La semana pasada se conoció el caso del escándalo protagonizado por la compañía japonesa Kobe Steel, uno de los mayores fabricantes de acero del mundo, que admitió que había falsificado los datos sobre la calidad de sus productos, afectando a más de 500 clientes, entre ellos las grandes fabricantes de automóviles.
Los alcances de esta noticia y sus efectos en Chile son analizados en la edición de hoy del Diario Financiero por el director ejecutivo de ICHA, Juan Carlos Gutiérrez, quien detalla las acciones que se están impulsando en el mercado local para normar la calidad de los productos de acero que se comercializan.
A continuación el texto completo del artículo:
La ruta en Chile del acero de Kobe, la gigante japonesa
en medio del escándalo por certificados de calidad falsos
A raíz del caso, las autoridades en Chile destacan la necesidad de profundizar los controles. Actualmente trabajan en un sistema de rotulado para el acero similar al utilizado en alimentos.
Kobe Steel, la tercera mayor siderúrgica de Japón y un gigante global, reconoció a comienzos de mes que venía adulterando los certificados de calidad de sus productos desde hace una década, lo que activó una ola de investigaciones en todo el mundo. Aunque la atención se ha enfocado principalmente en los riesgos para la seguridad en las industrias aeroespacial y automotriz, sus principales clientes, las amenazas se extienden a numerosos sectores y países, incluyendo Chile. A nivel local, la atención recae especialmente en el acero utilizado para la construcción y la minería. Desde que se conoció la información, el Instituto Chileno del Acero (ICHA), ha redoblado los esfuerzos para determinar los alcances.
El director ejecutivo de la entidad, Juan Carlos Gutiérrez, se reunió con representantes de Aduanas para analizar el caso y realizar un cruce de datos.
A partir de antecedentes recogidos a través de la plataforma de información de comercio exterior sicex.com se logró determinar que han ingresado al país productos de la japonesa, mediante una de sus unidades llamada Kobelco.
Sin embargo, se trata de un volumen limitado, de solo 1,4 tonelada, con productos como cadenas de rodillo, accesorios para tuberías y resortes helicoidales, importados principalmente desde plantas en Estados Unidos que no estarían afectadas por las malas prácticas. Pese a que son cantidades pequeñas, Gutiérrez destaca que los datos hablan de cierta vulnerabilidad del sistema, que se ha ido fortaleciendo en los últimos años, pero que todavía tiene margen para perfeccionarse. “No se trata de importaciones masivas sino específicas de productos de acero especiales, utilizados básicamente en maquinarias, minería e industrias, en procesos muy sensibles”, indicó Gutiérrez a Diario Financiero.
El experto pone como ejemplo el caso de los aviones, donde los accidentes no se producen necesariamente por una falla en la estructura del cuerpo del avión, sino que basta que falle un elemento tan pequeño como un perno. “Lo mismo pasa con el acero, con estas piezas pequeñas que tienen funciones muy específicas, como las conexiones, más aún en países sísmicos como Chile”, destacó.
En este sentido, el director ejecutivo de ICHA recomendó a las compañías hacer un análisis en profundidad de los certificados de calidad de las partidas importadas, pero no sólo en el caso de Kobe, sino de todos los productos, especialmente los que tienen un uso más masivo, como la construcción.
Extender los resguardos
El ejecutivo destacó que el caso de Kobe subraya la importancia del trabajo que desde hace años viene realizando el instituto junto con las autoridades, especialmente en el área de la construcción, y que a raíz del reciente escándalo cobra creciente importancia seguir extendiendo a más productos.
En Chile, los requisitos que debe cumplir el acero tanto para uso estructural como para barras de refuerzo para la construcción están estipulados en las normas chilenas NCh 203 y NCh 204 respectivamente, cuyo cumplimiento se establece mediante certificaciones de conformidad de producto emitidas por un ente acreditado por el Instituto Nacional de Normalización (INN), y su cumplimiento es de carácter obligatorio según lo señalado en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción (OGUC).
Un trabajo realizado por ICHA desde hace cinco años, denominado “Monitoreo a la Calidad de Aceros Importados. Producto: Barras de refuerzo” permitió detectar el ingreso y comercialización en el país de productos que no cumplían con la norma NCh204, razón por la cual desde entonces se ha reforzado el monitoreo y control, en estrecha colaboración con el Ministerio de la Vivienda y el Servicio Nacional de Aduanas.
Fruto de este esfuerzo, actualmente está en trámite un decreto que exige que para la importación de barras para la construcción, los certificados de conformidad de producto formen parte desde un comienzo de su carpeta de importación. “Hasta hace algunos años para importar barras de acero, el importador pagaba el impuesto correspondiente y listo. Desde que descubrimos fallas en el cumplimiento del acero importado, a partir de un oficio del Ministerio de Vivienda se implementó desde enero de 2016 la obligatoriedad de una declaración jurada de cumplimiento normativo. Ahora será aún más fuerte y ya no bastará una declaración jurada, ahora deberá adjuntar los certificados de calidad de sus productos a la carpeta de importación”, explica Gutiérrez.
Estos documentos deben ser emitidos por terceras partes no relacionadas con la compañía y que estén acreditadas por el INN, características que en Chile cumplen tanto el Dictuc como el Idiem. El esquema se va a implementar en una primera fase para las barras de refuerzo, pero el caso de Kobe ilustra la necesidad de seguir extendiendo el mismo mecanismo a otros productos, como los perfiles y planchas para estructuras de acero presentes mayoritariamente en centros comerciales, además de cubiertas y revestimientos de acero, que se utilizan en la construcción de viviendas, por ejemplo, en techumbres.
Rotulado para el acero
ICHA está trabajando también con los ministerios de Vivienda y Economía para implementar un sistema de rotulado de productos de acero. “Así como existe el rotulado de los alimentos, donde hay una forma estandarizada de informar el contenido crítico de los alimentos, que para los productos de acero también exista un etiquetado, mediante el cual, ya sea que se trate de una gran constructora o un pequeño constructor, pueda tener información suficiente para saber qué es lo que está comprando, específicamente en cuanto al cumplimiento normativo y de esta manera tener resguardo, una especie de sello de garantía de que en caso de una falla el agente que comercializó el producto va a responder y más que nada esta es también una acción preventiva”, señaló Gutiérrez.
ICHA es una organización que reúne a los principales actores de la cadena de valor del acero en Chile.