapso en los precios, dijeron el jueves ejecutivos de la compañía.

“Anticipamos el cambio hacia las actuales condiciones del mercado y el reajuste de la oferta y la demanda tras un periodo de una enorme expansión, y en un momento en que la oferta tuvo problemas para enfrentar la demanda, vimos venir esos cambios hace mucho tiempo”, dijo el presidente ejecutivo, Andrew Mackenzie.

Es una señal de que uno de los mayores actores en el mercado del mineral de hierro está reduciendo sus expectativas tras años de optimismo sobre la demanda desde China. Mackenzie agregó que BHP frenó la aprobación de nuevas inversiones en el aumento de producción del mineral de hierro en el 2011.

BHP y otras importantes mineras se habían embarcado en un programa de rápido crecimiento de la producción, respaldado en un sostenido aumento de la demanda del mayor consumidor mundial, China.

Pero aunque las importaciones del gigante asiático han subido, los precios han bajado en casi la mitad a unos US$70 la tonelada, con el crecimiento de la producción de acero de China desacelerándose a alrededor de un 3%.

La compañía afirmó que mientras el aumento en la producción china probablemente se mantendrá en alrededor de un 3%-3,5% hasta el 2020, se anticipaba ahora una reducción en el consumo.

Fuente: Diario Pulso